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Accidente nuclear en Japón

La indignidad moral e inhumana de Libertad Digital otra vez al descubierto

Fuentes: Rebelión

De antemano digo que no tengo la más remota idea sobre asuntos científicos o técnicos relacionados con la energía nuclear. Soy de letras, y las ciencias nunca se me han dado demasiado bien. Aún así, no hay que ser ningún experto para saber que la energía nuclear es un eterno peligro que, por muy controlada […]

De antemano digo que no tengo la más remota idea sobre asuntos científicos o técnicos relacionados con la energía nuclear. Soy de letras, y las ciencias nunca se me han dado demasiado bien. Aún así, no hay que ser ningún experto para saber que la energía nuclear es un eterno peligro que, por muy controlada que digan que esté, puede desatar en cualquier momento su furia.

Digo todo esto a raíz de los acontecimientos que estamos viviendo estos días en Japón, a consecuencia del terremoto y el maremoto que han devastado el país asiático desde la semana pasada, y en especial por todo lo que estamos viviendo con respecto a los sucesos que se están dando en la central nuclear de Fukushima, que pasará ya a los anales de la historia negra de la humanidad.

El viernes por la noche me acosté pensando que aquello había sido algo que estaba totalmente bajo control. Al menos así lo aseguraba en la cadena Ser un experto en materia nuclear, que hablaba directamente desde Japón, y que nos decía que no había el más mínimo riesgo de que se produjese explosión alguna en alguno de los seis reactores de la central. ¡Menos mal!, pensé. Tonto de mí.

El sábado por la mañana despierto con la noticia de la primera explosión. Todas las alertas comenzaron a encenderse, y la sospecha generalizada de que se estaba ocultando toda o gran parte de la verdad recorrió el mundo veloz como la pólvora. Tras eso, todas y cada una de las informaciones que el gobierno japonés ha ido ofreciendo como improbables de que sucedieran en la central, pocas horas después eran ya una realidad.

Se han producido explosiones en tres de los seis reactores, en un cuarto ha habido un incendio de gravísimas consecuencias, y en los dos restantes se detectan problemas cada vez mayores, que probablemente puedan acabar en nuevas explosiones, si no consiguen solucionarlo pronto. Al menos uno de los núcleos estaría quedando desprotegido, y hay peligro real de que se produzca o se haya producido fusión en uno o varios de ellos.

En consecuencia, las autoridades nucleares francesas han avisado ya de que el nivel de gravedad del accidente se sitúa en el punto seis de una escala sobre siete, y no en el nivel cuatro como nos habían asegurado previamente desde Japón y la OIEA. Bruselas habla ya de una «situación apocalíptica» y acusa a Tokio de haber perdido el control en el manejo de las operaciones para evitar el agravamiento del accidente y sus consecuencias. Otros expertos nos dicen que estamos asistiendo a un «Chernobil a cámara lenta». Los principales países del mundo han recomendando a sus ciudadanos no viajar a Japón.

Todo el mundo parece ahora, en definitiva, de acuerdo en que la situación es realmente peligrosa, y que estamos ante el que puede ser el accidente nuclear más grave de la historia, que podría llegar a superar incluso a la catástrofe de Chernobil o, cuando menos, el segundo más grave de toda la historia. ¿He dicho todo el mundo? Bueno, todos no. Al sur de los Pirineos existe un pequeño reducto que resiste ahora y siempre a la evidencia.

Hablo, ni más ni menos que de Libertad Digital. Tan grave es la manipulación consciente de la verdad que están realizando desde este medio de desinformación al servicio de los lobbies nucleares y sus correspondientes empresas financiadoras, que hasta su lectores, tan dados siempre a apoyar cualquier burrada por gorda que sea, se está revelando contra la linea editorial del medio a través de los comentarios vertidos en la página. Ya se pueden imaginar, para que ocurra algo así, el grado de cinismo al que están llegando estos sujetos neoliberales sin decencia, ni moral, ni humanidad, ni escrúpulos de ningún tipo, en relación con las informaciones que están dando respecto de este tema.

Libertad Digital sigue hoy, en este mismo instante, minimizando y sembrando dudas sobre la realidad catastrófica que se está viviendo en la central nuclear de Fukushima. En este momento, a las 19:20 de la tarde del martes, pese a que ya no han tenido más remedio que incorporar a su información los datos aportados desde Francia, o Bruselas, siguen poniendo en duda la veracidad de los mismos, así como tratando de buscar subterfugios mediáticos de todo tipo para minimizarlos, por ejemplo dando como cierta una información de hace varias horas ya desmentida por los posteriores conocimientos.

Nada extraño si vemos la tertulia que mantuvo ayer (lunes) por la mañana Federico Jiménez Losantos con lo más granado del neoliberalismo neocon español en Es.Radio sobre este tema. De hecho, ayer por la tarde, cuando la gravedad del accidente ya era una obviedad, la noticia sobre Fukushima aparecía en un lugar bastante discreto de la web de Libertad Digital, en la que el ataque a los estudiantes de la Complutense, los ERE en Andalucía, y similares, eran noticias de mucho mayor alcance o importancia para los editores de esta web, que el que ya se había catalogado como el segundo accidente nuclear más grave de toda la historia. Les dejo un artículo bastante significativo para que sepan de lo que estamos hablando, ni más ni menos que el artículo que acompañaba ayer a la información sobre lo que venía sucediendo en Japón, justo en ese espacio de segunda fila en la web:

http://www.libertaddigital.com/mundo/fukushima-no-es-chernobil-1276416960/

Fukushima no es Chernobil, dicen. Y así decidieron titular también el vídeo de la tertulia de Es.Radio que igualmente acompañaba ayer a la información sobre lo que estaba sucediendo en Japón. La tertulia pueden verla aquí (min. 06:35 a 25:00 aprox.):

http://videos.libertaddigital.tv/2011-03-14/tertulia-de-federico-japon-no-es-chernobil-SpzFmlpZeEM.html

Si han tenido estómago para leer el artículo y ver el vídeo, sabrán, ahora ya sin ninguna duda, de qué  estamos hablando. No se trata ya simplemente de engañar, de mentir, de manipular, sino de un absoluto desprecio por la vida humana. Todo por unos intereses puramente económicos. La vida humana no importa nada cuando de lo que se trata es de defender los intereses de los anunciantes empresariales y demás loobies neoliberales que financian Libertad Digital y Es.Radio. Realmente asqueroso.

Después de ver el vídeo uno se queda con la impresión de que el peligro de la energía nuclear, incluso en el caso de que se lancen bombas nucleares o se den accidentes como el actual, no es mayor que el de aquel daño generado por el gracioso de turno que quitaba el clic a los mecheros eléctricos, para ir gastando bromas a los compañeros de pupitre a base de pequeños calambres. Y todo, señores, no lo olvidemos, por un puñado de dolares.

No, no lo olvidemos nunca. Sepamos señalar con el dedo, ahora y siempre, quienes son los enemigos de la vida, quienes son esas sucias alimañas que alimentan sus bolsillos a costa del dolor, la muerte, la sangre y el sufrimiento, y aún a costa del futuro del planeta y de la salud de aquellos que están por nacer, y que de momento no han hecho nada para que estos señores les quieran legar tanto mal y tanto sufrimiento. No lo olvidemos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

rCR