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¿Son los medios todopoderosos?

Fuentes: En Lucha

En nuestras democracias burguesas, donde el nivel de represión es menor en muchos casos (hasta que se ven amenazados los intereses de la clase dominante) a los de otros regímenes capitalistas y aunque los medios de comunicación (que es en lo que nos centraremos a continuación) no estén en manos únicamente de un ente (privado […]

En nuestras democracias burguesas, donde el nivel de represión es menor en muchos casos (hasta que se ven amenazados los intereses de la clase dominante) a los de otros regímenes capitalistas y aunque los medios de comunicación (que es en lo que nos centraremos a continuación) no estén en manos únicamente de un ente (privado o público), no significa que la información veraz y objetiva llegue a la mayoría de los miembros de estas sociedades.

A lo largo de las últimas décadas hemos asistido a la concentración y crecimiento de los medios de comunicación, en forma de grandes monopolios que buscan el máximo beneficio y ganar la carrera de ratas que supone la competencia bajo el sistema capitalista. Eso se ha traducido en que ante la caída de la tasa de ganancias en la fase actual del capitalismo, las grandes empresas de la comunicación han buscado beneficios en las inversiones especulativas de todo tipo, en la industria armamentista, en la banca, etc. y tirando a la baja las condiciones de trabajo de los trabajadores y trabajadoras de la comunicación, en su mayoría precarizados y enfrentados a numerosos EREs y toda clase de abusos.

En la misma línea podemos leer las actuaciones de los grandes grupos mediáticos como el grupo PRISA en Latinoamérica, cuyas intenciones de desestabilización de gobiernos progresistas como el venezolano o el boliviano no se disimulan. O el todopoderoso grupo de Rupert Murdoch, cuyo apoyo a cualquier gobierno que aplique políticas neoliberales es claro (ya sean los laboristas o los conservadores en Gran Bretaña), y cuya complicidad de su imperio con los gobiernos de Thatcher en su ofensiva antisindical en este sentido es lógica, como gran empresa que quiere obtener grandes beneficios con el capitalismo más salvaje.

Pero el poder de los medios de comunicación no es absoluto; su manipulación y sus mentiras pueden chocar con la realidad de la vida de las personas. Aunque durante un tiempo puedes creer al ver en la tele lo que te venden (cada vez las noticias son más simples y más parecidas a los anuncios de cualquier producto comercial), pues no estás en contacto con ese fenómeno, cuando vives los acontecimientos y ves la auténtica naturaleza del sistema no te crees sus mentiras.

Es el caso del bloqueo al Parlament de Catalunya por el movimiento 15-M el pasado 15 de junio a causa de la aprobación de unos presupuestos antisociales. Este fue duramente condenado y manipulado por parte de los medios de comunicación, argumentando que los «violentos» habían atacado la legalidad democrática. Más allá de convencer a la mayoría de las personas que están sufriendo las consecuencias de la crisis y que han participado desde sus inicios en el 15-M, la gente salió de forma aún más masiva el 19 de junio contra el Pacto del Euro, que condena a los ciudadanos y ciudadanas europeas más aún a la dictadura del capital.

En la misma lucha, la gente vence las ideas que la propaganda del sistema nos vende. Por ejemplo, tras las numerosas cargas policiales, mucha gente que antes decía «algo habrán hecho cuando les pega la policía» no puede ya justificar porque la policía carga contra manifestantes pacíficos.

En definitiva y aunque mil ejemplos se podrían poner, no es fácil cambiar las ideas hegemónicas que dominan en la sociedad, pero en momentos de grandes luchas sociales, como el actual, los medios dejan de ser lo todopoderosos que muchas veces parecen.

Santi Amador es militante de En lucha / En lluita

Fuente: http://enlucha.org/site/?q=node/16321 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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