La prensa capitalista española no quiere ni puede entender lo que ocurre en Venezuela, y sobre todo no quiere que sus lectores lo entiendan. No puede ser de otro modo, porque Chávez es un dirigente que desafía abiertamente el sistema capitalista, esto es, el nicho ecológico en el que viven los medios. Analicemos el ejemplo […]
La prensa capitalista española no quiere ni puede entender lo que ocurre en Venezuela, y sobre todo no quiere que sus lectores lo entiendan. No puede ser de otro modo, porque Chávez es un dirigente que desafía abiertamente el sistema capitalista, esto es, el nicho ecológico en el que viven los medios. Analicemos el ejemplo del diario El País, a través de su editorial tras las elecciones en Venezuela (1), y luego comentaremos brevemente los de otros periódicos.
Con el título «Más Chávez», El País afirma que si Chávez gobierna hasta 2019, serán «demasiados» años. ¿Demasiados para quién? Para los venezolanos no, pues acaban de ratificar a Chávez en el poder. Para otros grupos de interés, El País entre ellos, seguramente, ¿pero cuál es la opinión que debe prevalecer en democracia, lo que diga un medio de comunicación o un gobierno extranjero o lo que manifieste el pueblo en unas elecciones libres?
Afirma El País que Chávez se ha «servido de los poderosos medios estatales y ha excitado los resentimientos». Pues sí, del mismo modo que la oposción también ha excitado resentimientos pero valiéndose de los aún más poderosos medios privados, ¿o no es cierto que la comunicación en Venezuela está mayoritariamente controlada por empresas privadas hostiles a Chávez? (2) ¿o quizás aún pretenden hacer creer la fábula de la «independencia» de los medios? Sirva El País de ejemplo.
Sigue el editorial con su desprecio implícito hacia el pueblo venezolano,
«no se puede ya decir que Capriles fuera el candidato de las clases acomodadas, sino de un amplio sector de la población que rechaza la manera en que Chávez maltrata la democracia, gestiona pésimamente la economía, deteriora la inseguridad ciudadana y pretende asentar su revolución bolivariana.» [cursiva en el original]
Es decir, que la mayoría de los venezolanos, los que han apoyado a Chávez, son idiotas o masoquistas. De otro modo no se explica que voten a quien maltrata la democracia, gestiona pésimamente la economía, etc. Cierto es que la inseguridad ciudadana preocupa mucho a los venezolanos, y que Chávez no ha sabido aún resolver ese grave problema. Pero también es cierto que empezó en los años 80, y para cuando Chávez llegó al poder la tasa de homicidios ya se había triplicado (3). Luego es poco probable que los venezolanos crean que el regreso al poder de un gobierno neoliberal pudiera solucionar el problema.
A continuación El País hace una contraposición que sólo puede sonar creíble a un fiel a este tipo de prensa. Por un lado habla del «exgolpista» Chávez, por el golpe frustrado que intentó hace 20 años, y por otro asume que el opositor Capriles mostrará «un mayor respeto a las reglas democráticas». Seguramente se refiera a cuando Capriles era alcalde de Baruta y permitió, durante el golpe contra Chávez en 2002, que un grupo de personas asaltara la embajada cubana en Venezuela, cortando el agua y la electricidad y destrozando varios vehículos. Cuando el embajador cubano pidió ayuda al alcalde y le dejó entrar, éste no sólo se negó a actuar contra los asaltantes sino que intentó registrar la embajada por si había venezolanos escondidos. (4) Éste es el respeto que tiene Capriles por las «reglas democráticas», y por afinidad ideológica el que debe tener El País.
Por último veamos qué tiene que decir El País sobre las políticas sociales de Chávez,
«El factor más importante a su favor ha sido la política social que ha llevado a cabo con la inestimable ayuda de los ingresos del petróleo. No es una política que siente bases sólidas para la generación de riqueza en el futuro y su redistribución, pero ha llegado a mucha gente, a un electorado cautivo.» [cursiva en el original]
O en otras palabras, Chávez ha sobornado a la mayoría del pueblo venezolano con sus políticas sociales. ¡Y los incautos sin darse cuenta de la trampa, después de 14 años! Huelga decir que si de «bases sólidas» hay que hablar, todo el párrafo anterior que he citado carece por completo de ellas. Y esto es algo que debe conocer el lector: sobre Venezuela, Cuba, Bolivia, etc., se puede decir todo, no hay límite a la inventiva, a la fantasía o a la mentira. ¿Quieren decir que Chávez ha sumido a Venezuela en la miseria? Pues lo dicen y punto, sin problemas. ¿Quieren decir que Chávez es un dictador? Pues lo dicen, no pasa nada, porque nadie les enmendará la plana.
Pero la realidad es tozuda. Si hablamos de redistribución, Venezuela es el país latinoamericano que más ha reducido la desigualdad en la última década. En palabras de Alicia Bárcena, presidenta de la Cepal,
«lo interesante es que esa política redistributiva ha sido sostenible en el tiempo. Creo que ha habido una muy clara definición, orientación y compromiso de parte de la República Bolivariana de Venezuela de lograr esta redistribución del ingreso y de lograr que ese cierre de brechas, de desigualdad se haya logrado» (5)
Si hablamos de petróleo, sin duda es importante para la economía venezolana, pero cuando los precios del crudo cayeron un 70% en 2008 y la crisis mundial llevó a una recesión en Venezuela en 2009 y 2010, se mantuvieron los programas sociales y el desempleo apenas aumentó (6). ¿Puede decir lo mismo esa gran democracia llamada España? ¿y ésa aún más grande llamada Estados Unidos?
En relación con el petróleo un dato que no se divulga suficientemente es el peso de la producción petrolera, el llamado PIB petrolero, en el conjunto de la economía. Resulta que desde 1999 a 2011 la actividad del sector petrolero se ha reducido un 13%, mientras que la del sector no petrolero ha aumentado un 59% (a precios constantes, se entiende). Esto significa dos cosas. La primera es que la economía puede crecer aunque no lo haga el petróleo, y la segunda es que Venezuela es cada vez menos dependiente del petróleo, aunque siga siéndolo mucho. En el gráfico siguiente se muestra, durante los años de gobierno de Chávez, cómo ha evolucionado el peso de la actividad petrolera en el conjunto de la economía, disminuyendo desde un 21,2% en 1999 hasta el 12,8% en 2011 (7)
La reducción de la pobreza es otro logro del gobierno de Chávez. En 1998 se situaba en el 49% y a partir de ahí fue disminuyendo, con la única interrupción de los años 2002 y 2003, cuando el golpe de Estado y el sabotaje petrolero de la oposición. Así, la pobreza había bajado hasta el 27% en 2010, mientras que la pobreza extrema pasó del 21% en 1998 al 7% en 2010.
Pero nada de esto parece tener importancia para El País o relación con las «bases sólidas para la generación de riqueza». ¿Y la matriculación universitaria? Se ha triplicado en esos años, ocupando Venezuela el segundo lugar en Latinoamérica, detrás de Cuba (9). Tampoco debe ser un dato relevante para el diario, que tampoco se molesta en aportar nada que sostenga sus afirmaciones.
Si miramos otros diarios españoles con edición impresa, el panorama es igual o más penoso. En el editorial de El Periódico (10) se habla de una «economía basada casi exclusivamente en el petróleo», aunque la actividad petrolera no llegue al 13% del total. La Vanguardia comenta que a pesar de los «diez años de alza del precio del petróleo» (ignorando la brutal caída al inicio de la crisis), se empiezan a ver «síntomas de agotamiento del modelo» (11). Argumento absurdo teniendo en cuenta que, aunque la oposición se ha unido en torno a un candidato que «sólo» ha quedado a 11 puntos, Chávez ha aumentado su apoyo en más de 800.000 votos respecto a las elecciones de 2006 (12).
La prensa española de ultraderecha es aún más grotesca. La Razón, por ejemplo, se permite decir que ahora Venezuela será «menos democrática» (13), justo después de unas elecciones libres donde ha participado más del 80% de la población. Y el ABC, aparte de inventar tranquilamente que «la economía venezolana ha quedado devastada», prácticamente acusa a Chávez de fraude electoral,
«La receta con la que Hugo Chávez gana elecciones es bien conocida: utiliza sin límites todos los recursos del poder, arrincona a las demás opciones políticas, silencia por la fuerza a los medios de comunicación críticos con su gestión, manipula arbitrariamente todas las instituciones -incluyendo las que gestionan el proceso electoral- y cuando no viola las leyes, las diseña a su medida para imponer su voluntad.» (14)
¿»Sin límites»? ¿»todos» los recursos del poder? ¿pero qué se ha tomado el editorialista del ABC? ¿y cómo se supone que Chávez «arrincona» a las otras opciones políticas? ¿cómo puede decir que se manipula el proceso electoral cuando todo el mundo, incluyendo la oposición, han reconocido rápidamente la limpieza del proceso? ¿es cierto que silencia «por la fuerza» a los medios críticos con su gestión? Esto es tan fácil como mirar los medios opositores, a ver qué dicen.
Por ejemplo, el editorial de El Nacional, titulado «Elecciones y sucio» (15), utiliza expresiones como «militar convertido apegado al viejo discurso autoritario», «conduce un régimen corrupto que ha despilfarrado a sus anchas los recursos del petróleo» o «chantaje a los trabajadores y sectores populares».
Y en la web de Globovisión podemos encontrar una larga entrevista a la madre de Capriles en cuya introducción leemos cosas como,
» la cabeza del Estado discrimina, insulta, grita, tiene un discurso violento, amenaza, viola los derechos de sus críticos, pasa por encima del resto de los poderes del Estado y no es objeto de ningún control ni sanción…» (16)
¿Son éstos ejemplos de medios silenciados por la fuerza? ¿o quizás el ABC necesita la clase de libertad que permite a un medio alentar y apoyar un golpe de estado, como ocurrió en 2002? Por ahí deben ir los tiros.
Resumiendo, no se observa en los medios el menor atisbo de autocrítica ni rectificación. Llevan 14 años con el mismo discurso machacón y ya no tienen la menor credibilidad, pues ¿cómo pueden pretender que tras tantos años de un gobierno supuestamente tan desastroso, Chávez siga aumentando su apoyo popular? ¿puede engañarse a tanta gente durante tanto tiempo? ¿hasta qué punto creen los medios que pueden ignorar los datos objetivos y al mismo tiempo presumir de rigor periodístico? ¿y cómo concilian su autoimagen de demócratas con el desprecio hacia la voluntad del pueblo? Tal vez del mismo modo que el presidente de El País, tras ganar 13 millones de euros en 2011, despide a la cuarta parte de su plantilla aduciendo que «no podemos seguir viviendo tan bien» (17)
Notas:
(1) http://elpais.com/elpais/2012/
(2) http://www.eluniversal.com/
(3) Ver tabla de la página 4 y gráfico de la página 9 aquí http://pdba.georgetown.edu/
(4) http://www.rebelion.org/
(5) http://www.avn.info.ve/
(6) http://venezuela-us.org/es/
(7) Gráfica de elaboración propia a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística de Venezuela
(8) http://www.gisxxi.org/
(9) http://www.correodelorinoco.
(10) http://www.elperiodico.com/es/
(11) http://www.lavanguardia.com/
(12) http://www.cne.gov.ve/web/
(13) http://www.larazon.es/noticia/
(14) http://www.abc.es/historico-
(15) http://www.el-nacional.com/
(16) http://globovision.com/
(17) http://elpaiscomite.blogspot.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.