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¡España… qué País!

Fuentes: Rebelión

«…en este imperio español no sale el sol»-Julián Hernández, banda de rock, Siniestro Total.   Cambien de dirección el pensamiento, ni siquiera se les ocurra medio imaginar que voy a generalizar sobre todo un gran país como lo es España, aunque el título puede inducir que es hacia allá a donde voy. Nada más lejos […]

«…en este imperio español no sale el sol»-Julián Hernández, banda de rock, Siniestro Total.

 

Cambien de dirección el pensamiento, ni siquiera se les ocurra medio imaginar que voy a generalizar sobre todo un gran país como lo es España, aunque el título puede inducir que es hacia allá a donde voy.

Nada más lejos de la realidad, a mi me encanta España. Pero no solo España sino los españoles y españolas, yo he tenido buena suerte de conocer tanta gente linda de España. Allí en España y fuera de España. Tanto así que me afecta el descalabro económico sufrido recientemente, pero no pierdo la perspectiva de que es producto de un dominó mundial por el que no se puede ni debe satanizar al PSOE sino a los acumuladores de capitales, los mismos creadores de pobrerías y de países empobrecidos como no deberían de serlo, para el caso el mío, Honduras, en donde más que los mercachifles internacionales, son culpables los lacayos locales, los que por unas monedas son capaces de quedarse huérfanos.(Tal como está ocurriendo ahora mismo en Honduras, que el llamado presidente Porfirio Lobo y el militar que preside el Congreso Nacional, Juan Orlando Hernández, han dado luz verde a lo que se conoce como Ciudades Modelo, en donde Honduras queda en subasta internacional).

Hace unos años fui invitado al Primer Congreso de Nuevos Escritores Hispanoamericanos, realizado en Madrid, en Casa de América. En uno de los almuerzos, un docto doctor, de esos académicos que se creen más importantes que quienes crean la literatura, hizo referencia a algo aparecido en El País, que yo no había leído y me dijo con una cara de horror: ¡No lees El País!».

Y respondió por mi ese rebelde nato (nada que ver con la OTAN), que no me abandonó desde el parto: «A veces sí, a veces no, depende si lo tengo al alcance, tengo pensamiento propio, no dependo de EL País ni de el New York Times ni de nadie…»

¿Y por qué me viene esa anécdota a la mente? Para corroborar lo que escribió el periodista Pascual Serrano, en su artículo: «El País como cantera de la derecha política.»(01/01/2013). En donde, entre tantas cosas, dice: «Para muchas personas, en especial fuera de España, este periódico sigue siendo un emblema de la izquierda o, al menos, del entorno del PSOE»

Quizá esto se deba en que su andar El País ha tenido altibajos, en cuanto a criterio ideológico, ha tenido temporadas de una izquierda que fascina sobre todo en America Latina, pero otras, como la actual, ya no queda duda que parece que desde el más allá lo dirigiera el mismísimo Franco. Así es, el franquismo Aznar-Rajoy ha quedado más evidenciado que nunca con la foto falsa pero de auténtico texto del presidente venezolano Hugo Chávez.

Para la ultraderecha española, y de otras latitudes, America Latina sigue siendo y haciendo «el indio». En ellos el tiempo se ha estancado y todavía nos ven como si estuviesen en una loma, con Biblia y látigo, «educándonos» para servirles. El engaño es de ellos, la realidad es de Latinoamérica, en donde las olas libertarias se expanden desde la Patagonia hasta México.

Más allá de indignarnos o enfadarnos, la publicación malévola, fabricada por un demonio extemporáneo, devaluado, debe de alegrarnos, inspirarnos en el sentido de que ya no se puede cubrir el sol con la portada de un diario (por muy internacional e inigualable que este se haya creído), y que la desesperación enloquece a los avestruces que hunden la cabeza no solo para no ver sino para no escuchar la música del firme andar de los pueblos que ya encontraron el camino hacia su horizonte, en donde Venezuela a heredado de Cuba la antorcha de la libertad.

Ya no nos asusta un rey matando elefantes, ni Cataluña queriendo desmembrarse, ni la demagogia de Rajoy ni los rostros furiosos de las mojigatas que le rodean, ni de un Aznar con su amenazante cocear contra America Latina, ni nos sorprende la represión de la brutalidad policial que padece hoy el pueblo español… Y mucho menos debe de sorprendernos una portada que en vez de aniquilar -cual era su pretensión – a uno de los grandes líderes de Latinoamérica, como lo es el comandante presidente Hugo Chávez, los indujo a hacerse el haraquiri. Pues como bien lo señala Pascual Serrano en el artículo ya antes citado: «…si observamos el recorrido de algunos de los directivos de su redacción descubrimos que su destino natural ha sido la derecha y muy especialmente el Partido Popular (…) Si, en cambio, buscamos algún cargo o periodista significado de El País que ahora esté comprometido con un movimiento, sindicato o partido político de izquierda no lo encontraremos.»

Debemos de darle gracias a El País, pues con semejante ‘asnarada’ (¿o burrada, como se dice?), queda completamente evidenciada esa conspiración internacional mediática contra las florecientes revoluciones socialistas latinoamericanas.

Nuestra solidaridad debe de ser con el pueblo español, mientras que a El País, ¡qué risa!, digo, de Prisa, hay que exigirle que rinda cuentas porque ya se acabó el cuento.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.