La matriz energética nacional ha estado ligada de antaño a la explotación y el consumo de combustibles fósiles. A partir de que comenzara a mermar la cantidad de combustible existente en los yacimientos concentrados, surge un nuevo tipo de exploración y explotación de hidrocarburos, llamada fractura hidráulica o fracking, caracterizada por ser un método no […]
La matriz energética nacional ha estado ligada de antaño a la explotación y el consumo de combustibles fósiles. A partir de que comenzara a mermar la cantidad de combustible existente en los yacimientos concentrados, surge un nuevo tipo de exploración y explotación de hidrocarburos, llamada fractura hidráulica o fracking, caracterizada por ser un método no convencional de extracción de gas y petróleo.
El fracking ha sido prohibido en países como Francia y Bélgica, y en estados de Sudáfrica, Canadá, Estados Unidos, Australia y Suiza, por la contaminación ambiental que produce, las enfermedades que trae aparejadas y la inmensa cantidad de agua que insume. En la Argentina, las ciudades que se han declarado libres de fracking son: Cinco Saltos de la Provincia de Río Negro; San Carlos, Tunuyán y Tupungato de Mendoza; Concepción del Uruguay, Colón y Los Conquistadores de Entre Ríos.
Tras la nacionalización del 51% de las acciones de la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), comenzó un proceso de exploración del territorio nacional, en búsqueda de nuevos yacimientos de combustibles fósiles. Para ello, desde el año pasado, YPF y el gobierno nacional comenzaron a participar de reuniones de negocios con la empresa multinacional Chevron.
Chevron es una empresa trasnacional condenada por la Justicia ecuatoriana por el derrame de 103 millones de litros de petróleo, que contaminaron ríos y alrededor de dos millones de hectáreas en las cuales estaban emplazadas comunidades indígenas. La justicia condenó a la empresa a pagar un monto de 19 mil millones de dólares, por lo cual se embargaron todos los bienes de la compañía. Sin embargo, desde el estado argentino se anunció que las negociaciones continúan vigentes.
En una entrevista brindada durante los primeros días de mayo de 2013 al Financial Times, el titular y ceo de YPF, Miguel Galuccio, afirmó: «ya estamos perforando en modo de factoría. En enero de 2012 teníamos cuatro equipos activos, en mayo de este año tenemos 14 equipos trabajando y esperamos llegar a 19 para fin de año», y agregó: «hemos pasado de producir en no convencional 4.000 barriles/día de principio de este año, a más de 7.000 en el presente mes de mayo».
De esta forma, desde YPF se busca avanzar en las exploraciones de hidrocarburos no convencionales con el objetivo de saldar la demanda nacional e internacional de crudo, sin plantear un debate profundo en torno a la matriz energética existente en el país y sin reconocer los impactos ambientales y sociosanitarios que puede producir este tipo de explotación.
¿Cómo se lleva a cabo este procedimiento?
DDR: La fractura hidráulica o fracking, consiste en la inyección masiva de una sopa química en una cantidad de agua, alrededor de 20 millones de litros. Lo que se hace es perforar y fracturar formaciones de baja permeabilidad y densidad. Estas formaciones que en nuestro país se destaca el shale o el esquisto, son lo que se llaman yacimientos no convencionales, que se plantean como salvación energética. En Argentina desde 2008 se empezaron a realizar exploraciones, más aún a partir de lo que ha sido el incremento del déficit energético en los últimos años y de la nacionalización parcial de YPF.
¿Cuáles son las consecuencias que produce esta práctica?
DDR: Es la megaminería de los hidrocarburos. Como los hidrocarburos que se extraen son aquellos que alcanza el líquido de fractura, es necesario que se hagan nuevos pozos constantemente, entonces ya no se realiza únicamente un pozo vertical, sino plataformas de pozos donde pueden encontrarse de seis a diez perforaciones, que en cierto momento se horizontalizan. Por eso, uno de los mayores riesgos es justamente la contaminación de acuíferos. Los primeros 500 metros tienen que ser cementados para una mayor protección, y en algunos casos pueden fallar, por ejemplo cuando se rompen estas formaciones (de 3000 a4000 metros) la fractura puede alcanzar formaciones permeables, entonces esta sopa química, puede subir muy lentamente a la superficie y contaminar algún acuífero.
En Estados Unidos se ha denunciado un incremento en las tasas de cáncer en las personas que habitan las zonas aledañas de las bocas de pozo. Las regiones donde se está realizando este tipo de extracción son, en muchos casos, zonas de economía de subsistencia, agrícolas y ganaderas.
Se sigue apostando a una matriz energética basada en los hidrocarburos. Esta preponderancia de los no convencionales debería ser más debatida, más cuestionada, teniendo en cuenta factores ambientales, sanitarios, económicos y productivos.
De nuestra matriz energética primaria, alrededor del 90% depende de hidrocarburos, petróleo, gas y en menor medida carbón. Por otro lado, ypf ha planteado la posibilidad de exportación de energía, que sería convertir esa cantidad de recursos que tiene Argentina, en un nuevo commodity.
Al mismo tiempo, los programas orientados a la diversificación de la matriz energética, no han sido prioritarios y eso queda reflejado en la poca inversión que han tenido energías renovables.
¿En qué consistiría el acuerdo que se va a firmar entre YPF y la multinacional Chevron?
DDR: El primer plazo del acuerdo implicaría una inversión de 1.500 millones de dólares, aportados por parte de Chevron, destinados a dos cuestiones: la construcción del cluster (factores que permiten a una industria específica incorporar nuevos eslabones en su cadena productiva) en Loma La Lata, con el objetivo de determinar la cantidad de reservas existentes, y, por otro lado, avanzar en exploraciones en Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, y en otra formación en Mendoza, llamada Cacheuta, al sur de la capital.
La política de ypf está orientada a la expansión de la frontera, por eso es que se an realizado nuevas perforaciones en Comodoro Rivadavia, en el norte de Santa Cruz, en Entre Ríos y en Buenos Aires, entre otros, como posibles escenarios de búsqueda de hidrocarburos.
¿Qué territorio abarca Vaca Muerta?
DDR: Está emplazado sobre el territorio de las comunidades mapuche Kaxipayiñ y Paynemil. Esta es un área que se viene explotando hace más de 40 años. Sabemos que han tenido negociaciones porque hay pasos ambientales que no han sido remediados. La comunidad de Kaxipayiñ ha denunciado sistemáticamente casos de contaminación y de altos índices de enfermedades oncológicas. Hay un impacto muy fuerte en las economías regionales, en la salud, en la ocupación territorial, en la libre circulación.
¿De dónde provendría el agua necesaria para la explotación en Vaca Muerta?
DDR: Neuquén tiene mucho caudal de agua proveniente de los ríos Colorado y Limay. Se va a realizar una gran inversión por parte de la provincia neuquina para la construcción de un sistema de acueductos con el objeto de proveer de agua a las empresas.
Existe un decreto provincial que prohíbe la extracción de agua potable de napas subterráneas, pero lo que sostiene el gobierno provincial es que es necesario competir a nivel global para atraer inversiones.
¿Qué habría que replantearse a la hora de pensar este tipo de política?
DDR: La extracción de hidrocarburos debería ser entendida dentro de una matriz productiva, de una matriz de consumo que escapa necesariamente de cuestiones técnicas; es una cuestión más social, económica y política, que implica discutir cómo y para qué se va a realizar la extracción.
El destino de los grandes proyectos es la exportación, acumulación y concentración económica, sosteniendo un sistema de consumo y producción inequitativo e injusto. Lo central es democratizar la energía, convertirla en un derecho colectivo, generar instancias de participación y de control, para decidir cuál es el rumbo energético de un país.
La energía es un tema político y que se tiene que discutir, no puede pensarse la como una cuestión técnica o limitada a ciertos «especialistas»; el rumbo que va a tomar el país en cuestiones energéticas debería ser de debate público.
El Observatorio Petrolero Sur [OPSur] nace a mediados de 2008 como respuesta del Centro de Políticas Públicas para el Socialismo [CEPPAS] a las agresivas políticas de promoción de la actividad hidrocarburífera en Argentina. Forma parte de la red internacional Oilwatch e integra la revista latinoamericana Energía y Equidad.
Producción: Luciana Franco
Textos: Daiana Melón, Sabrina Carnéz