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Holdouts: El libreto y sus protagonistas

Fuentes: Argenpress

Desde fines del año pasado -dos años antes del cambio de gobierno en Diciembre de 2015- se ha instaurado en la Argentina un prematuro y artificial clima pre-electoral que sirve como distractivo de importantísimas decisiones de gobierno que se están tomando en materia de endeudamiento público. Bajo las narices de toda la clase política -sin […]

Desde fines del año pasado -dos años antes del cambio de gobierno en Diciembre de 2015- se ha instaurado en la Argentina un prematuro y artificial clima pre-electoral que sirve como distractivo de importantísimas decisiones de gobierno que se están tomando en materia de endeudamiento público.

Bajo las narices de toda la clase política -sin que los principales referentes digan algo al respecto- la administración K sigue avanzando en la toma de compromisos financieros sin capacidad de repago y que sólo apuntan a patear las obligaciones para adelante cancelando todos los vencimientos de capital con más deuda, aumentando el pago de los intereses y recargos e incrementando además el stock de los pasivos del Estado con Deuda Nueva.

Es la vía de cumplimiento de la Hoja de Ruta Boudou, que fija como requisitos liquidar la cuestión de los Holdouts y haberse allanado a las exigencias del Club de París para poder volver así al Mercado Internacional de Capitales, es decir, para volver a endeudarse en el exterior.

Pese a la falta de informaciones clave a este respecto, todas las acciones del gobierno K son convergentes hacia una nueva ola de endeudamiento público y los hechos se encargan de demostrarlo.

Tomando en su conjunto la denominada Década Ganada, nos encontramos que durante estos 10 años la Argentina K se dedicó primariamente a batir récords de pagos de la Deuda Externa: 190.000 MD (Millones de Dólares) que la presidenta no deja de recordar como auto-elogio de su condición de «pagadora serial».

Toda esa masa de dinero fue pagada privilegiadamente a los Acreedores Externos y a los Organismos Financieros Internacionales (FMI, Banco Mundial, BID y CAF) pero el stock de la Deuda Pública no bajó sino que, por el contrario, el aumento promedio fue de 10.000 MD por año ya que hasta el último centavo de vencimientos de Capital se pagó, se paga y se seguirá pagando con nueva Deuda y no con cancelaciones netas.

Así, el gran perjudicado por esta descomunal transferencia de divisas al exterior ha sido el Estado y, por ende, el Pueblo Argentino, a través del mecanismo generalizado de traspaso de las obligaciones impagables con incremento de la Deuda intra-Estado, fundamentalmente desfinanciando el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES, descapitalizando las Reservas Internacionales del Banco Central (BCRA) y desviando la mitad de la cartera de préstamos del Banco Nación (BNA) para sostener la deuda del Tesoro.

Agotadas ahora estas vías espurias y transitorias de financiamiento del Estado por la existencia de Déficits gemelos – Fiscal y de Balanza de pagos – llegada a niveles máximos la presión tributaria y a límites altísimos la emisión monetaria inflacionaria, el Sistema de la Deuda vuelve por sus fueros; y lo hace a caballo de la vieja receta neoliberal que dice: «no emitan Dinero, emitan Deuda».

Así, el gobierno K, en las postrimerías de su gestión, viene armando la Tercera Gran Ola de Endeudamiento Externo, después de la Primera, gestada bajo el Proceso Militar, y de la Segunda, desarrollada con la Convertibilidad Menemista.

El stock oficial de la Deuda Pública al 31.12.2013 pasa los 300.000 MD: 214.400 MD por Capital, 72.400 MD por Intereses a Pagar y 15.000 MD por saldo de Cupones PBI: 302.000 MD en total; sólo en cabeza del Estado Central (sin contar Provincias/Municipios, BCRA, Empresas del Estado, Organismos Nacionales, Fondos Fiduciarios y Juicios contra el Estado con Sentencia en firme).

El Presupuesto 2014 prevé un aumento de la Deuda Pública durante el Ejercicio en curso por el equivalente a 12.700 MD (Amortización de Deudas por 44.300 MD contra Endeudamiento Público por 57.000).

Además, en lo que va del año, se han agregado deudas extraordinarias no previstas:

a) Pago con bonos de 5 laudos perdidos ante el CIADI por 677 MD. b) Pago con bonos de la indemnización a Repsol por YPF: 6.000 MD de Capital más 5.000 de Intereses. c) Allanamiento a las exigencias del Club de París por 9.700 MD, frente a los 6.000 MD que computaba hasta ahora el Ministerio de Economía (MECON).

El Tesoro ha comenzado a emitir títulos a corto y mediano plazo en pesos: Bonar 2017, por 10.000 M$ a Tasa de Interés 28 % y Bonar 2016 por otros 10.000 M$, a Tasa del 23 %.

En Octubre, la Tesorería comenzó a emitir además 1.000 MD en BONAD 2016, bajo mecanismo dollar linked, es decir, bonos que se pagan en pesos con cláusula de ajuste dólar más 1.75 % de Interés.

Toda esta nueva deuda que se está emitiendo va a tener que ser pagada por el nuevo gobierno que suceda a la administración K.

Y a ello se le suma el agujero negro de la cuestión de los Holdouts:

1. Juicios perdidos en los Tribunales de Nueva York: 1.600 MD por el caso testigo NML-Aurelius y Otros (que ha sido perdido en todas las instancias legales de los Estados Unidos reconocidas por el gobierno K) más los nuevos juicios que ya tienen fallos en contra del país (de los cuales más de 1.500 MD por otras dos de las 11 demandas del fondo NML-Elliot/Singer).

2. Reclamos del resto de los Holdouts por un total estimado entre 20 y 30.000 MD, incluyendo gastos, honorarios y costas de los juicios.

3. Reclamos posibles de los bonistas que entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna 2005-2010 por aplicación de las cláusulas RUFO/MFC, ante cuyos términos el país estaría expuesto a reclamos por hasta 120-150.000 MD.

La estrategia seguida por el gobierno K frente a esta problemática de la Deuda es diferir el cumplimiento del fallo Griesa hasta Enero de 2015 para tratar de burlar la cláusula RUFO y encarar a partir de entonces el pago a los Fondos Buitre (FB), lo que dispara, sin embargo, el problema de los tres puntos citados.

Bajo toda evidencia, la presidenta esperaba que la Corte Suprema de los Estados Unidos – sea tomando en cuenta su apelación a la sentencia Griesa o simplemente pidiendo opinión a la Procuración del Tesoro – la ayudara a lograr estos diferimientos pero sus expectativas se vieron defraudadas con el rechazo de la Corte y el bloqueo de los pagos de intereses a los bonistas del canje por el juez.

Desde entonces, las complicaciones, desprolijidades y contradicciones de la administración K no han dejado de crecer, al amparo de un discurso oficial duro «para la galería» mientras se trata de ganar tiempo a costa de nuevos compromisos y de concesiones de cualquier orden (desde las nuevas deudas hasta el petróleo).

Así, a la serie de colocaciones de deuda antes citadas se le agrega la presentación del proyecto sobre Convención Multilateral de Reestructuraciones de Deuda Soberana en la ONU, en línea con el viejo proyecto del FMI elaborado por el grupo a cargo de su vicepresidenta Anne Krueger en 2002.

En el orden local la Deuda Cuasi-Fiscal del BCRA por Lebac/Nobac ha crecido a niveles sin precedentes: 260.000 M$ – equivalentes a 30.700 MD (al 30.9.2014) – que representan el 68, casi el 70 %, de la Base Monetaria.

El país, sin reservas netas o de libre disponibilidad, intenta recomponer el stock de divisas comprando dólares con Deuda en pesos (Lebac/Nobac) o pidiéndolas directamente prestadas por vía del BCRA (Otros Pasivos con el Banco de Francia, el BIS de Basilea y el acuerdo de Swap de monedas con China), pero todo ello es más deuda lateral a la del Tesoro e igualmente emitida sin capacidad de repago.

Y frente a este cuadro de situación está el Presupuesto 2015 que acaba de aprobar el Congreso y que establece todavía más pagos y más Deuda:

a) Aumento de la Deuda Pública durante el Ejercicio por 17.700 MD (Amortización de Deuda por 53.600 MD contra nuevo Endeudamiento por 71.300).

b) Dentro del total a refinanciar, 46.100 MD corresponden a Operaciones generales de Crédito Público (artículo 37) y 12.000 MD a pagos de Deuda Externa con Reservas del BCRA, que se hacen a través del llamado Fondo de Desendeudamiento (FDA).

c) Se contemplan Intereses a Pagar por 96.200 M$ – equivalentes a 10.200 MD (a un tipo de cambio previsto de 9.45 $/US$) – pero no se informa sobre la parte de los intereses que se capitalizan por anatocismo, que sumarían otros 1.000 MD.

d) El Presupuesto autoriza además al Poder Ejecutivo a contraer otros 50.300 MD de deuda para financiar Obras Públicas y de Infraestructura (artículo 41).

e) Se autoriza también la contracción por el Ejecutivo de Operaciones de Crédito pluri-anuales por otros 37.200 MD (artículo 43).

f) Es decir, que sumando los tres artículos que cuantifican autorizaciones de nueva deuda pública (37, 41 y 43) el gobierno Kirchner queda autorizado por la Ley de Presupuesto para contraer nuevas deudas por un total equivalente a 133.600 MD (46.100 + 50.300 + 37.200) durante el último año de su gestión.

Hasta aquí el cuadro de situación resumido de la Deuda Pública actual de la administración K incluyendo los compromisos asumidos y/o autorizados hasta la fecha; y de las proyecciones crecientes de sus obligaciones que serán transferidas al nuevo gobierno electo en el 2015.

Éste es el libreto que se está escribiendo -o, al menos, la parte conocida hasta ahora del libreto- y ahora falta que, aparte de completar su protagonismo hasta el fin del mandato, aparezcan los nuevos actores que van a tener que ejecutarlo en el futuro próximo y en sus roles más pesados.

Notablemente, la mayoría de la partidocracia opositora soslaya directamente estos hechos, parece ignorar el problema de la nueva Crisis de Deuda que vive el país, acompaña – por acción y/o por omisión – las acciones de la administración K encaminadas a volver a tomar Deuda Externa, y sus candidatos se preocupan más en presentarse ante los acreedores extranjeros como garantes del cheque en blanco que van a recibir del gobierno Kirchner que por prevenir y defender los intereses financieros del Pueblo y del Estado Argentino.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.