8TV es una televisión privada catalana. De los Godó, grandes de España y propietarios de La Vanguardia, en excelente sintonía en estos momentos con el poder político unionista-convergente. Las subvenciones públicas que reciben no son propinas del fin de semana. Superan el millón anual según las últimas informaciones. Tras la visita a Barcelona de Pablo […]
8TV es una televisión privada catalana. De los Godó, grandes de España y propietarios de La Vanguardia, en excelente sintonía en estos momentos con el poder político unionista-convergente. Las subvenciones públicas que reciben no son propinas del fin de semana. Superan el millón anual según las últimas informaciones.
Tras la visita a Barcelona de Pablo Iglesias (quien, si no ando errado, no ha extendido su radio de intervención político-cultural directa fuera de la gran ciudad y eso quizás haya sido un error… o una necesidad por el escaso tiempo que ha estado entre nosotros), tras su visita, decía, han llegado los comentarios y análisis en los medios de información e inculcación ideológica catalanes.
Los que pudieron oírse en el programa estrella de Josep Cuní, en la noche del lunes 22 de diciembre, indican que la estrategia de Podemos-Podem ha sido en general acertada. Las descalificaciones, chulescas, despreciativas, insustantivas y desinformadas, de la mayoría de los tertulianos, entre ellos un ex director de La Vanguardia, una ex dirigente «renovadora» del PP y un periodista independentista de medio pelo y de tema único, así lo indican. Trasnochados, el mensaje social de siempre, propuestas sin sentido, cosa viejuna, fuerza poco importante en unas elecciones autonómicas, indefinición en el gran tema, música muy oída, etc. En síntesis: una mosca insistente, muy antigua y tenaz, que no cuadra en las coordenadas del momento, a la que hay que aplastar de manera inmediata. Ellos están para eso.
Sin embargo y por de pronto, Podemos ha dejado claro que CiU es el PP de Cataluña. Que una alianza con una fuerza así va en contra de la naturaleza de cualquier fuerza que se diga de izquierda. Que Podemos no es una organización independentista. Que España no es una nación de naciones que deba identificarse inexorablemente con el fascismo. Que la agenda social debe estar en el lugar central de la intervención. Que el resto de pueblos hispánicos están hermanados con el pueblo catalán. Que Cataluña también es un país diverso. Que puestos a decidir vale la pena decidir sobre todo (por ejemplo, sobre el TTIP, asunto al que curiosamente se oponen fuerzas como CiU que dicen estar por el dret a decidir del poble català). Que las preguntas de las consultas han de ser claras e incluir todas las opciones. Etc.
Queda algo pendiente en mi opinión y no una cosa sin importancia. La siguiente: ¿apuesta o no Podemos por el federalismo? Si es así, ¿hay que empezar ya a decirlo claramente e incluso a expicarlo en Cataluña y, sobre todo, fuera de Cataluña?
Los comentarios críticos, y algo irritados, de Joan Herrera sobre Podemos y su intento de hegemonizar el espacio de la izquierda catalana parecen corroborar que el partido de Pablo Iglesias y sus compañeros está en el camino de conformar un huérfano ámbito de izquierdas no nacionalista y fuertemente social en el espacio político catalán. Es decir, abrir y abonar un camino que aunque parezca mentira no existe en estos momentos en el país de Montserrat Roig, Teresa Pàmies, Alejo García y Gregorio López Raimundo.
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