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Cristina y la emergencia de otra Argentina

Fuentes: Rebelión

Los recientes sucesos acaecidos sobre la persona de la vicepresidenta de la Nación empujan a la necesidad de considerar una serie de cuestiones que al tiempo pasado del luctuoso suceso quizás nos permitan visualizar algunas cuestiones.

Resulta paradójico que semanas antes Máximo Kirchner al intentar ingresar al domicilio de su madre fue recibido a » palazos » por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.

Mientras que el autor material del atentado contra Cristina franqueo militantes, servicios de inteligencia, buchones hasta llegar a metros de la víctima, sacar un revolver mientras que nadie de la custodia atisbó a lanzarse sobre ella ni tampoco disparar previamente al enfundado del arma por parte del victimario.

Como una de las mayores autoridades de Estado de la Argentina esta » presa » de semejante error de inteligencia y de seguridad por parte de los responsables de la seguridad en el país.

Como si fuera poco el malhechor fue detenido por militantes que estaban allí demorándose el accionar de las fuerzas intervinientes.

Ahora si podemos afirmar que » Dios es argentino » y no sucedió una tragedia mayor.

Las investigaciones posteriores están dando lugar a la emergencia de actores sociales que pasaron desapercibidos por el arco político donde la marginalidad entremezclada con el descenso social paulatino y la pauperización subsiguiente nos habla de un sector social que ha podido ser similarmente caracterizado como aquellos de esa geografía marginal parisina o neoyorquina.

Allí no alcanza la acción social donde también se entremezclan actores del narcotrafico.

Esos territorios ahora se encuentran a pocos kilómetros de la urbe porteña y sus distinguidos barrios donde ya el contraste inter ciudadano entre un sur pobre y un norte rico dan lugar a lo que los especialistas llaman segregación socio espacial urbana.

Quizás la pandemia conoto ligeramente esos contornos, pero ahora dado los acontecimientos presentes se han puesto sobre el tapete.

La Argentina marcha casi velozmente a ser dos países donde solo la mitad esta incluido en el sistema económico y de consumo y el resto pulula entre la pobreza y la marginalidad.

Los medios y la publicidad que ahondan las superficiales necesidades de consumo son también responsables de generar una violencia simbólica sobre el conjunto social.

La violencia cotidiana en las grandes urbes argentinas no es algo novedoso, pero quizás la » novedad » es que ahora existe un actor político que desde un discurso anti sistémico enarbola también en dichos espacios ese desprecio por las instituciones democráticas las cuales no satisfacen hace tiempo sus propias necesidades.

Aun estamos a tiempo de revertir.

Ezequiel Beer. Geógrafo UBA. Analista Político.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.