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Vuelven a difamar a Corbyn, esta vez para eclipsar las protestas contra el genocidio

Fuentes: Rebelión. Imagen de Jonathan Cook, 18 de enero, Londres.

Traducido del inglés por Marwan Pérez para Rebelión

Fui testigo presencial de los acontecimientos del sábado. La policía metropolitana miente cuando afirma que el exlíder laborista y diputado John McDonnell se abrió paso a través de un cordón policial.

La policía metropolitana, con la ayuda de medios obedientes como el Guardian y la BBC, está tratando de incriminar a los organizadores de la última manifestación en Londres, celebrada este sábado [18 de enero, 2025]contra el genocidio de Israel en Gaza y la complicidad de Gran Bretaña en el mismo.

El ex líder laborista Jeremy Corbyn y John McDonnell –ambos diputados de izquierdas que están sin un lugar político desde que el Partido Laborista quedó bajo el liderazgo autoritario de Keir Starmer– recibieron advertencias de la policía metropolitana que los entrevistó el domingo. Decenas de manifestantes fueron arrestados.

La policia metropolitana dijeron que Corbyn, McDonnell y otros rompieron el cordón policial para abrirse paso desde Whitehall hacia Trafalgar Square, supuestamente violando las condiciones arbitrarias impuestas a la manifestación con poca antelación.

Según Adam Slonecki, quien dirigió la operación policial: “Se trató de una grave escalada de criminalidad que nos tomamos muy en serio”.

El objetivo original de la protesta no era concentrase en Whitehall, sino frente a las oficinas de la BBC, a cierta distancia, para protestar por su cobertura sistemáticamente sesgada a favor de Israel, su minimización de la matanza de inocentes en Gaza y su ocultamiento de la complicidad del gobierno británico en lo que la Corte Internacional de Justicia dictaminó hace un año que fue un genocidio «plausible» en Gaza.

Tras negociaciones con los organizadores, la policía acordó hace meses el horario y la ruta de la manifestación del sábado.

Pero la policía metropolitana incumplió ese acuerdo en el último momento, declarando la zona alrededor de la BBC como prohibida; la BBC se financia con dinero de los contribuyentes británicos a través de un impuesto obligatorio.

El propósito específico de la protesta pacífica del sábado era destacar los errores institucionales de la BBC en su cobertura del genocidio de Israel; y el objetivo más general era oponerse a la colusión del gobierno británico en el genocidio. Ambos objetivos fueron completamente eclipsados ​​por la mentira inventada por la policía sobre los aspectos ilegales de la manifestación.

Esta desinformacion tan oportuna supone un gran alivio tanto para el gobierno como para la BBC. Sin duda, a Starmer estaría encantado con la terminación de estas protestas periódicas, las cuales han atraído a cientos de miles de manifestantes y han mantenido bajo la lupa la complicidad de su gobierno con el genocidio, principalmente a través de la venta de armas y proporcionando a Israel información de inteligencia y cobertura diplomática.

Lo que está claro es que la versión policial de los hechos del sábado es falsa. Lo sé de primera mano porque estuve allí y vi exactamente lo que ocurrió desde muy cerca.

Afortunadamente para nosotros, y desafortunadamente para la policía, las pruebas en vídeo confirman que la policía está mintiendo. Los vídeos muestran que, lejos de romper las líneas policiales, la policía abrió voluntariamente el cordón en la parte superior de Whitehall para permitir que los manifestantes entraran a la plaza.

La pregunta es por qué la policía difama a Corbyn y a McDonnell, y por qué intenta dar a entender que los manifestantes pacíficos eran infractores violentos e incumplidores de la ley.

Hay un patrón inequívoco en el comportamiento reciente de la policía.

A lo largo de todo este asunto, la policía ha actuado siempre de mala fe. Uno de los organizadores de la marcha, Ben Jamal, de la Campaña de Solidaridad con Palestina, describe en detalle las maniobras que ha estado llevando a cabo la policía durante la marcha de este sábado (ver enlace de vídeo)

Vale la pena señalar, como explica Jamal, que las objeciones a la marcha planteadas por la policía, como fueron las preocupaciones del rabino de una sinagoga a cientos de metros de la BBC, son completamente falsas.

La ruta original de la marcha –la que la policía prohibió tardíamente– no pasaba cerca de la sinagoga. Tampoco hay ninguna prueba de que los judíos hayan sufrido ningún tipo de intimidación en las manifestaciones, lo que no debería sorprender, dado que hay un contingente judío grande y muy visible en cada una de las manifestaciones. Uno de los principales oradores del sábado era Stephen Kapos, un sobreviviente del Holocausto de 87 años. Cabe destacar que recibió la mayor ovación del día de las decenas de miles de manifestantes en Whitehall.

Observemos también que las preocupaciones del rabino sobre la marcha no tienen su origen en ningún riesgo real para él o sus feligreses. Sus declaraciones públicas dejan claro que tiene opiniones profundamente racistas sobre el pueblo palestino, al que no considera propiamente humano. Al parecer, quería que se prohibiera la marcha porque aprueba las acciones genocidas de Israel. La oposición de los manifestantes al genocidio ofende su retorcida visión política del mundo.

Después de que la policía revocara el permiso para la marcha del sábado en el último minuto, los organizadores hicieron todo lo posible para complacer a la policía y a las preocupaciones expresadas por el rabino. Invirtieron el orden de la marcha para que terminara en la BBC a última hora del día, y mucho después de que hubiera terminado el servicio del Shabat en la sinagoga.

Aun así, la policía se negó a permitir una marcha que se acercara a la BBC.

Después de los acontecimientos del sábado, está claro que el objetivo de la policía en todo momento fue frustrar la marcha. El plan era imponer constantemente nuevas e irrazonables “condiciones” –restricciones destinadas a recalcar a los manifestantes que el derecho a protestar ya no es un derecho democrático fundamental en Gran Bretaña.

Protestar se ha convertido en un privilegio que la policía puede conceder o no, y el Estado puede anular ese derecho no por motivos genuinos de orden público, sino por razones políticas egoístas. Eso significa que ya estamos en una pendiente resbaladiza que nos lleva al estado policial.

Además, la policía ha dejado cada vez más claro que la ruta y el horario de las protestas ya no son una negociación entre los organizadores de la marcha y la policía para garantizar la seguridad de todos los implicados. Ahora la policía emite dictados que sirven visiblemente a los intereses del gobierno británico, que colabora con el genocidio, a sus instituciones nacionales cómplices, como la BBC, y al lobby israelí, cuyo único objetivo es actuar como apologista del genocidio de Gaza.

La declaración de la Policia Metropolotina  sobre la marcha es reveladora: “Las condiciones se establecieron después de tener en cuenta el impacto acumulativo del prolongado período de protesta sobre los judíos londinenses, particularmente cuando las protestas ocurren en las cercanías de las sinagogas, a menudo los sábados, el día sagrado judío”.

La declaración profundamente racista de la policía metropolitana presupone que todos los “londinenses judíos” están a favor del genocidio israelí y que todos ellos consideran ofensivas las protestas en su contra. Al hacerlo, la policía opta por ignorar a los miles de judíos que acuden regularmente a las protestas para decir que el genocidio israelí no se está llevando a cabo en su nombre.

El mensaje de la policia a esos judíos es este: “No, la matanza se realiza en su nombre, les guste o no, porque nosotros e Israel decimos que así es”.

La policía también ignora, por supuesto, el impacto acumulativo que tiene sobre los palestinos británicos tener que presenciar la masacre de sus familias durante 15 meses, y sobre todas las personas de buena conciencia en el Reino Unido cuya salud mental y espiritual se ha visto dañada por el desfile de cuerpos de niños aplastados en nuestras pantallas semana tras semana, mes tras mes.

La declaración también indica algo más: que las negociaciones sobre el derecho a manifestarse contra el genocidio israelí se llevan a cabo ahora fuera de la vista de los demás, entre la policía y el lobby israelí, y por encima de los organizadores de la protesta.

Se trata del mismo formato colonial occidental que, desde hace décadas, siempre ha tratado a los palestinos como invisibles en su propia historia. Es un reflejo de la manera en que Washington e Israel negocian entre ellos sobre el destino de los palestinos en su propia patria.

Ahora la policía británica y el lobby israelí están haciendo lo mismo: negociando por encima de los manifestantes si se permitirá o no que se realice una manifestación contra el genocidio y, si se puede realizar, dónde se podrá realizar.

La libertad de reunión y el derecho a manifestarse están siendo destrozados ante nuestros ojos. Insistir en que se respeten estos derechos fundamentales, como hacen ahora Corbyn y McDonnell, es convertirse en un paria, en un “infractor de la ley”.

La policía tiene un plan de acción claro. Dejar que quienes apoyan un genocidio decidan si se permite que quienes se oponen a él expresen su oposición es una receta infalible para avivar las tensiones, las frustraciones y la ira.

El objetivo es a la vez anular derechos largamente apreciados que son fundamentales para la idea de la democracia británica y lanzar a los manifestantes a una confrontación directa con la policía, y así crear una narrativa falsa de que las manifestaciones son violentas y criminales, además de “antisemitas”.

Veremos cómo el clamor por la prohibición de las manifestaciones crece cada vez más, y nadie estará más encantado que Starmer. Lo último que necesita es que estas protestas pongan de relieve su absoluta complicidad en la matanza de niños y ñiñas en Gaza.

Hay aquí un problema más grave que el genocidio de Gaza: ¿vamos a resignarnos a vivir en un Estado autoritario, en el que la policía sirve a sus amos políticos para decidir qué derechos se nos conceden y si se nos permite participar en cualquier tipo de protesta significativa contra nuestro gobierno?

Corbyn, McDonnell y los organizadores de la marcha habían dicho a la policía exactamente lo que pretendían hacer: marcharían hasta donde la policía les permitiera, en dirección a la BBC, y luego, cuando la policía les bloqueara el paso, depositarían flores en memoria de los niños y niñas asesinadas en Gaza y en protesta por el silenciamiento de la manifestación. Después se dispersarían. Eso es precisamente lo que hicieron.

Ahora la policía y los medios de comunicación del establishment los presentan como criminales, mientras que los verdaderos villanos –los dirigentes británicos que han conspirado activamente en el genocidio de Israel y unos medios de comunicación que han protegido a esos dirigentes de la rendición de cuentas– tienen licencia para seguir cometiendo sus crímenes.

Republicado de Jonathan Cook con permiso del autor o representante

Fuente: https://jonathancook.substack.com/p/corbyn-is-being-smeared-again-this

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.