Cuatro relatores especiales de la ONU han escrito una carta al gobierno del Reino Unido exigiendo una explicación por su reciente persecución de varios periodistas y activistas políticos bajo el pretexto de la Ley Antiterrorista.
La carta afirma que los periodistas y activistas detenidos por las autoridades del Reino Unido no parecen tener ninguna conexión creíble con actividades “terroristas” u “hostiles”.
El escrito cita los casos de los periodistas Johanna Ross (Ganyukova), Kit Klarenberg, colaborador de The Cradle , Craig Murray, Richard Barnard y Richard Medhurst. Todos detenidos en diversas ocasiones por las autoridades del Reino Unido tras criticar el genocidio de los palestinos en Gaza por parte de Israel, la política de la OTAN hacia Rusia o ambas cosas.
La carta de la ONU está firmada por Ben Saul, Relator Especial sobre la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo; Irene Khan, Relatora Especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión; Gina Romero, Relatora Especial sobre los derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación, y Ana Brian Nougrères, Relatora Especial sobre el derecho a la privacidad.
El texto expresa la preocupación ante la ley antiterrorista del Reino Unido, que impide prestar apoyo a determinados grupos terroristas, por ser demasiado vaga y amplia y permite a las autoridades detener a periodistas por expresar opiniones críticas con la política exterior del Reino Unido.
El 4 de diciembre la ONU la envió al gobierno del Reino Unido, tras el silencio de las autoridades durante 60 días, se ha hecho pública ahora.
Además, otros activistas pro-Palestina, Asa Winstanley, Sarah Wilkinson y Tony Greenstein, fueron detenidos después de que la carta de la ONU ya había sido redactada.
El periodista Craig Murray escribe que el texto ofrece una “crítica devastadora de las leyes antiterroristas del Reino Unido y su uso inapropiado para sofocar la disidencia y la libertad de expresión”.
Los autores afirman:
“Expresamos nuestra preocupación por la posible aplicación incorrecta de las leyes antiterroristas contra periodistas y activistas que criticaron las políticas y prácticas de ciertos gobiernos, lo que puede interferir injustificadamente con los derechos a la libertad de expresión y opinión y la participación en la vida pública”.
Las acciones de las autoridades del Reino Unido “conducen a la autocensura y tienen un grave efecto paralizante sobre los medios de comunicación, la sociedad civil y el discurso político y público legítimo”, añaden.
Además, la Ley de Terrorismo “penaliza la expresión de una opinión o creencia que apoye a una organización prohibida y la imprudencia en cuanto a si se fomenta o no el apoyo a esa organización”.
La carta de la ONU se publicó el 7 de febrero, tras la detención de la policía y agentes de inteligencia austriacos del periodista Richard Medhurst, acusado de ser miembro de Hamás. Medhurst vive en Austria y se ha pronunciado enérgicamente contra el genocidio israelí de los palestinos en Gaza y la guerra en el Líbano. Según dijo, la policía asaltó su casa, se llevó sus dispositivos y lo interrogó.
“Básicamente me tendieron una trampa”, dijo en un video publicado en X. Las autoridades de inmigración lo citaron a una reunión donde amenazaron con revocar su residencia debido a sus denuncias.
El mes pasado, el periodista palestino-estadounidense Ali Abunimah también fue detenido, interrogado y deportado de Suiza. Abunimah, director ejecutivo del sitio de noticias centrado en Palestina Electronic Intifada , dice que fue detenido por sus informes.
“¿Mi ‘delito’? Ser un periodista que habla a favor de Palestina y contra el genocidio y la barbarie colonial de Israel y de quienes lo ayudan y lo incitan”, escribió.
Abunimah fue arrestado en Zurich antes de pronunciar un discurso en la ciudad sobre el genocidio de los palestinos en Gaza por parte de Israel.