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Cómo explicar que los medios de comunicación sigan sin entender la historia de los paramédicos asesinados en Gaza

Fuentes: Jonathan Cook Blog

Traducido por Marwan Perez para Rebelión

No hay ninguna duda que Israel ejecutó a 15 trabajadores de emergencia en Gaza, sin embargo, ¿por qué The Guardian y otros medios siguen dispuestos a eludir el tema?

Este es otro ejemplo de periodismo asombrosamente cobarde de The Guardian, muy ilustrativo de lo que está sucediendo en los medios de comunicación del establishment británico en su cobertura de los crímenes de guerra israelíes en Gaza durante los últimos 18 meses.

Ha pasado un mes desde que Israel ejecutó a 15 paramédicos y escondió sus cuerpos en una fosa común. Desde entonces, han aparecido imágenes de esa atrocidad, mostrando a soldados israelíes disparando contra un convoy de vehículos de emergencia que estaban claramente iluminados y con las luces encendidas. Las autopsias de las víctimas muestran que les dispararon a corta distancia en la cabeza y el pecho, y tenemos relatos de testigos oculares de los asesinatos.

Todo eso, por supuesto, se suma a la evidencia de que Israel trató de destruir las pruebas de su crimen de guerra aplastando los vehículos de emergencia y luego enterrándolos, junto con los cuerpos de los 15 socorristas, presumiblemente con la esperanza de que se descompusieran y dificultaran la determinación forense de lo que había sucedido.

La última evidencia que ha salido a la luz, publicada por el periódico israelí Haaretz esta semana, muestra que los soldados israelíes dispararon continuamente durante tres minutos y medio contra el convoy, a pesar de que los vehículos de emergencia estaban claramente señalados.

Según los detalles de una investigación interna del ejército israelí filtrados al periódico, los soldados dispararon casi a quemarropa e incluso mientras los trabajadores de emergencia intentaban identificarse. No es sorprendente que las partes de la investigación que se han publicado fueran pruebas de encubrimiento, sugiriendo «fracasos profesionales» y «malentendidos operativos«.

En otras palabras, esta nueva evidencia confirma que los soldados israelíes asesinaron intencionalmente a la mayoría de los ocupantes de los vehículos de emergencia con una lluvia prolongada de balas. Los que sobrevivieron, sugieren las autopsias, fueron ejecutados con disparos en la cabeza o en el pecho. Luego, las pruebas fueron enterradas apresuradamente.

Nada de esto es sorprendente. Sabemos desde hace algún tiempo, como han informado repetidamente los medios de comunicación israelíes, que el ejército israelí ha creado «zonas de muerte» no declaradas, donde se dispara a todo lo que se mueve, incluso a los niños y niñas, los trabajadores humanitarios y los equipos de emergencia.

Como también ha sido evidente durante la mayor parte de los últimos 18 meses, Israel está implementando una política de destrucción total del sector de la salud de Gaza, incluidos sus hospitales y ambulancias, y matar o secuestrar al personal médico, además de destruir el resto de la infraestructura del enclave. El objetivo es obligar a la población palestina a salir de Gaza y llevarla al vecino territorio egipcio del Sinaí.

Israel está llevando a cabo un genocidio para facilitar su plan de limpieza étnica.

El asesinato de los 15 paramédicos encaja perfectamente con este panorama.

La evidencia grabada en video ya ha demostrado que la afirmación original de Israel de que las ambulancias «avanzaban sospechosamente» -lo que sea que eso signifique- era completamente falsa.

La otra afirmación inverosímil de Israel, de que varios de los miembros del equipo de emergencia eran en realidad combatientes de Hamas disfrazados, también ha sido completamente desacreditada. Las biografías de los asesinados por Israel muestran que han sido trabajadores de emergencia durante mucho tiempo. Israel ha estado confiando en esta excusa instintiva cada vez que lo atrapan mintiendo sobre su última atrocidad.

Entonces, ¿cómo demonios sigue The Guardian escribiendo un titular como este?:

Nuevos detalles sobre la matanza de paramédicos en Gaza parecen contradecir el relato de las FDI

O escribiendo un primer párrafo como este:

Han salido a la luz nuevas pruebas del asesinato de 15 médicos y rescatistas palestinos a manos de las tropas israelíes en la Franja de Gaza el mes pasado; pruebas que supuestamente contradicen la afirmación de las Fuerzas de Defensa de Israel de que los soldados no dispararon indiscriminadamente contra los trabajadores médicos.

La «evidencia» citada por The Guardian es una referencia al informe de Haaretz de que los soldados israelíes dispararon durante tres minutos y medio contra el convoy.

La redacción de The Guardian sugiere falsamente dos cosas. Primero, que el relato del ejército israelí sobre los asesinatos todavía tiene suficiente credibilidad como para contradecirlo. Y segundo, que la última evidencia de Haaretz solo «parece contradecir» un relato que ya ha sido invalidado tan repetidamente que no puede ser considerado como cierto a ningún nivel.

La redacción de The Guardian también está completamente subordinada a Israel. El ejército israelí enmarcó su investigación interna como si su objetivo fuera determinar si los soldados dispararon «indiscriminadamente» o no, de modo que luego puede afirmar que ha concluido que no dispararon indiscriminadamente.

Eso presumiblemente significa que el ejército israelí quiere hacernos creer que sus soldados dispararon a los vehículos de emergencia con precisión e intención, en este caso, para matar a esos «combatientes de Hamas» inventados retroactivamente por el ejército israelí para justificar su atrocidad.

The Guardian cree en este encuadre, sugiriendo que la parte inédita de la investigación encontró que los tres minutos y medio de fuego real contra los vehículos fueron en realidad «indiscriminados» en lugar de intencionales.

La realidad es mucho peor: fueron las dos cosas. Los soldados israelíes dispararon indiscriminadamente contra los vehículos con la intención de matar a todos los trabajadores de emergencia que se encontraban en el interior. El tema de la «discriminación» sólo pretende servir como una pista falsa.

Antes de la nueva revelación de Haaretz, ya estaba claro que el relato del ejército israelí era una sarta de mentiras. Entonces, ¿por qué The Guardian no está haciendo su trabajo? ¿Por qué sigue fingiendo un mes después que la versión del ejército israelí no ha sido ya completamente desacreditada?

Incluso un titular muy cauteloso de The Guardian debería ser el siguiente:

Nuevos detalles sobre la matanza de paramédicos en Gaza desacreditan aún más la versión de las FDI

Y el texto debe decir:

Han salido a la luz nuevos acontecimientos en el asesinato de 15 rescatistas palestinos a manos de las tropas israelíes en la Franja de Gaza el mes pasado, con una investigación interna de las Fuerzas de Defensa de Israel que supuestamente encontró que sus soldados dispararon una lluvia prolongada de balas desde corta distancia contra un convoy de vehículos de emergencia claramente visible.

Cualquier periodista novato sabe que The Guardian está informando mal de todo esto. Sigue dando a Israel el beneficio de la duda, incluso después de  que el caso contra Israel ha sido probado. Sigue tergiversando la historia. Sigue sugiriendo que la culpabilidad de Israel no es ya un hecho incontrovertible y establecido.

Si aún tienes dudas, imagínate cómo se habría informado de esta historia si los paramédicos ejecutados fueran ucranianos y los soldados rusos responsables. No de esta manera, puedes estar seguro.

¿Por qué todo un equipo de periodistas altamente experimentados de The Guardian sigue entendiendo esta historia tan mal? No es porque sean incompetentes. Se equivocan porque es su trabajo hacerlo: trabajan para un medio de comunicación corporativo, que existe dentro de un sistema de noticias corporativo, que sirve a un sistema financiero corporativo, que está protegido por estructuras políticas corporativas.

O para abreviar, estos periodistas, lo entiendan o no, trabajan para el establishment británico, promoviendo los objetivos de la política exterior británica, que están subordinados a las demandas imperiales de Washington de dominio global.

El papel de la publicidad corporativa se conoce claramente. Está ahí para que queramos consumir, para animarnos a sentir que necesitamos más, para estar más completos, para cultivar en nosotros una aspiración a una forma de vida materialmente «mejor». Las personas en la industria de la publicidad no se consideran monstruos. No obstante, el objetivo de la profesión es crear una demanda interminable de recursos en un planeta finito. En última instancia, se trata de buscar el suicidio de nuestra especie.

El papel de los medios corporativos no es diferente. Los medios corporativos están ahí para crear la ilusión de que somos los dueños de nuestros propios pensamientos. Están ahí para hacernos pensar que comprendemos autónomamente el mundo, a pesar de que esa comprensión ha sido cuidadosamente diseñada por ellos desde que nacemos. Están ahí para cultivar una visión del mundo que se alinea precisamente con el privilegio de una pequeña élite corporativa cuya riqueza depende del saqueo implacable del planeta para su beneficio.

Los periodistas tampoco se consideran monstruos. Sin embargo, son parte de una maquinaria mediática cuyo objetivo es adormecernos pasivamente, mientras nuestros líderes se confabulan activamente en la perpetración de un genocidio, mientras nuestras corporaciones, ejércitos y servicios de inteligencia siguen adelante con guerras interminables por el control de los recursos, y mientras la tramposa confrontación nuclear se vuelve cada vez más frecuente y enrevesada.

Nadie quiere pensar en sí mismo como un monstruo. Pero seguimos haciendo cosas monstruosas.

Fuente: https://jonathancook.substack.com/p/how-is-the-media-still-getting-the

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.