El día que suspendieron el programa especial ‘Vietnam, a 30 años de la guerra’ Condolezza Rice hacía su vuelo rasante entre Brasilia, Santiago de Chile y Colombia. Muchos nos preguntamos ‘¿Tan larga mano tiene esta mujer que logró levantar un programa que muestra la derrota de su Estado en tiempos de Irak?’ ¿A quién más […]
El día que suspendieron el programa especial ‘Vietnam, a 30 años de la guerra’ Condolezza Rice hacía su vuelo rasante entre Brasilia, Santiago de Chile y Colombia. Muchos nos preguntamos ‘¿Tan larga mano tiene esta mujer que logró levantar un programa que muestra la derrota de su Estado en tiempos de Irak?’ ¿A quién más podía afectar? ¿A tanto ha llegado el pacto con Washington? Pero no fue Condolezza. Fue el Interventor del Canal apremiado por uno de los gremios. Por eso mismo es más grave: develó que el canal vive su más seria crisis de existencia y de conciencia. Es tan grave que uno tiene derecho a preguntarse si con un canal en esas condiciones políticas es posible que un proyecto de contra información como TELESUR pueda funcionar.
El Vietnam que triunfó contra el imperio más poderoso de la tierra cayó abatido en una tarde por la orden de un interventor del Estado dentro de un canal polarizado en una guerra civil entre dos gremios.
Ese día, 28 de abril, cientos de miles de argentinos se habían noticiado por los medios que a las 22:30 de la noche tendríamos el placer político de recordar aquella guerra donde la Nación vietnamita derrotaba a los Estados Unidos de Norteamérica, la Nación invasora. Era la primera guerra perdida por este imperio contemporáneo –ya eso constituye una buena noticia– después de la huída de Corea en 1953, lo más cercano a una derrota que había sufrido hasta 1975.
En todo caso, es para sentirse defraudado, estafado, como quien asiste a un baile adonde fue invitado y encuentra que no hay baile. Pero Vietnam fue algo más serio que una jarana. La memoria de ese acontecimiento es uno de los signos definidores del cierre del siglo XX. Según Kissinger decidió ‘la suerte histórica de EEUU como potencia del siglo XX’ (Memorias, 1978).
Este es el primer asunto: si la información es un derecho inalienable (por su carácter de servicio social, como la salud o la educación) ese día fue violado en el canal estatal argentino.
Una orden del Interventor Ricardo Palacio decidió censurarla. Cientos de miles de ciudadanos se quedaron sin el anunciado video.
Fuentes del Canal 7 sostienen que el Interventor cedió a la presión de los operadores afiliados al Sindicato Argentino de Televisión (SAT). Habrían amenazado con parar las operaciones técnicas si la dirección periodística hacía la emisión con los operadores afiliados a la UTPBA.
La puesta en escena del trabajo periodístico sobre Vietnam iba a ser en vivo, compuesto en el estudio con textos del comentarista internacional Pedro Brieger y archivos de imágenes de la planta televisiva. Varias de ellas nunca fueron usadas y constituyen documentos de interés social guardados por décadas en la filmoteca del canal. Desde el jueves 28 de abril, por orden de un Interventor de Estado, seguirán guardadas, pero esta vez en calidad imágenes censuradas.
En el mismo entredicho está, actualmente, el programa Huella Digital, conducido por el periodista Mauro Federico.
En ambos casos la explicación superficial es que son víctimas de la guerra interna que mantienen desde hace años, dos sectores sindicales, el SAT y el cuerpo de delegados dependiente de la UTPBA. Pero es evidente que es mucho más que una pelea intersindical. Tanto, que afectará proyectos internacionales clave en este momento de las relaciones internacionales.
Efectivamente, hay una guerra fratricida entre ellos. El primer problema es que es fratricida (entre hermanos de clase), viejo recurso político de los Estados y los capitalistas para debilitar al movimiento obrero y a los de abajo. La cosa se complica cuando algunos ‘de abajo’ se creen ‘de arriba’ o actúan como si lo fueran. Esa ceguera dentro de la clase trabajadora sigue siendo la mejor ayuda a los patronos y sus Estados, a veces más efectiva -por lo barata- que el ocasional garrote de la policía.
La lucha autodestructiva entre ambos gremios tiene como centro las cuotas de poder interno (léase base social, relaciones con ambas direcciones, la periodística y la de Ficción, coberturas internacionales, horas extras y cosas por el estilo)
La UTPBA cuenta con más de un centenar de afiliados mientras el SAT registra unos 400 agremiados. Lo grave es que este conjunto de trabajadores prefieren entredevorarse, así sea a costa de Vietnam.
En la SIGEN (Sindicatura General de la Nación) reposa un informe según el cual en el canal se vienen haciendo negociados de todo tipo desde hace tiempo. Uno de los más visibles es el de la comercialización de los ‘enlatados’ de ficción con los que nos torturan cada tarde en el 7.
Pero hay mucho más, según el informe de la entidad investigadora. Dentro del canal sostienen que el nivel de truculencias administrativas tiende a alcanzar los mejores tiempos de Gerardo Sofovich.
Uno de los atentados culturales que se hace en ATC es la muerte de la memoria social que registran sus reporteros. O sea, la negación del oficio y del estudio. Héctor Mujica dice en su libro ‘El Imperio de la Noticia’ que ‘el periodismo es una disciplina auxiliar de la historia’. El maravilloso registro periodístico del siglo XX demostró que su historia sería imposible si los reportajes. Es el único siglo de la historia que puede contarse a sí mismo en imágenes.
Bien, en el Canal 7 se borran las cintas de las casetes de video donde se graban a diario los reportajes del día, sean estos ‘grandes’ o ‘pequeños’ acontecimientos. Y ya sabemos por las filmaciones en Auschwitz o del golpe de Estado a Chávez, por ejemplo, lo que pasa en la historia cuando algo es desestimado.
Cuando estaban confeccionando el video ‘Vietnam, a 30 años de la Guerra’ se descubrió algo que sorprende: Habían borrado el reportaje al General Vo Guyen Giap. ¿Sabía quien lo borró quién era este hombre, y si no sabía cómo maneja archivos de historia? El reportaje lo grabó el camarógrafo Félix Arrieta en 2000 en la capital de Vietnam. Era un documento clave sobre uno de los héroes de la historia social y militar del siglo pasado.
Posiblemente TELESUR sea una de las próximas víctimas de esta situación. Llama la atención que las emisiones comiencen primero en Uruguay, donde se supone la televisión estatal tiene menos recursos que ATC. El canal uruguayo apenas cuenta con unos 80 betacam. En el 7 hay más, pero sin saber para qué usarlos, sobre todo cuando se deba decidir con cuál de los gremios internos se harás las e ediciones y producciones para TELESUR. El síndrome Vietnam vuela sobre la avenida Figueroa Alcorta.