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A quienes quieran saber sobre Fidel

Fuentes: El Mundo

Este artículo, me dijeron, aparecería con uno de Raúl Rivero, de la misma extensión, y con un cómic escrito por Rivero. Pregunté si podían reproducir también fragmentos de un cómic sobre Fidel escrito por Néstor Kohan, para equilibrar. Imposible, el tiempo… Lo esperaba. En este periódico la mayoría de las informaciones sobre Cuba siguen una […]

Este artículo, me dijeron, aparecería con uno de Raúl Rivero, de la misma extensión, y con un cómic escrito por Rivero. Pregunté si podían reproducir también fragmentos de un cómic sobre Fidel escrito por Néstor Kohan, para equilibrar. Imposible, el tiempo… Lo esperaba. En este periódico la mayoría de las informaciones sobre Cuba siguen una línea editorial contraria a los principios de la revolución cubana, línea que comparten los grandes grupos mediáticos. Artículos como éste cumplen un controvertido papel, pues aun siendo garantía de que se publican opiniones diferentes, poco pueden hacer a título de excepción y en un contexto no equilibrado.

Recientemente un periódico nacional de gran tirada se ha negado a publicar al filósofo italiano Gianni Vattimo, de quien ese periódico había publicado numerosos artículos en el pasado. Vattimo manifestaba admiración por la revolución cubana y decía, entre otras cosas, que difícilmente «un italiano de buena fe, incluso ingenuo, puede de veras sentirse en Cuba como representante de una democracia mejor y más libre que la de Fidel». El artículo, publicado en «La Stampa», está en la Red. En nuestro país hay periódicos que ni siquiera para legitimarse un poco se arriesgan a publicar la otra versión.

Algunas personas piensan que quienes hablamos bien de Cuba no nos informamos. Qué equivocadas están, tenemos que informarnos más, porque tenemos que discutir más. Leemos, por ejemplo, a los autores que evocan La Habana culta y maravillosa anterior a la revolución. Lo peor no es que escamoteen el dato de para cuántos era maravillosa, es que ni se les ocurre pensar en él, a la manera de una conocida columnista quien ha escrito: «Propongo un boicoteo: no volvamos a beber un vino francés». Como ellos beben vino francés, deducen que el país entero lo bebe. ¿A esa forma de razonar tenemos que acudir para informarnos? ¿A los autores que casualmente callan sobre el documento que Estados Unidos acaba de hacer público en donde se combina el soborno con medidas secretas para «acelerar» el fin de la revolución? Si alguien quiere saber sobre Fidel que no busque en esos artículos, ni en éste de 600 palabras, que acuda a libros documentados, rigurosos, a los medios alternativos o al cómic citado, «Fidel Castro», en la colección clásica «Para Principiantes».

La pregunta es para qué necesita alguien saber lo que pasa en una revolución. En muchos lugares de Latinoamérica el nombre de Fidel «condensa las aspiraciones, las resistencias y los sueños rebeldes de numerosos pueblos». En Europa millones de personas no beben vino francés, tienen miedo en el trabajo, en el horizonte ven un callejón sin salida. La mayoría no lee magazines ni crea opinión, aunque sí necesita saber. Otras personas, con un horizonte más despejado, estudiamos la revolución cubana desde la convicción de que este planeta sólo saldrá de la prehistoria cuando el interés y el beneficio privados dejen de ser el motor de la economía.

¿Recuerdan ustedes canciones como «Yo pisaré las calles nuevamente», «Grándola vila morena», «Santa Bárbara bendita, patrona de los mineros»? ¿Se emocionan al oírlas? A veces la emoción es más que un juego sentimental. A veces es el anhelo de una vida común, justa y posible. En el cómic argentino una viñeta muestra a un soldado con un arma, el texto dice: «Hay que bloquear Cuba, aislarla e invadirla». Así ha querido hacerse con todo impulso revolucionario. No son los 80 años de vida de Fidel lo que irrita a los poderosos. Es que a sus 80 años se mantenga leal y contribuya a hacer posibles los principios que a ellos, cuando suena la música, aún les emocionan.

Nota de Rebelión:

Este texto fue publicado en el magazine dominical del diario español El Mundo el pasado 30 de julio. En contra de lo entendido por la autora, como señala al principio de su artículo, de que los textos de Raúl Rivero y de Belén Gopegui tendrían una extensión similar, el del anticastrista ocupa dos tercios de páginas y el de la escritora española, un tercio. El segundo, además, con un cuerpo de letra menor. A ello, se le añade que el cómic ocupa seis páginas completas sin que se considerara oportuno reproducir otro propuesto por Belén Gopegui. El titular del especial es el de Raúl Rivero mientras que en la web, el texto de Gopegui, ni titular tiene.