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Editorial de Liberación

Alba y No Alineados, el lugar de Argentina en el mundo

Fuentes: Liberación

Si algo ha tenido de bueno este último mes, es que puso sobre la mesa el debate a nivel de masas sobre cuál debe ser la posición internacional de nuestro país. Eso se acentuó con la XXX Cumbre del Mercosur en Córdoba, con presencia de Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales entre otros presidentes. […]

Si algo ha tenido de bueno este último mes, es que puso sobre la mesa el debate a nivel de masas sobre cuál debe ser la posición internacional de nuestro país. Eso se acentuó con la XXX Cumbre del Mercosur en Córdoba, con presencia de Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales entre otros presidentes.

En esa reunión la postura proestadounidense se vio debilitada porque los más proyanquis no se hicieron presentes, pese a estar invitados: Vicente Fox, de México, Alvaro Uribe, de Colombia y Alejandro Toledo, de Perú.

Pero de todos modos las posiciones filo norteamericanas ocuparon sus lugares en la cita. Michele Bachelet (como su antecesor Ricardo Lagos) había aclarado que Chile no se incorporará al bloque regional porque privilegia su tratado de comercio con EE.UU. Tabaré Vázquez, de Uruguay, no se atrevió a tanto, pero también busca firmar con la administración Bush, luego de darle validez al tratado bilateral de protección de inversiones.

También estuvo en la reunión Nicanor Duarte Frutos, de Paraguay, que ha permitido el ingreso de marines norteamericanos, con base permanente en Mariscal Estigarribia.

Precisamente en los días en que deliberaban los presidentes, las fuerzas de seguridad de Paraguay reprimieron brutalmente una manifestación de campesinos, dejando decenas de heridos y detenidos. Esa fue una prueba más de que no todo lo que reluce en el Mercosur es oro.

Naturalmente que la incorporación de Venezuela como miembro pleno, debutando el 21 de julio, fue muy positivo, lo mismo que las invitaciones a los delegados de Cuba y Bolivia.

Pero no nos engañemos. El Mercosur fundado en 1991 en plena época de neoliberalismo, ha tenido cambios positivos pero tiene severos límites de clase. Allí dominan los monopolios nacionales brasileños y argentinos: Petrobras, los capitales brasileños que adquirieron Loma Negra y el frigorífico Swift, los pulpos argentinos Arcor, Macri y las automotrices multinacionales con fábricas en uno y otro país.

Por eso los discursos de Lula y Kirchner, que fueron positivos en esta reunión, no superaron el nivel de los regateos con el ALCA. No llegaron a configurar una alternativa bolivariana, sanmartiniana, guevarista, popular-antiimperialista. Y son los dos países que tienen la mayor influencia política y comercial en el bloque regional. Ellos ocupan un lugar «centrista» entre el sector proyanqui (Uribe, Fox-Calderón, Toledo-García) y el campo tercermundista en serio, integrado por Cuba, Venezuela y Bolivia más las organizaciones populares que luchan en la mayoría de América Latina y el Caribe, como las FARC de Colombia.

La condición oportunista y no confiable de la dupla Lula-Kirchner se vio en la reunión con la carta que el segundo hizo entregar a la cancillería cubana, presionando a favor de la mercenaria Hilda Molina. El trámite fue aplaudido por la derecha de la región y el mundo, y fue objetivamente un gesto hacia la Casa Blanca.

Mucho mejor es el ALBA

Por eso el Partido de la Liberación (PL) sostuvo en su declaración repartida en miles de volantes en la Cumbre de los Pueblos del Mercosur, que «Entre el ALCA y el Mercosur nos quedamos con el Mercosur, pero mucho mejor es el ALBA».

La Alternativa Bolivariana de las Américas, firmada por Cuba y Venezuela y a la que adhirió Bolivia, tiene también un Tratado de Comercio de los Pueblos. Allí se busca la integración latinoamericana en pie de igualdad y con complementación entre los distintos pueblos, sumando entre otras cosas la potencia energética de Venezuela, el capital humano de Cuba y los recursos naturales de Bolivia.

Todo eso, en el marco de un programa político antiimperialista y en defensa de la paz y la humanidad, como el que vienen abonando Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales.

Ese es el lugar del mundo donde debe ubicarse Argentina, con su potencial agrario e industrial, su base científico-técnica y su tradición de lucha por la liberación.

Desde esa alianza base en el ALBA-TCP, una Argentina digna debe reintegrarse plena y activamente en el Movimiento de Países No Alineados, del que se alejó en tiempos de la dictadura militar. El MPNA se reunirá a mediados de setiembre en La Habana, bajo la presidencia de turno cubana.

Allí habría que llevar una postura favorable a sepultar definitivamente el ALCA, a fomentar la reforma agraria en nuestros países, la nacionalización de los recursos naturales y el no pago de la deuda externa, a terminar con una ONU dominada por la superpotencia y sus aliados europeos, a apoyar prácticamente al Lïbano y Palestina agredidos por Israel y EE.UU., a reclamar la salida del imperialismo de Irak, Afganistán, Guantánamo y nuestras Malvinas, así como que cese el bloqueo yanqui contra Cuba y la desestabilización contra Chávez.

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Liberación es el órgano de prensa del Partido de la Liberación (PL) de Argentina. www.pl.org.ar