El presupuesto nacional 2015 presenta nuevamente un aumento en el empleo público del estado nacional. Este no es un dato nuevo y se hace extensivo a los estados provinciales y a las gestiones municipales. El aumento del empleo público, su evolución histórica y el vínculo con el deterioro salarial como una de las caras de […]
El presupuesto nacional 2015 presenta nuevamente un aumento en el empleo público del estado nacional. Este no es un dato nuevo y se hace extensivo a los estados provinciales y a las gestiones municipales. El aumento del empleo público, su evolución histórica y el vínculo con el deterioro salarial como una de las caras de la precarización laboral, son analizadas en esta nota.
El proyecto de Presupuesto 2015, con media sanción en Diputados y a punto de convertirse en ley el próximo miércoles tras la aprobación del Senado, prevé para el próximo año un aumento en los llamados «recursos humanos» dependientes de la Administración Nacional, en cargos permanentes y temporarios.
El empleo público nacional se ha ido incrementando cada año en cada uno de los presupuestos presentados. Se pasó de una plantilla de cargos permanentes y temporarios de 232.386, presupuestada en 2004, a una de 389.396 para el 2015 (un 68 por ciento de aumento). Comparado con al año en curso el incremento será de 12.171 nuevos puestos para el año próximo. El aumento de los trabajadores en el Estado lo muestra así en su rol de regulador de la desocupación.
Nicolás Villanova es sociólogo, doctor en Ciencias Sociales, responsable del área de Estadísticas del Centro de Estudio de Investigaciones en Ciencias Sociales. Es especialista en el abordaje de los temas de trabajo y empleo. Con él conversamos durante una entrevista en el programa Los Locos de Buenos Aires para abordar el tema del aumento del empleo público, analizar su evolución histórica y el vínculo con el deterioro salarial como una de las caras de la precarización laboral.
«En la última década el empleo estatal creció mucho. Si uno analiza históricamente es una tendencia que se viene dando desde la década del 70. En la década del ’50 el empleo estatal era de aproximadamente entre un 10 y un 12 % del total de los ocupados y los asalariados industriales constituían cerca de un 20/21 %. En la última década eso empezó a revertirse ya que el empleo estatal ocupa un 16 % del conjunto de los trabajadores ocupados en la economía mientras que los asalariados industriales cerca del 11/12 %. Con lo que se podría decir que en términos relativos el empleo industrial viene decreciendo. Y si se analiza el empleo en el Estado ha ido creciendo a lo largo de las décadas: 11 % en la década del ’70, un 14 durante el menemismo, y en la última década un 16 %», detalló. «El crecimiento del empleo en el Estado no es más que la precarización de los trabajadores porque los salarios que obtienen son mucho más bajos que los de trabajadores industriales registrados», agregó Villanova.
Recientemente se conocieron cifras del aumento del empleo público que el presupuesto de la provincia de Buenos Aires también prevé. Además, un recorrido por los diferentes rincones de del país muestra claramente que este fenómeno no es solo nacional sino también provincial y con fuerte impronta a nivel municipal. Villanova explica que el Estado no es algo homogéneo; una cosa es un empleado en el Estado nacional y otra en los estados provinciales o municipales. Sus investigaciones muestran cómo los procesos de descentralización de servicios del estado nacional hacia las provincias y municipios – que arrancan en las décadas del ’50-’60, se van profundizando en los ’70 y finalmente en los ’90- influyen en la pérdida de salario. Estos procesos se dieron en especial en servicios como la educación y la salud. «Los empleados municipales y provinciales son los que peores salarios obtienen y son los que porcentualmente representan la mayor cantidad dentro de los diferentes estados», afirmó. «En la última década el empleo provincial representa el 70 % de los trabajadores del estado mientras que en los ’50-’60 los empleados del estado nacional representaban el 63 %. También se observa, incluso en el mismo estado nacional, que han crecido mucho los empleados contratados (monotributistas y artículos específicos para el empleo por contrato) sobre todo en la última década que de un 6 % pasaron a constituir un 18 %».
Para Villanova, los bajos salarios estatales son en parte la explicación de la baja salarial a nivel general. «Cuando uno ve el promedio de los salarios del conjunto de los trabajadores de la economía, estos procesos (de descentralización) también explican la precariedad laboral de determinadas ramas. Tienden a incrementarse los trabajadores que se ocupan en ramas que peores salarios pagan y esto en la última década es muy fuerte».
Los salarios como mecanismo compensador de la economía
«Es interesante pensar este fenómeno como mecanismo compensador de la economía. Por ejemplo, cuando el tema de la pobreza se analiza en base a desde qué importe de canastas se es pobre o no, se pierde algo fundamental y es que la pobreza presupone una relación: hay más pobres como condición de que haya más ricos. La riqueza de unos pocos es condición de la pobreza de unos tantos mas. Entonces hay un problema de la economía», afirmó Villanova.
Desde el del Centro de Estudio de Investigaciones en Ciencias Sociales se analiza la historia económica argentina, cuáles han sido las fuentes de sostenimiento de la misma y cómo hoy el salario es la variable de compensación de otras rentas. «Hasta la década del ’70, la economía argentina recibía sistemáticamente un porcentaje enorme de transferencias que provenían del agro, o sea que la industria argentina dependía de la renta agraria y ese era uno de los mecanismos de compensación fundamentales de una economía que es muy chica a nivel internacional y que no logra alcanzar la productividad media mundial. Luego de los ’70 esa renta no alcanza para todos entonces aparecen otros mecanismos de compensación que están vinculados al endeudamiento externo; fuerte endeudamiento en la década del ’70 y fuerte endeudamiento en la década del ’90. En la última década lo que se ve es que agotada la transferencia de la renta agraria y agotada la posibilidad de endeudamiento externo lo que queda es la baja salarial. Uno ve una caída absoluta del salario desde la década del ’70 hasta la actualidad».
Si bien durante la última década ha habido una recomposición salarial, la misma se basa en haber partido de uno de los salarios más bajos de la historia argentina de los últimos 70 años. «La devaluación de 2002 operó como una baja muy fuerte salarial y de ahí se comenzó a relanzarla economía. Muchos analistas ven en el kirchnerismo un momento de recuperación de la economía. Pero algo que se puede ver es el piso salarial sobre la cual parte esa recomposición. Si se compara la baja salarial de los años 2002/2003/2004 y hasta el 2005 uno ve que la rentabilidad de los industriales creció a nivel record. Sobre la base de la baja salarial muy fuerte la rentabilidad empresarial creció, luego de la crisis. Ese es el proceso de recomposición», aseveró Villanova.
El promedio de ingresos de los trabajadores ocupados durante el segundo trimestre de este año rondó los 5700 pesos, según el último informe del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma. Este ingreso, a valores de poder adquisitivo, no llega al promedio de la década de los ’90 (6.200 pesos actuales) y son la mitad de lo que representaba un salario en 1975.
Villanova propone en este sentido poner en debate si se trata de un problema de gestión política o si es en realidad un problema de la economía misma. «Si se ve la tendencia histórica a la baja salarial, a la precarización laboral, entonces lo que está cuestionado es la economía misma. Son las relaciones que estructuran el capitalismo actual», concluyó.
Fuente: http://www.redeco.com.ar/nv/index.php?option=com_content&task=view&id=14518&Itemid=42