Cuando en abril de 1990 entré en la librería Alexandria del pintoresco y tranquilo pueblo de Sant Cugat del Vallès/Catalunya, para comprar como de costumbre el diario El País, edición dominical, salí, como siempre, con varios periódicos y dos libros bajo el brazo. El dueño de la librería, un chico alto, flaco, buen mozo, calzando […]
Cuando en abril de 1990 entré en la librería Alexandria del pintoresco y tranquilo pueblo de Sant Cugat del Vallès/Catalunya, para comprar como de costumbre el diario El País, edición dominical, salí, como siempre, con varios periódicos y dos libros bajo el brazo. El dueño de la librería, un chico alto, flaco, buen mozo, calzando llamativas botas de cow boy puntudas, parecía más que vendedor de libros, un roquero de heavy metal.
El Inventario de Mario Benedetti fue un «regalo» de mi amigo el vaquero-roquero, mejor dicho lo forcé una miqueta para que soltara aquel libro viejo y empolvado, en el que ninguno de los clientes había reparado hasta ese momento, y en compensación, le compré la tercera edición de El Libro de estilo del diario El País. El valor en pesetas era casi el mismo: Benedetti 1800 pelas y el del País 1887. No cabe la menor duda de quien salió ganando en este trueque tan desigual. ¡Ya se imaginará usted, lo difícil que es el acto de vender y comprar entre fenicios!
No sé exactamente cuáles fueron los motivos que tuve para comprar el libro del grupo PRISA; la verdad es que no lo abrí hasta hace un par de meses atrás, cuando limpiando la buhardilla me encontré con una caja de libros viejos y olvidados, y la pasta ilustrada con sus 61 lápices y una pluma negra, marca Pelícano, apareció frente a mí, como un genio encerrado durante tantos fríos inviernos y me recordó las anécdotas en la calle Villà 10.
Resulta, que leyendo el artículo de Pascual Serrano en Rebelión titulado: ¿Quiénes son los quince miembros del nuevo Consejo de Administración de Prisa?, me entero que a nivel de los accionistas, a partir del 27 de noviembre del 2010, la mayoría absoluta está en manos norteamericanas. Entonces, simplemente por curiosidad, hojeé el manual de El País, pensando encontrar nombres y apellidos del Consejo de Administración, pero solamente encontré, entre otras cosas, el estatuto de la redacción de El País aprobado por el Consejo de Administración de Promotora de Informaciones, Sociedad Anónima (PRISA), el 29 de abril de 1980; por el Censo de la redacción, el 11 de junio de 1980; por la Junta de Fundadores, el 18 de junio de 1980; por la Junta General de Accionistas, el 20 de junio de 1980. Leí el artículo 3, que define la línea ideológica del periódico en los siguientes términos: «1.1. EL PAÍS se define estatutariamente como un periódico independiente, nacional, de información general, con una clara vocación de europeo, defensor de la democracia pluralista según los principios liberales y sociales, y que se compromete a guardar el orden democrático y legal establecido en la Constitución. En este marco, acoge todas las tendencias, excepto las que propugnan la violencia para el cumplimiento de sus fines». «1.2. EL PAÍS se esfuerza por presentar diariamente una información veraz, lo más completa posible, interesante, actual y de alta calidad, de manera que ayude al lector a entender la realidad y a formarse su propio criterio». «1.3. EL PAÍS rechazará cualquier presión de personas, partidos políticos, grupos económicos, religiosos o ideológicos que traten de poner la información al servicio de sus intereses. Esta independencia y la no manipulación de las noticias son una garantía para los derechos de los lectores, cuya salvaguardia constituye la razón última del trabajo profesional. La información y la opinión estarán claramente diferenciadas entre sí» (el subrayado es de quien escribe).
Dado que el libro de mi propiedad ya tiene más de veinte años, se me ocurrió consultar en el buscador Google Chrome para cotejar los datos viejos con los nuevos y cuál fue mi sorpresa al constatar que entre la tercera edición del mencionado libro y la edición de 2002, la cual no tiene apéndices; aparte de los prólogos, no hay ninguna diferencia, en cuanto al contenido.
Hojeando, aquí y allá, llegué a la sección de siglas y me detuve en OUA, que son las siglas de la Organización para la Unidad Africana, fundada en 1963 y reemplazada en 2002 por la Unión Africana (UA). Revisando país por país, nada más por curiosidad y sed de conocimiento geográfico, pude comprobar que Marruecos había abandonado la organización en 1984, en señal de protesta por la incorporación de la República Árabe Saharaui Democrática a la OUA, pero en el manual seguía figurando como estado miembro; además de la inexplicable ausencia, en ambas ediciones, de Suráfrica.
También puede comprobar la existencia de un «país africano que no aparece en ningún atlas moderno ni antiguo y por lo visto, «descubierto» o «inventado» por los geógrafos de El País, llamado «TONGO». Tengo la impresión -me dije, un tanto preocupado- que por el tingo que me di bailando tango porteño me fracturé el tungo y me falla la memoria, pues ya no sé si el verso del escritor cubano Nicolás Guillén, dice: «Tepica el tongo tolongo, tepica el negro bien negro; tongo tolongo del Tongo…» o Sóngoro cosongo o tengotantotango en el cuerpo que ahora sólo veo minas en tangas y togas en TOGO.
Con todos estos deslices y errores garrafales del Libro de estilo de El País, sospecho que desde 1977, año en que se editó el primer libro hasta nuestros días, los responsables de dicha empresa no se han preocupado de revisar, corregir y actualizar la información contenida y subscrita en su canon operativo, de lo cual deduzco, que el manual de estilo es un librito de estantería, real o virtual, donde lo escrito en él, sobre todo, lo concerniente a los principios 1.2 y 1.3 son letra muerta.
¿Qué podemos esperar de los nuevos mandamases del grupo PRISA? ¿Un viraje en la política editorial, sin influencia ideológica de grupos económicos? ¿Nos presentarán, tal vez, diariamente una información veraz, lo más completa posible, de manera que nos ayude a los lectores a entender, por ejemplo, la realidad cubana y venezolana, y formarnos nuestro propio criterio? Me temo que no.
Vestidme despacio que tengo PRISA -dijo la mona joven vanidosa-con el tul de la verdad mediatizada.
PS: «…//en cambio para nosotros Cuba y Nicaragua (y Venezuela)/son hechos/fundamentales y/fundacionales/en tanto que/para ellos/son tan solo/noticias/por eso nunca/las entendieron bien//. M.Benedetti, Inventario: «Hechos/Noticias» levemente modificado.
Fuente: http://robiloh.blogspot.com
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