El escándalo actual sobre el sesgo sistemático proisraelí de la BBC coloca en el centro a un editor senior que de hecho es un ex miembro de un equipo de propaganda de la CIA, según pudo revelar MintPress News. Raffi Berg, un inglés que dirige la sección de Oriente Medio de la BBC, trabajó anteriormente para el Servicio de Información de Transmisiones Extranjeras del Departamento de Estado de EE.UU., una unidad que, según él mismo admitió, era un grupo fantasma de la CIA.
Berg es actualmente objeto de un considerable escrutinio después de que trece empleados de la BBC se pronunciaran y afirmaran, entre otras cosas, que «todo su trabajo es diluir todo lo que sea demasiado crítico con Israel» y que tiene una “salvajada” de poder en la emisora estatal británica; que hay una cultura de «miedo extremo» en la BBC sobre la publicación de cualquier cosa crítica con Israel, y que el propio Berg desempeña un papel clave al convertir su cobertura en «propaganda israelí sistemática». La BBC ha cuestionado estas afirmaciones.
Nuestro hombre en Londres
Berg saltó a la atención pública en diciembre después de que Drop Site News publicara una investigación -basada en entrevistas a 13 miembros del personal de la BBC- que lo presenta como una figura de poder que bloquea sistemáticamente la cobertura crítica de Israel y manipula las notiicas para que se adapten a las narrativas proisraelíes.
El informe de 9000 palabras, escrito por el popular periodista Owen Jones, es extenso y está bien documentado. Sin embargo, un aspecto que no profundiza son las conexiones de Berg con el estado de seguridad nacional de EE.UU., que ahora MintPress News revela.
Según su perfil de LinkedIn, Berg fue empleado del Servicio de Información de Transmisiones Extranjeras (FBIS) del Departamento de Estado de Estados Unidos tres años antes de unirse a la BBC. El FBIS es un grupo de la CIA, conocido por recopilar información.
Como se lee en las dos primeras líneas de su entrada en Wikipedia:
El Servicio de Información de Radiodifusión Extranjera (FBIS) era el encargado del código abierto, como parte de la Dirección de Ciencia y Tecnología de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). El servicio se encargaba de monitorizar, traducir y difundir, dentro del gobierno de los Estados Unidos, las noticias e información disponibles de fuentes de medios de comunicación fuera de los Estados Unidos.
En 2005 el FBIS se convirtió en la nueva empresa de código abierto de la CIA.
Berg no discute que él era, de hecho, un hombre de la CIA. En una entrevista de 2020 para The Jewish Telegraph comenta que estaba «absolutamente emocionado» de trabajar en secreto para la CIA. Berg dijo: «Un día, me llevaron a un lado y me dijeron: ‘Puede que sepas o no que somos parte de la CIA, pero no se lo digas a nadie«. No le sorprendió esta noticia, ya que el proceso de solicitud fue extremadamente largo y riguroso. «Revisaron mi personalidad y mis antecedentes al milímetro, preguntándome si alguna vez había visitado países comunistas y, si lo había hecho, si formé alguna relación mientras estuve allí«, dijo.
Colaborador del Mossad
La CIA, sin embargo, no es la única organización clandestina de espionaje con la que Berg tiene una larga historia de colaboración. También tiene una excelente relación profesional con el Mossad, la principal agencia de inteligencia de Israel.
En 2020, por ejemplo, Berg publicó «Espías del Mar Rojo: La verdadera historia del falso centro de buceo del Mossad», un libro que cuenta la historia de la operación israelí para contrabandear clandestinamente judíos etíopes a Israel. No sorprende que en su relato de 320 páginas Berg ensalce a Israel y a sus espías, teniendo en cuenta la cantidad de información que el Mossad le proporcionó para su redacción. Berg dijo que escribió el libro «en colaboración» con el comandante del Mossad Dani Limor, en quien confió ampliamente, ya que, en sus propias palabras, no sabía «casi nada» sobre la historia y su trasfondo antes de escribirla. Limor le abrió numerosas puertas y pudo asegurarle «más de 100 horas de entrevistas» a oficiales militares y de inteligencia israelíes, incluido el jefe del Mossad.
Limor y Berg se hicieron muy amigos. En 2020 publicó una foto de sí mismo abrazado con el excomandante del Mossad. La primera página de «Espías del Mar Rojo» es simplemente una recomendación entusiasta de Efraim Halevy, ex director del Mossad, un grupo que Berg describe como «el servicio de inteligencia más grande del mundo».
Berg ha promovido enérgicamente su libro y en múltiples ocasiones ha mostrado su gran satisfacción por el hecho de que Benjamín Netanyahu se haya interesado por él. En agosto de 2020, por ejemplo, compartió una foto de Netanyahu en su oficina frente a un ejemplar de su libro. «Es la primera vez que estoy en la estantería de un primer ministro, claro que tengo al primer ministro israelí Netanyahu en la mía, ¡pero guau!», exclamó, etiquetando al Mossad, al Partido Likud israelí y a las embajadas israelíes en el Reino Unido y Estados Unidos.
Al año siguiente le envió un mensaje a Yair, el hijo de Netanyahu en el que decía: «Tu padre tiene mi libro, ‘Espías del Mar Rojo: La verdadera historia del falso centro de buceo del Mossad’, y me envió una hermosa carta al respecto«. Esa carta se puede ver en la pared de la oficina de Berg en sus muchos eventos públicos y videos; la carta está enmarcada y colocada junto a fotos en las que se reúne con un comandante del Mossad y con Mark Regev, el ex portavoz de la Oficina del Primer Ministro israelí.
El hecho de que un editor de la BBC para Oriente Medio no solo cuelgue estas imágenes y documentos y los ponga en un lugar de honor en su oficina, sino que también elija mostrarlos mientras habla públicamente y desde un papel oficial es revelador. La BBC se vende a sí misma como una cadena imparcial de noticias sobre Oriente Medio y más allá. Y, sin embargo, para la BBC, Berg -que según la mayoría de los relatos toma las decisiones en cuanto a la publicación de noticias sobre Israel y Palestina-, tiene un comportamiento aceptable y sin importancia.
Si fuera lo contrario, que un empleado -incluso de bajo nivel- de la BBC compartiera abiertamente fotos de sí mismo abrazando al comandante de Hamas, Yahya Sinwar, o mostrando una carta del ayatolá Jamenei de Irán, está claro que tendría repercusiones muy serias. Sin embargo, ocurre justo lo contrario, la BBC suspendió a seis de sus reporteros simplemente por dar «me gusta» a tuits a favor de Palestina, mientras que la abierta defensa proisraelí de Berg es algo absolutamente nada problemático.
Implacablemente proisraelí
Por supuesto, es muy posible que una postura proisraelí ayude a uno a ascender en la BBC, una organización conocida desde hace mucho tiempo por ser muy sesgada a favor de su país y sus intereses.
Nacido y criado en Inglaterra, Berg siempre tuvo un gran interés en Israel, a donde se trasladó para estudiar Estudios Judíos e Israelíes en la Universidad Hebrea de Jerusalén [situada en Territorios Palestinos Ocupados, nota de la traductora]. Trabajó en el FBIS entre 1997 y 1998 y se unió a la BBC en 2001, donde comenzó como redactor y productor de noticias mundiales.
Uno de sus primeros artículos de la BBC describía al ejército israelí y a sus reclutas, y presentaba al ejército militares israelíes como valientes protectores de su patria y como una «fuente de orgullo nacional», y explicaba el papel de las mujeres en el mismo como una victoria de la igualdad sexual en Israel.
En 2009, en el apogeo de la Operación Plomo Fundido -el ataque israelí contra Gaza que mató a más de 1.000 personas-, Berg asistió a una manifestación proisraelí en el centro de Londres. Es más, incluso reprendió al periódico israelí, The Jerusalem Post, por señalar que solo 5.000 personas acudieron al evento. En opinión de Berg, hubo tres veces más asistentes. Más tarde la BBC cambió sus directrices para evitar que sus empleados de la sala de redacción asistieran a manifestaciones controvertidas.
Durante la Operación Plomo Fundido, se descubrió que el ejército israelí había atacado y matado indiscriminadamente a civiles, había utilizado a palestinos como escudos humanos y había utilizado armas químicas prohibidas en zonas civiles, como el fósforo blanco.
Tres años después, en noviembre de 2012, Israel lanzó la Operación Pilar de Defensa, un sangriento ataque de alto perfil contra Gaza que llegó a los titulares de todo el mundo. A medida que Israel bombardeaba el área civil densamente poblada, Berg lanzó su propia ofensiva interna diciendo a sus colegas de la BBC que redactaran sus noticias de manera que no culparan o «pusieran un énfasis indebido» en Israel. En cambio, y según muestran los correos electrónicos filtrados, alentó a los periodistas a presentar el ataque como una operación «destinada a poner fin al lanzamiento de cohetes desde Gaza», con lo que situaba a Hamas como el agresor.
En otro correo electrónico Berg instruyó a sus compañeros de la siguiente manera:
«Por favor, recuerden, Israel no mantiene un bloqueo alrededor de Gaza. Egipto controla la frontera sur»
Una opinión que no es compartida por las Naciones Unidas, que declaró que Israel era la potencia ocupante que asediaba la Franja.
Revelaciones extraordinarias
Poco después de la Operación Pilar de Defensa Berg fue ascendido a jefe de la oficina de Oriente Medio de la BBC. Esta posición le da una enorme influencia en la configuración de la presentación de la actual guerra de Israel contra Gaza. En este papel ha ayudado a convertir la BBC en «propaganda sistemática israelí», según un periodista citado por Jones en su investigación de Drop Site. «Todo el trabajo de este tipo es diluir todo lo que sea demasiado crítico con Israel», afirmó otro.
El personal de la BBC con el que habló Jones dibujó una imagen de Berg como un fanático proisraelí que suprimía sistemáticamente cualquier contenido o información que pudiera pintar a Tel Aviv de manera negativa. Es un microgerente, numerosos periodistas intentaron notificar a la gerencia de sus problemas con Berg, pero sus quejas cayeron en oídos sordos. «Casi todos los corresponsales que conoces tienen un problema con él«, dijo un miembro del personal. «Ha sido nombrado en varias reuniones, pero simplemente lo ignoran«.
«La cantidad de poder que tiene es una locura«, le dijo otro periodista a Jones, quien explicó que esencialmente cada noticia o segmento relacionada con Israel tendría que ser aprobado primero por Berg, incluso haciendo que otros editores tengan un «miedo extremo» a editar algo sin su aprobación.
Se alega que Berg realizó extensas ediciones previas a la publicación de las noticias editadas por otros colegas y cambió el marco de los eventos para proteger a Israel de cualquier culpa. Un ejemplo de ello es el encubrimiento del ataque israelí contra el funeral de la periodista palestina-estadounidense Shireen Abu Akleh. En mayo de 2022 francotiradores israelíes dispararon a la presentadora de Al Jazeera en la cabeza y procedieron a mentir sobre su culpabilidad. Posteriormente las fuerzas israelíes atacaron el funeral público, golpearon a las personas asistentes y dispararon gases lacrimógenos. El texto de la BBC, supuestamente escrito por el propio Berg, decía:
La violencia estalló en Jerusalén Este en el funeral de la reportera Shireen Abu Aqla, asesinada durante una operación militar israelí en la Cisjordania ocupada. Empujaron su ataúd mientras la policía israelí y los palestinos se enfrentaban al salir de un hospital en Jerusalén Este.
Así, el asesinato de Abu Akleh a manos de las fuerzas israelíes se rebajó a una mera muerte durante una operación (sin que se mencionara al autor del crimen), mientras que un ataque policial contra un cortejo fúnebre se presentó como un «enfrentamiento» entre facciones rivales, presumiblemente con una responsabilidad más o menos igual.
Un ejemplo más reciente de esto, afirma Jones, proviene de una noticia de julio sobre soldados israelíes que lanzaron un perro de ataque contra Muhammed Bhar, un hombre de Gaza gravemente discapacitado, y lo dejaron desangrarse hasta morir. Bajo la supervisión de Berg, el titular original decía: «La muerte solitaria de un hombre de Gaza con síndrome de Down». Solo después de una gigantesca protesta mundial, la BBC cambió su señalando algo sobre cómo Bhar encontró su fin.
«Tiene que haber una línea moral trazada en la arena. Y si esta historia no lo es, ¿entonces qué?», dijo un periodista de la BBC, al comentar sobre el asunto.
Desde que se publicó la investigación, Berg ha permanecido en silencio, aunque ha contratado al abogado de difamación Mark Lewis, el anterior director de “U.K. Lawyers for Israel”.
La BBC, por su parte, ha ofrecido su apoyo inequívoco a Berg, ha rechazado cualquier sugerencia de una postura indulgente hacia Israel y alega que el artículo de Drop Site «describe fundamentalmente mal el poder, la influencia y el funcionamiento de la red de Berg”.
Una red mundial
Cualquiera que sea la veracidad de las acusaciones de Drop Site, el hecho indiscutible de que un exagente del Departamento de Estado de EE.UU. y de la CIA esté tomando las decisiones para la cobertura de Oriente Medio de la BBC, es indudablemente de interés público.
También tiene un parecido sorprendente con las acusaciones del periodista Tareq Haddad. En 2019 Haddad renunció frustrado a seguir trabajando para Newsweek y alegó que este medio le impedía sistemáticamente cubrir noticias importantes de Oriente Medio que no se alineaban con los objetivos occidentales. Sin embargo, quizás lo más sorprendente es que afirmó que Newsweek contrató a un editor senior cuyo único trabajo era aparentemente examinar y suprimir noticias «controvertidas», en la misma línea que Berg. Este editor también tenía una experiencia similar con el poder estatal. Como concluyó Haddad:
El gobierno de EE.UU., en una fea alianza con aquellos que más se benefician de la guerra, tiene sus tentáculos en todos los medios de comunicación: colocan a impostores vinculados con el Departamento de Estado de EE.UU. que se sientan en las salas de redacción de todo el mundo. Los editores, sin conexiones aparentes con el club de miembros, no han hecho nada para resistirse. Juntos, filtran lo que se puede o no se puede denunciar. Las noticias incómodas están completamente bloqueadas».
Cuando MintPress News lo contactó para hacer comentarios, Haddad dijo que encontró que los vínculos de la BBC, el Departamento de Estado y la CIA eran «asombrosos», y agregó:
Cuando renuncié a Newsweek, lo hice porque todos los informes sobre asuntos exteriores pasaban por un editor en particular, que, en mi caso, resultó estar conectado con el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. Eso me impidió escribir con sinceridad cuando se trataba de una serie de temas delicados».
Medios de comunicación afiliados a la CIA
Las implicaciones de que exagentes del estado de seguridad nacional de EE.UU. dicten la producción de los medios de comunicación globales son profundas. Esto se debe, entre otras cosas, a que el Departamento de Estado y la CIA se encuentran entre las instituciones más notoriamente deshonestas y pérfidas del mundo, que inyectan regularmente mentiras e información falsa en el discurso público para promover las ambiciones de Washington. Como dijo Mike Pompeo, exdirector de la CIA y entonces secretario de Estado, en 2019:
Cuando era cadete, ¿cuál era el lema de los cadetes en West Point? No mentirás, engañarás, robarás ni tolerarás a quienes lo hagan. Yo era el director de la CIA. Mentimos, engañamos, robamos. ¡Tuvimos cursos de capacitación completos!»
Además, ambas organizaciones tienen una larga historia de organizar invasiones y golpes de Estado contra países extranjeros, contrabando de drogas, armas y operar una red mundial de «puntos negros» donde miles de personas son torturadas.
La CIA, en particular, tiene un extenso historial de penetrar en los medios de comunicación. Ya en la década de 1970 el Comité Church descubrió la existencia de la Operación Mockingbird, un proyecto secreto para infiltrarse en las salas de redacción de todo Estados Unidos con agentes secretos disfrazados de periodistas. El trabajo del periodista de investigación Carl Bernstein descubrió que la agencia había creado una red de más de 400 personas a las que consideraba activos, incluido el propietario de The New York Times.
John Stockwell, exjefe de un grupo de trabajo de la CIA, explicó ante la cámara cómo su organización se había infiltrado en los departamentos de medios de comunicación de todo el planeta y establecido medios y agencias de noticias falsas que trabajaban para controlar la opinión pública mundial y difundir información falsa demonizando a los enemigos de Washington. «Tuve propagandistas en todo el mundo», admitió, y agregó:
Lanzamos docenas de noticias sobre las atrocidades cubanas, los violadores cubanos [a los medios] […] Publicamos fotografías [falsas] que aparecieron en casi todos los periódicos del país. […] No sabíamos de una sola atrocidad cometida por los cubanos. Era pura, cruda y falsa propaganda para crear la ilusión de que los comunistas se comían a los bebés en el desayuno».
Este proceso continúa hasta el día de hoy, ya que la CIA continúa promoviendo dudosas noticias sobre el llamado «Síndrome de La Habana» y Rusia ofreciendo recompensas a los soldados estadounidenses en Afganistán.
Las agencias de noticias de EEUU (Cable Networks) contratan habitualmente a muchos ex uncionarios del Departamento de Estado o de la CIA como personalidades y expertos de confianza. El exdirector de la CIA John Brennan trabaja para NBC News y MSNBC, mientras que su predecesor, Michael Hayden, aparece en la CNN. Los principales presentadores, como Anderson Cooper y Tucker Carlson, tienen sus propias conexiones con la CIA.
Mientras tanto, en 2015, Dawn Scalici, una veterana de 33 años de la CIA, dejó su trabajo como gerente de inteligencia nacional -para el hemisferio occidental en la Dirección de Inteligencia Nacional- para ser la directora de negocios globales del conglomerado internacional de noticias Reuters. Apenas se ocultó que fue una contratación política; en el anuncio oficial de Scalici la compañía declaró que la contrataron para «avanzar en la capacidad de Thomson Reuters para satisfacer las necesidades dispares del gobierno de Estados Unidos«.
Las redes sociales también están llenas de exagentes del estado de seguridad nacional de Estados Unidos. Una investigación previa de MintPress News descubrió una red de docenas de exfuncionarios de la CIA que trabajaban en Google. La mayoría de estas personas trabajan en funciones políticamente muy sensibles, como la seguridad y la confianza, lo que les da efectivamente el control sobre los algoritmos que deciden qué contenido se ve y qué se suprime para todo el mundo. Algunos fueron reclutados directamente de la CIA, que dejaron la agencia de inteligencia para unirse al gigante de Silicon Valley.
Compitiendo con Google por emplear a exagentes de la CIA está Facebook. El gerente senior de política de productos de la compañía para la desinformación, Aaron Berman, el hombre más responsable de decidir lo que el mundo ve (y no ve) en sus noticias, fue lanzado directamente en paracaídas desde Langley, Virginia. Berman fue uno de los funcionarios de más alto rango de la CIA, que escribía el informe diario del presidente tanto para Obama como para Trump hasta julio de 2019, cuando hizo el cambio del gran gobierno a la gran tecnología.
Y desde que se convirtió en el blanco de la ira de Washington, TikTok se subió a la ola de contrataciones reclutando a muchos funcionarios del Departamento de Estado de EE. UU. para administrar sus asuntos internos. Por ejemplo, Jade Nester es la jefa de políticas públicas de datos de Tik Tok para Europa, y anteriormente fue directora de políticas públicas de internet del Departamento de Estado. Estas conexiones aparecen en una investigación de MintPress titulada «TikTok: el «caballo de Troya» chino está dirigido por funcionarios del Departamento de Estado».
Aplausos a un genocidio
En los últimos años Washington ha mostrado un considerable interés en influir en la prensa británica. La Fundación Nacional para la Democracia —otra rama no oficial de la CIA— ha gastado millones de dólares para financiar una amplia gama de medios de comunicación en el Reino Unido. La organización hermana de la NED, USAID, es el tercer mayor financiador de BBC Media Action, el brazo benéfico de la compañía, que dona más de 2 millones de dólares anuales.
La propia BBC se ha enfrentado a repetidas acusaciones de parcialidad pro-Israel, no solo por parte del público sino también internamente. Sus sedes son un punto de partida o de llegada común para numerosas manifestaciones a favor de Palestina, incluida una próxima manifestación nacional en Londres el 18 de enero. En noviembre más de cien empleados de la BBC firmaron una carta abierta al director general de la corporación, Tim Davie, y a la directora ejecutiva, Deborah Turness. La carta reprende a la compañía por proporcionar constantemente una «cobertura favorable a Israel», por no defender ni siquiera «los principios periodísticos básicos» al cubrir su guerra contra Gaza y por ayudar a «deshumanizar sistemáticamente a la población palestina».
Haddad estuvo de acuerdo en que gran parte de la cobertura de la cadena había sido mediocre, y declaró a MintPress:
La BBC, por supuesto, al igual que muchas instituciones, se ha quedado muy corta en su cobertura para documentar lo que Israel ha hecho en una franja de tierra densamente poblada que conocemos como Gaza durante los últimos 14 meses y anteriores».
En parte como consecuencia de ello, la confianza del público en la emisora ha caído a un mínimo histórico. En julio de 2023 solo el 38% de los británicos dijeron que confiaban en que la BBC dijera la verdad, frente al 81% de 20 años antes. Desde el 7 de octubre sus sesgos se han cuestionado todavía más.
Las acciones de Israel, dijo Haddad, son «cada vez más difíciles de ignorar». Oficialmente el número de muertos por el ataque israelí contra Gaza asciende a casi 50.000, aunque estimaciones creíbles sitúan la cifra probable en muchas veces más. Organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas y Amnistía Internacional, han descrito la embestida como «genocida».
Israel no podría sostener su ataque sin el vital apoyo militar, logístico, económico y político de las potencias occidentales. Por lo tanto, es vital para Washington, Londres y la UE que la opinión pública no se incline demasiado a favor de Palestina, hasta el punto de que una rebelión pública generalizada obligue a un cambio en la política. Por lo tanto, la BBC, con su cobertura profundamente engañosa y sesgada de los acontecimientos, desempeña un papel importante en la perpetuación de los crímenes contra la humanidad. El hecho de que esto esté siendo impulsado de arriba hacia abajo por editores abiertamente proisraeíes, incluido uno con una historia tanto en el Departamento de Estado como en la CIA, quizás no sea sorprendente, pero no es menos impactante.
Para ser claros, este artículo no afirma que Berg o alguien en la BBC sea un agente encubierto. Tampoco lo acusa de ningún delito específico más allá de trabajar en una cadena claramente sesgada. Lo que afirma es que es revelador que la persona a cargo de la cobertura sobre Oriente Medio haya colgado fotos y cartas de comandantes del Mossad y altos funcionarios israelíes como si fueran estrellas de rock y él fuera un fanático adolescente. El hecho de que alguien así haya ascendido en la jerarquía es una clara indicación del tipo de cultura que existe en la BBC, una cultura que ha demonizado sistemáticamente a la población palestina y ha fabricado el consentimiento a favor del genocidio.
Alan MacLeod es redactor senior de MintPress News. Después de completar su doctorado en 2017, publicó dos libros: Bad News From Venezuela: Twenty Years of Fake News and Misreporting y Propaganda in the Information Age: Still Manufacturing Consent, así como varios artículos académicos. También ha colaborado con FAIR.org, The Guardian, Salon, The Grayzone, Jacobin Magazine y Common Dreams.
Fuente original: https://www.mintpressnews.com/bbc-israel-coverage-raffi-berg-cia-mossad-links/288909/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.