Dentro de la guerra mediática y mas allá, en la guerra cultural que nos imponen los ricos y que nosotros denominamos Batalla de ideas, aparecen diversos fenómenos que ayudan a convencernos que las casualidades no existen. Muchos de estos son aparentemente económicos y empresariales, que aparecen como si no tuvieran sentido, contexto o razón, pero si miramos más en profundidad o al menos nos interrogamos un poco, se explican, como el coco cuando está en la […]
Dentro de la guerra mediática y mas allá, en la guerra cultural que nos imponen los ricos y que nosotros denominamos Batalla de ideas, aparecen diversos fenómenos que ayudan a convencernos que las casualidades no existen.
Muchos de estos son aparentemente económicos y empresariales, que aparecen como si no tuvieran sentido, contexto o razón, pero si miramos más en profundidad o al menos nos interrogamos un poco, se explican, como el coco cuando está en la mata, como su fruto natural y posibilidad de continuidad.
Solo haremos las preguntas y con ellas seguro vendrán las respuestas.
¿Es casualidad que el Ministro de Defensa Juan Manuel Santos y el Vicepresidente Francisco Santos, de la República de Colombia en el gobierno de Uribe Vélez, el más retardatario y conservador en muchos años, sean dueños de El Tiempo, el único diario nacional, de varios diarios regionales, del canal de televisión regional más importante, CityTV, en Bogotá, entre otras propiedades mediáticas?
¿Es casualidad que hasta hace poco la Cadena Caracol Radio, la más importante del país, perteneciera al hombre más rico de Colombia, Julio Mario Santodomingo? ¿O que el por ahora semanario El Espectador, otrora periódico independiente liberal sea órgano del Grupo? ¿O qué Radio Cadena Nacional (RCN), la segunda en importancia, pertenezca al Grupo Ardila Lulle, el segundo grupo más poderoso económicamente de Colombia?
¿Es casualidad que las dos cadenas privadas de cubrimiento nacional de TV en Colombia, Caracol y RCN, sean propiedad de los dos grupos económicos más poderosos del país?
¿Es casualidad que la argumentación de la guerra contra el pueblo, la parafernalia propagandística del régimen y del gobierno uribista, toda la tergiversación informativa, fluya por estos medios de incomunicación y desinformación?
¿Es casualidad que los medios de desinformación e incomunicación de los ricos, RCN, El Tiempo, Caracol, etc., hayan tergiversado y ocultado por años la acción terrorista más criminal que hoy se desnuda ante el país, la masacre paramilitar desatada contra el pueblo en las dos ultimas décadas, las decenas de miles de torturados y asesinados, los millones de desplazados? ¿Sobre qué aparato de propaganda, el régimen ha sostenido, sistemáticamente, el terrorismo de Estadoen sus diversas modalidades?
¿Qué tienen que ver estos medios de incomunicación y desinformación, propiedad de los más ricos de los ricos, con la tragedia humanitaria que vive Colombia desde hace más de 50 años?
¿En ultimas, es casualidad el papel que juegan los medios de incomunicación y desinformación de los ricos, en el sustento del régimen, de sus políticas criminales desatadas contra el pueblo, en el mantenimiento de un sistema socioeconómico inicuo, inviable y antidemocrático?
No son casualidades. Son causalidades.