Recomiendo:
0

Chávez envenena y el Papa es un bendito

Fuentes: Rebelión

Hay un señor en el mundo mediático español que impulsa un diario en la Red. El caballero se llama Eulogio López y el diario Hispanidad. Me gusta la publicación y el estilo de López: claro, con fuentes propias (que ya empieza a ser raro en un periodista de hoy), fuentes además en sitios clave del […]

Hay un señor en el mundo mediático español que impulsa un diario en la Red. El caballero se llama Eulogio López y el diario Hispanidad. Me gusta la publicación y el estilo de López: claro, con fuentes propias (que ya empieza a ser raro en un periodista de hoy), fuentes además en sitios clave del poder y del Poder. López suele afirmar con contundencia, no tira la piedra y esconde la mano, como tantos otros: él afirma y eso es periodismo, lo demás es especulación: «todo parece indicar», «al parecer», «fuentes bien informadas», «podría suceder esto o lo otro». Si, sí, claro y yo podría tener un tío en Yakarta, el periodismo especulativo -o sea, el no periodismo- se puede redactar en una mesa, inventándolo todo, no será la primera vez que se hace.

Eulogio y su Hispanidad son útiles para saber que los ricos también lloran y que a veces es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos. Eulogio habla mucho de economía y le obsesiona el grupo Prisa y el «comunismo» que llega sin remedio desde América Latina, con su totalitarismo y todo. Evo Morales, Chávez, Correa, que es el peor porque las mata callando, dice Eulogio, quien también a veces le da garrotazos a Botín, el banquero, que se llevó sus euros de Venezuela, tras negociar con la Administración de Chávez. Y golpea igualmente al PP más liberal porque el colega apoya a un partido vaticanista que dice defender la vida y la familia.

Eulogio cree que el PP más oficial es blando, de pensamiento débil. Y que Obama es un lobo con piel de cordero. A Chávez lo insulta por aquí y por allá pero al Papa, ay, el Papa, el Papa es el éxtasis. Le he leído al mozo en una entrevista que si él dice una cosa y el Papa otra sobre el mismo tema, él inmediatamente cambia de opinión y asume lo que diga el Papa. Me recuerda esto lo que apunta un colega profesor de una universidad gallega: «A los amigos, el culo; a los enemigos, por el culo; y al resto de la gente, la legislación vigente».

Chávez quiere eternizarse en el poder, es un dictador, un ogro, un asustaviejas y además mató al torero Manolete. Para disimular, añade que Uribe también quiere prolongarse en el poder y eso está mal, muy mal en democracia. Y, acto seguido, por supuesto, salen los Estados Unidos (al Partido Republicano lo llama «el partido de Ronald Reagan»), como contrapeso. Eulogio se olvida de mencionar a su Papa que es un jefe de Estado al que nunca lo elige nadie ni rinde cuentas jamás ante ningún parlamento y deja de mandar cuando se muere. De eso nada, el enemigo a batir es el comunismo que viene de América Latina y todo sistema que apoye el aborto o tenga visos de apoyarlo. Este personal, siempre dándole más importancia a los no nacidos que a los indefensos que están ya en el mundo porque si se la dieran, ¿a dónde llegarían? Al socialismo y al comunismo, a Chávez. No, ellos no, ellos están con el Papa que le echó la bronca al cura Ernesto Cardenal por no limitarse a comerle el coco a la gente y sacarle el dinero de los bolsillos.

Me gusta el periodismo de Eulogio pero yo apuesto por Chávez y él por el Papa, yo no voy a seguir a Chávez con la fe del carbonero pero él sí afirma que con el Papa hasta el infierno. Allí se encontraría por cierto con el primer revolucionario, el primero que le dijo NO al Poder, que prefirió vivir en su infierno antes que de rodillas bajo la bota del Todopoderoso. El que le acercó a Eva el árbol del conocimiento en lugar de fantasías varias, imaginarios, amenazas y advertencias. Y mordimos la manzana y ahora somos maravillosamente imperfectos.

Pero no es sólo este muchacho pío y sumiso quien detesta a Chávez y al supuesto comunismo de Chávez y sus aliados. También lo hace el grupo Prisa y El País, detestados igualmente por Eulogio. Esto me recuerda otro dicho: «Cuando la izquierda avanza, los liberales se vuelven conservadores y los conservadores, fascistas». Así que Hispanidad y El País tienen en común el miedo al rojo, no es de extrañar, los rojos de los que hablamos no les dan chance ni a los banqueros y empresarios de Prisa ni al Vaticano. Da igual que a Eulogio y a algún Eulogio de El País se le diga que lo que hacen Chávez y los demás es aplicar sus programas electorales por mandato popular, a ellos lo que les importa es servir a sus señores y ven la paja en el ojo ajeno antes que la viga en el propio, ¿o creen que a estas alturas de mi vida me van a convencer de que en España o en Estados Unidos vivimos en democracia y no hay un totalitarismo cada vez más evidente? El País insiste en que Chávez enturbia esto y lo otro, enturbia toda América Latina, lo envenena todo, ennegrece las relaciones con Colombia. Pero nunca titula con más equilibrio, al menos: «Las tensiones entre Uribe y Chávez crispan la cumbre Equis». No, no, es Chávez quien lo jode todo, sacar los pies del plato totalitario occidental tiene ese precio, como lo tiene que yo escriba así en lugar de sumarme al coro bicefálico PP-PSOE.

A mí me sigue cayendo bien Chávez, y sus amigos. Como he sido testigo en Caracas del terrorismo mediático contra un gobierno democrático, así como de la subversión empresarial, considero que los medios de comunicación que se pasen de la raya deben ser sancionados porque la ley es igual para todos. En España, Tele 5 y Antena 3 no llevan a cabo ningún servicio público (como recoge la ley) y han vulnerado las normas legales, la ética y las deontologías en bastantes ocasiones desde que empezaron a funcionar en 1990. No las han cerrado pero yo sí que las hubiera cerrado y no habría perdido nada eso que llaman pluralismo y que no es ni más ni menos que o huevo duro (pro PP) o huevo pasado por agua (pro PSOE); y el periodismo, mientras, jodido, y la democracia, jodida. No somos nadie para darle lecciones de democracia a unas naciones que aspiran a ser ellas mismas y a tener el derecho a equivocarse. Carlos Puebla, uno de los trovadores de Cuba, cantaba: «Nuestro vino, de plátano, nuestro vino. Y si sale agrio, es nuestro vino».