Recomiendo:
0

¿Cómo quieren que nos hagamos una idea de lo que pasa?

Fuentes: Rebelión

El pasado día 11 de diciembre, el presentador del canal de «información» de la televisión pública catalana, 3/24, dijo, cuando informaba sobre la fusión de cuatro cajas catalanas, que los 500 millones de euros que recibirían de fondos públicos, o sea nuestros, a través del FROB (el Fondo de Reordenación Bancaria) era para «costear los […]

El pasado día 11 de diciembre, el presentador del canal de «información» de la televisión pública catalana, 3/24, dijo, cuando informaba sobre la fusión de cuatro cajas catalanas, que los 500 millones de euros que recibirían de fondos públicos, o sea nuestros, a través del FROB (el Fondo de Reordenación Bancaria) era para «costear los gastos de la fusión». Y ya está. Se quedó tan ancho…

Y yo me pregunto, ¿para eso es para lo que queremos periodistas? ¿Es esto, transcribir comunicados oficiales de las partes implicadas, lo que se enseña en las facultades de periodismo? ¿No hay nadie, en la redacción de informativos, especializado en temas económicos que haya querido/podido revisar la noticia para corregir esta estupidez? Parece que no… que el sueldo que cobran los periodistas de nuestra televisión pública es sólo para ponerse la corbata y leer papeles sin entender que dicen.

Para empezar sería necesario entender para qué se fusionan las cajas de ahorros españolas. Según su versión, transcrita sin ningún atisbo de espíritu crítico por nuestros medios de desinformación, para ganar competitividad, afrontar retos futuros, etc. etc. ¿Alguien se lo traga? ¿Y alguien se traga que estas razones genéricas, poco informativas y que han estado siempre vigentes, hayan podido provocar los procesos de fusiones masivas de cajas que se están dando en la península? Si, se lo tragan los periodistas de «informativos»…

¿Pero cuál es la verdadera razón que motiva las fusiones? Pues ni más ni menos que evitar la bancarrota a la que se verían condenadas las cajas si no reciben el dinero público del FROB. Si, si, ¿no se escandaliza nadie porque tengamos que salvar con dinero público a entidades que, cuando los particulares tenemos problemas, no tienen ningún miramiento para embargar nuestros bienes?

Y, ¿cómo es que las cajas, o en general el sistema español, está en bancarrota técnica? Bueno, pues porque para otorgar todos los préstamos que nos concedieron para comprar viviendas y terrenos, para edificar, para, en definitiva, inflar la burbuja de especulación inmobiliaria, estas entidades de crédito tuvieron que pedir prestado dinero en el extranjero (banca alemana, etc.). Y esos préstamos, que se hicieron a corto plazo, se deben devolver ahora, en los próximos años.

¿Cual es el problema?

Los problemas son diversos. El primero y más importante es que antes, para devolver un crédito, pedían otro más grande. Como cuando muchos particulares, para pagar la tarjeta, usan el dinero de un préstamo personal, etc. Pero cuando, en 2008, el sistema financiero internacional colapsó, y el grifo del crédito basado en humo se cerró, se quedaron sin poder hacer más grande su particular burbuja. Y es entonces cuando el gobierno español les concedió fondos públicos por valor de 250.000 millones de euros (más de 250 veces la cantidad que pide la ONU para acabar con el hambre provocada por la sequía que asola buena parte de África oriental) para que pudiesen hacer frente a sus obligaciones de pago más inmediato. Si, ya sé que el Gobierno dijo, y nuestros inefables medios de comunicación corearon, que el dinero era para dar liquidez al sistema bancario español, para que los particulares y las empresas tuviesen acceso al crédito. Pero un año después ya hemos confirmado que eso era falso e incluso Montoro, el responsable del área económica del PP, ha reconocido que su partido votó a favor de esas ayudas sabiendo que el dinero no era para lo que se nos dijo a los ciudadanos, sino para lo que yo he escrito antes.

Pero los problemas de la banca no acaban aquí. Resulta que con la crisis del sistema capitalista que estamos sufriendo, las empresas que quiebran, y los particulares que se quedan sin trabajo, no se devuelven los créditos que las cajas habían concedido. Y este incremento de la morosidad plantea dos problemas suplementarios: por un lado se dejan de ingresar las cuotas mensuales de una parte de sus clientes. Pero, lo que es mucho peor, se ven obligadas a aprovisionar una parte del crédito concedido, y ahora en mora, al Banco de España. Es decir, han de desprenderse de un capital del que no disponen. Y eso que el Banco de España ha modificado, a pelota pasada, la normativa, haciéndola más laxa, para no provocar la quiebra de las entidades de crédito pero, de pasada, aumentando los riesgos futuros sobre el sistema. Riesgos que, no me cabe la menos duda, pagaremos los de siempre, como hasta ahora, como toda la vida…

Y, como colofón, cuando las cajas pretenden ejecutar las garantías de los créditos, que son inmuebles en muchos casos, se encuentran con otro escollo más: estos bienes, a dia de hoy, tienen un valor mucho inferior al que supuestamente fueron tasados. Total, que las cajas han de asumir pérdidas por cada hipoteca que ejecutan…

Todo lo que he expuesto no es difícil de conocer por parte de cualquier profesional de la economía. Lo sé incluso yo, que no lo soy… Así pues, ¿cómo es posible que los periodistas nos muestren la información tan deformada que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia? ¿Cómo puede la ciudadanía formase una idea de la realidad cuando está tan groseramente manipulada? ¿Nos sorprenderá la pasividad de la gente? ¿O el desencanto provocado por el convencimiento de que nos toman el pelo de forma reiterada?

No escribo este artículo porque me sorprenda de todo esto. No nací ayer y estoy al loro. Pero lo hago con la esperanza de contribuir, con un granito más de arena, a hacer comprensible lo que, para mucha gente de a pie, es incomprensible. Para permitir entender los hilos con los que los titiriteros nos mueven a su conveniencia…

Fuente original: http://bombollaimmobiliaria.com/drupal/node/1276

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.