Buenos Aires, 27 de octubre de 2004 Los trabajadores de Página/12, reunidos en asamblea, aprobamos por unanimidad el siguiente texto: Como compañeros de Julio Nudler, quien desde hace más de catorce años escribe sus columnas y artículos en Página/12, reivindicamos su derecho a informar y repudiamos el contenido del editorial aparecido hoy en el diario, […]
Buenos Aires, 27 de octubre de 2004
Los trabajadores de Página/12, reunidos en asamblea, aprobamos por unanimidad el siguiente texto:
Como compañeros de Julio Nudler, quien desde hace más de catorce años escribe sus columnas y artículos en Página/12, reivindicamos su derecho a informar y repudiamos el contenido del editorial aparecido hoy en el diario, con la firma de su director, Ernesto Tiffenberg. Consideramos redundante detenernos en señalar la honestidad profesional e intelectual de Nudler, quien tiene una impecable trayectoria y que, como muy pocos, ha alcanzado un indiscutido prestigio entre sus colegas y lectores.
Por lo tanto resultan inaceptables las maliciosas imputaciones que se le formularon desde la dirección periodística que le confió durante largos años la jefatura del área de Economía y que luego dejó en sus manos los panoramas semanales de esa sección. Es un disparate suponer que tamaña responsabilidad hubiera sido delegada en alguien que tuviese la más mínima relación con el texto agraviante difundido en la edición de hoy.
Como compañeros de trabajo de tantos años nos sentimos orgullosos de la actitud asumida por Julio Nudler ante un acto de censura que nos lesiona como periodistas y que hace peligrar la relación de confianza establecida con los lectores desde hace 17 años. La nota censurada denunciaba graves actos de corrupción que involucran a altos funcionarios del actual gobierno nacional. Además, lo sucedido no es un hecho aislado sino que forma parte de una sucesión de episodios similares.
Contra lo que se pretende insinuar en el editorial, decimos que la rigurosidad con que Julio Nudler trata la información es la única manera de respetar y sostener la credibilidad del medio en el que desarrollamos nuestra tarea. Ante una situación de tamaña gravedad, exigimos un inmediato pronunciamiento de las organizaciones que dicen defender el derecho a la información y a la libertad de prensa.