Con una suerte de confesión que sorprendió a todos el pasado viernes 4 de julio, en la Seccional UOM-Capital, Néstor Kirchner se preguntaba: ‘Si se suspenden las retenciones ‘¿con qué vamos a pagar la obligaciones externas? ¿…con qué los hospitales y la salud?’. Con la votación en la madrugada del jueves en el Senado todo […]
Con una suerte de confesión que sorprendió a todos el pasado viernes 4 de julio, en la Seccional UOM-Capital, Néstor Kirchner se preguntaba: ‘Si se suspenden las retenciones ‘¿con qué vamos a pagar la obligaciones externas? ¿…con qué los hospitales y la salud?’. Con la votación en la madrugada del jueves en el Senado todo parece haber pasado a un segundo plano, sin embargo conviene fijar algunas precisiones.
Frente a los cuestionamientos que se le hicieran a la Resolución 125 que instituye las retenciones móviles, el gobierno fue ensayando distintas argumentaciones. Desde el inicio se señaló que eran para desacoplar los precios internos de los internacionales; luego para frenar la sojización del país o para financiar la distribución de la riqueza; forzado por la rebelión agraria que serían destinadas a la construcción de hospitales, centros de atención primaria y caminos rurales. Finalmente, cuando el conflicto ya se acercaba a los cien días, la sinceridad del ex presidente comenzó a despejar las dudas.
Desacople de precios y caja fiscal
Por su sola aplicación las retenciones tienden efectivamente a resguardar la capacidad adquisitiva de los ingresos populares en la medida que desafectan los precios del mercado local de los del mundial. Este fue el argumento principal junto con el de impulsar otros cultivos, complementariamente el proyecto derrotado, apenas mencionaba la creación de un fondo social, sin especificar demasiado.
Una visión alternativa permite detectar otros destinos. Es que la política de subsidios cruzados y el pago de los servicios de la deuda requieren mayor recaudación fiscal.
Las trasferencias por subsidios en el trimestre enero-marzo ’08 insumieron más de 4.500 millones de dólares, un 130% mayor que en el mismo período del año pasado. En tanto que la deuda externa creció un 13.6% entre marzo/07 y marzo/08.
Dejaremos un análisis más detenido de los subsidios para otra columna, conviene ahora concentrarnos en la deuda, por algo el ex presidente la mencionó taxativamente.
Canje y nuevo endeudamiento
El canje de deuda que se concretó en los inicios de 2005 fue calificada como la más exitosa de la historia. No faltaban argumentos para ello. Se trataba de una deuda que al 31.12.04 alcanzaba un volumen, del orden de los 191.300 millones de dólares, el 134% del PBI nacional. De este total 81.800 millones estaban en default desde hacia 38 meses.
La crisis del 2001/2002 y el ajuste que la misma obligó a realizar a los gobiernos provisionales que se sucedieron creó las condiciones para recomponer la tasa de ganancia de empresarios y capitalistas, mientras que la administración kirchnerista impulsó las condiciones para que esas ganancias pudieran realizarse.
Se dio origen así a un ciclo expansivo de la economía que lleva ya seis años, con tasas de crecimiento del 8 y 9% anual. Sobre esta base material es que el gobierno nacional inició a fines del 2003 un largo y trabajoso proceso de negociación y salida del default parcial.
Un rápido repaso de las condiciones de la nueva deuda y de su evolución hasta hoy pueden resultar de mucha utilidad para entender las necesidades fiscales.
Deuda externa
Informes oficiales recientes dan cuenta que al 31.03.08 la deuda externa (pública y privada) ascendía a 127.3 millones de dólares, comparada con un año atrás, que era de 112.0 millones, la deuda creció en los últimos doce meses en 15.2 millones de dólares, un 13.6 por ciento.
De ese total unos 71.4 millones de dólares corresponden al Estado nacional, aún teniendo en cuenta que se canceló -en forma anticipada y sin necesidad alguna- toda la deuda con el FMI y que este monto no incluye lo adeudado a los bonistas que no aceptaron el canje, a la fecha unos 30.3 millones de dólares.
De acuerdo con una estadística del Indec, la deuda externa pasó en el sector público de 63.6 millones de dólares en marzo del año pasado a 67.9 en junio, 67.8 en septiembre, 70.8 en diciembre y 71.3 en marzo de este año. En tanto, en el sector privado (bancos y empresas)
la deuda externa en los mismos meses pasó de 48.3 a 50.8, 52.5, 53.0 y 55.9, totalizando 112 millones de dólares en marzo del año pasado, 118.7 en junio, 120.3 en septiembre, 123.9 en diciembre y 127.2 en marzo de este año.
Como puede verse, en el período analizado la deuda externa privada crece más que la del sector público.
Deuda pública total
Pero esta es la deuda externa propiamente dicha. Para ver el total del endeudamiento estatal hay que fijarse en la deuda pública. Esta tiene un componente externo -con los organismos financieros internacionales (BM, BID), por deudas bilaterales con países (Club de París), comerciales y bonos estatales- y un componente interno -bonos colocados en bancos y otras instituciones (ANSES, AFJP y Lotería Nacional).
A marzo de 2008 la deuda pública total llega a los 144.500 millones de dólares. Esta cifra incluye los 6.8 millones adeudados al Club de París, pero no lo adeudado a los acreedores que no ingresaron al canje.
Las condiciones del exitoso canje
El canje de deuda fue considerado muy exitoso por el Gobierno nacional ya que implicó una quita significativa, se concretó en un momento en que las tasas de interés internacionales eran excepcionalmente bajas y además se hizo a plazos muy extensos, algunos bonos llegan a los 45 años.
Los acreedores en cambio no se mostraron satisfechos, sobre todo porque consideraron excesiva y lesiva para sus intereses la quita del orden del 65 por ciento, la mayor obtenida por un país en cesación de pagos. Mayor aún que la lograda por países como Rusia y Ecuador. No obstante el ‘enojo’ el 76 por ciento de esos mismos acreedores respondieron masiva y positivamente al canje.
¿Cual fue la razón de esta respuesta positiva? Ni más ni menos que las condiciones de los nuevos bonos. Esas cláusulas son responsables de buena parte del nuevo endeudamiento del país.
Por un lado porque más del 40 por ciento de la deuda está constituida por bonos emitidos en pesos, que pagan una tasa de interés fija del 2 por ciento anual, pero el capital se ajusta por CER. Por otro lado porque buena parte de los bonos emitidos en moneda extranjera tienen sus cupones atados al crecimiento del PBI, esto adquiere relevancia en el cálculo de intereses porque como es conocido se ha crecido a tasas muy altas.
Se paga y sigue aumentando
Argentina está pagando puntualmente los intereses devengados, e incluso ha amortizado capital, sin embargo cuando esto no es posible, ya que supera la alícuota del superávit fiscal destinado a tal efecto, 2 por ciento del PBI, los intereses no pagados se capitalizan y los vencimientos de capital se refinancian. Así la deuda sigue creciendo.
Adicionalmente, como un 20% de la deuda está emitida en euros y yenes, que se están revalorizando frente al dólar, y el peso argentino esta atado al dólar y se desvaloriza con el, hay un ajuste técnico por diferencias de cambio que también incide en el aumento de la deuda.
Para una aproximación a la deuda pública total, a los 144.500 millones de dólares debieran sumarse 4.800 que estimativamente cuesta anualmente el ajuste del CER, y la parte de intereses que no se alcanzan a pagar. Si se tuviera en cuenta el monto de los acreedores que no ingresaron al canje, aún con una quita importante, la deuda total sería cercana a los 180.000 millones de dólares.
En el 2001, antes de la crisis, la relación deuda/PBI era del 54 por ciento, en el 2004 llegó al 130 por ciento, y en la actualidad (sin tener en cuenta la deuda que no ingresó al canje) es del 56 por ciento. Durante los último cinco años la economía creció más que la deuda, pero durante los últimos doce meses parece esta relación se está invirtiendo. La deuda crece más que el PBI, por lo que la relación comenzará también a crecer
Sinceramiento
Con la crisis de las sub-prime el financiamiento se ha encarecido y Argentina tiene hoy serias dificultades para conseguir financiamiento. Debe recurrir sistemáticamente a Venezuela a tasas de interés crecientes.
Así la deuda pública luego de un período de gracia resultado de la ‘negociación más exitosa de la historia’, como pasó con el Plan Brady y con el Megacanje, vuelve a estar en el centro de los problemas de la economía argentina.
En los próximos cuatro años los vencimientos de capital e intereses alcanzan los 52.000 millones de dólares, para hacer frente a esos pagos es que se busca subir al 4 por ciento el superávit fiscal.
Parte de las retenciones móviles a las exportaciones de granos y oleaginosas tenía como destino pagar deuda, así cobra sentido el sinceramiento del ex presidente. Como se dice en la jerga jurídica: a confesión de partes relevo de pruebas.
Eduardo Lucita es integrante del colectivo EDI-Economistas de Izquierda.