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¿Cuál es el bonapartismo posible?

Fuentes: Rebelión

Juan Dal Maso y Fernando Rosso hablan de «bonapartismo imposible». ¿Existe un bonapartismo posible? Depende en qué sentido se lo diga. Si se trata de que pueda haber un bonapartismo «progresista» sustentable en el tiempo, desde ya que no puede existir. Si se trata de que pueda existir un bonapartismo que mantenga el control de […]

Juan Dal Maso y Fernando Rosso hablan de «bonapartismo imposible». ¿Existe un bonapartismo posible? Depende en qué sentido se lo diga. Si se trata de que pueda haber un bonapartismo «progresista» sustentable en el tiempo, desde ya que no puede existir. Si se trata de que pueda existir un bonapartismo que mantenga el control de la burguesía sobre el proletariado y el pueblo durante un tiempo prolongado, hay ejemplos históricos que demuestran que sí.

Ahora bien, Dal Maso y Rosso olvidan definir lo que es «bonapartismo». De esa manera usan el término de la forma que más les conviene y dejan afuera al lector. La definición más clásica de «bonapartismo» es un gobierno que hace de «árbitro» entre la burguesía y el proletariado para consolidar el poder burgués. Ese es aparentemente, el concepto que manejan en el escrito. Y de esa manera adjudican al kirchnerismo esa intención conciente y deliberada. Intentan demostrar un teorema partiendo del supuesto de que ya está demostrado. Se les ocurre definir al kirchnerismo como bonapartista y después, le adjudican las características de la definición clásica de bonapartismo. Niegan que el kirchnerismo tenga buenas intenciones. La derechización del kirchnerismo es entonces, para ellos, un sinceramiento de su política conciente. Según ellos el kirchnerismo nunca pretendió impulsar el crecimiento con inclusión social, ha sido sólo fraseología para engañar a las masas, y ahora con la represión de Berni se sincera abiertamente. O sea, lo que siempre afirmó el FIT cuya política defienden Dal Maso y Rosso, fue esta visión y entonces, afirman que ahora la realidad lo demuestra claramente. De esa manera dan por demostrado que el FIT tenía razón. En esa explicación el kirchnerismo nunca fue progresivo, nunca intentó una «revolución pasiva», sino que siempre su único objetivo, fue la restauración de la dominación plena del capitalismo, retomando todo el control parcialmente perdido por la rebelión que estalló en el 2001/2002.

¡No cabe duda que esta es una visión política realmente esclarecedora de lo que ha sucedido y sucede en el país! Todas las mejoras sociales, económicas y democráticas promovidas por este gobierno han sido solamente un verso para engañar a la gente. Bajo ese verso este gobierno ha seguido al pie de la letra la política del capital concentrado en contra del pueblo. La política económica de este gobierno es un fracaso, lo cual implica necesariamente que este gobierno podría haber tenido una política realmente progresista, una política que no terminara en un fracaso económico, etc. ¿Cuál hubiera sido esa política? No lo dicen. Nunca lo dicen, hay que suponerlo. ¿Afirman Dal Maso y Roso, y con ellos el FIT, que puede haber un gobierno surgido de elecciones que tenga una política económica exitosa, que beneficie a la clase obrera y al conjunto de los trabajadores? ¿Cuál sería esa política? Nuevamente hay que suponerlo. Suponemos que sería una política económica y social que garantizara plena ocupación, que prohibiera absolutamente todos los despidos, que garantizara salarios y condiciones de trabajo completamente satisfactorios, cobertura plena de la salud, de la educación, que garantizara vivienda para todos, etc., etc. El kirchnerismo no habría garantizado esto porque tenía otro plan, que ocultaba bajo la fraseología de crecimiento con inclusión social, ese verdadero plan era la restauración del poder omnímodo del capital concentrado. Ahora bien, si ese era el plan, y el poder burgués ha sido plenamente restaurado por el kirchnerismo ¿cuál es su fracaso? Lo habrían logrado. No sería un fracaso sino un éxito de su plan restaurador. Pero, en cambio, si el fracaso fuera la imposibilidad de lograr un «bonapartismo» progresista, que realmente garantizara al mismo tiempo la conciliación de clases, el pleno dominio de la burguesía y el crecimiento con inclusión social, entonces sí habría fracasado el kirchnerismo, pero en ese caso el objetivo del kirchnerismo no habría sido solamente, como afirman Dal Maso y Rosso: » la acepción de ‘revolución-restauración’ en la que sólo el segundo momento [bastardilla nuestra] es válido». O sea si el único objetivo del kirchnerismo era la restauración plena del dominio del capital, no fracasó. Si tuvieron además el objetivo de crecimiento con inclusión social bajo la dominación del capital si estarían fracasando.

¡Como se ve, en este artículo Dal Maso y Rosso realizan un aporte fundamental al esclarecimiento de la conciencia de las masas!

Pero además hay negaciones implícitas en el escrito que es necesario puntualizar. Niegan que exista una ideología en la clase media y en la mayoría del proletariado que es la creencia que bajo el capitalismo es posible «el crecimiento con inclusión social». Niegan que el kirchnerismo gobernante pertenezca también a esa mayoría de la sociedad. Niegan que la mayoría del pueblo crea que efectivamente desde el gobierno del estado burgués se puede actuar plenamente a favor del pueblo.

Pero está claro que Dal Maso y Rosso, y con ellos, obviamente, el FIT, también creen que desde un gobierno democrático burgués surgido de elecciones se puede gobernar plenamente a favor del pueblo. Si no creyeran en esa posibilidad no podrían acusar al kirchnerismo de «fracaso».

Y llevan ese autoengaño a la clase obrera y el conjunto de los trabajadores. Creen que el kirchnerismo podría gobernar a favor del pueblo, pero que no lo hace porque no quiere. Pero agregan: ha fracasado su política económica. ¿Cómo ha fracasado si nunca tuvieron verdaderas intenciones de crecimiento con inclusión social?

Pero, nuevamente, si las hubieran tenido ¿hubieran podido lograrlo desde un gobierno surgido de elecciones burguesas?

¡No cabe ninguna duda, el artículo de Dal Maso y Rosso es extraordinariamente esclarecedor y ayuda extraordinariamente a la elevación de la conciencia de la clase obrera!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.