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Cuando veintinueve detenidos en Madrid no son noticia

Fuentes: Colectivo Tortuga

No voy a entrar en las características y/o en la organización de la manifestación del sábado 2 de abril en Madrid, convocada por el paraguas Colectivo de Afectad@s por la especulación.Lo que sí que me parece más interesante de analizar es que hubo unos treinta detenidos, muchos de ellos menores de edad, sin ninguna repercusión en […]

No voy a entrar en las características y/o en la organización de la manifestación del sábado 2 de abril en Madrid, convocada por el paraguas Colectivo de Afectad@s por la especulación.

Lo que sí que me parece más interesante de analizar es que hubo unos treinta detenidos, muchos de ellos menores de edad, sin ninguna repercusión en los medios hasta la fecha. La cobertura mediática por parte de los medos de comunicación corporativos se puede resumir muy fácilmente: nula.

Es tristísimo comprobar como las organizaciones y movimientos sociales, con contactos directos con las diferentes administraciones, son los únicos que consiguen aparecer en la prensa. Pero hay otros colectivos y realidades en Madrid, igual de activos, que apuestan por formas de intervención política que están, hoy por hoy, muy alejados de cualquier posible interlocución con las instituciones, por diferentes razones.

Es innegable que activistas y colectivos tan diferentes en sus características y formas de actuación (dentro y fuera de la noviolencia) como son los grupos antimilitaristas y los que convocaron la manifestación okupa de ese sábado tienen ahora mismo dos cosas en común: están muy activos y son totalmente invisibles a través de los medios de comunicación convencionales.

La lectura inmediata de esto es que hay que reforzar todo lo posible los medios de información alternativos y contrainformativos. No trabajar para transmitir nuestros mensajes a los ya convencidos, si no para llegar a muchísima más gente. Replantear nuestras estrategias a la hora de convocar o relacionarnos con los medios de comunicación oficiales.

Es igual de importante lo que se dice y como se dice. Recuerdo una vez más la entrevista que realizamos en Tortuga a la periodista Magda Bandera, en la que nos planteaba:

«…es importante cuidar el lenguaje y entre algunos grupos sociales hay una jerga que tira para detrás hasta a los que podemos simpatizar con la causa. A veces resulta muy contradictorio que los más libertarios empleen un lenguaje que incluso suena «marcial» o «militante». Además, hay muchos miembros de estos movimientos que presumen de ser muy «puristas» y no quieren colaborar con quienes trabajan en grandes medios(…).»

En alguna ocasión he pedido información a algún compañero de medios alternativos y no me la ha querido ofrecer ni ha querido que lo entrevistara porque era para un medio «impuro»(…). Si sólo escribimos para los que piensan igual que nosotros ocurre dos cosas: 1. Que nos leen pocos y no logramos avanzar. 2. Que acabamos aburriéndonos porque siempre somos los mismos y hablamos de las mismas cosas».

¿Sirven de mucho puntuales acciones de desobediencia civil sin ninguna repercusión en los medios? ¿Hay que forzar detenciones para lograr un hipotético impacto? ¿Se está construyendo algo con convocatorias con treinta detenidos de las que nadie se entera? ¿Cual es el camino a seguir para los movimientos sociales horizontales y de base alejados de la izquierda institucional?