Limitaciones de los grandes medios. A estas alturas y en este foro criticar a los grandes medios de comunicación probablemente no suponga aportar ningún elemento nuevo. Se trata de medios que ni siquiera buscan el lucro o convierten la información en mercancía. Son sólo departamentos de grandes conglomerados empresariales que tienen como objetivo apoyar la […]
Limitaciones de los grandes medios.
A estas alturas y en este foro criticar a los grandes medios de comunicación probablemente no suponga aportar ningún elemento nuevo. Se trata de medios que ni siquiera buscan el lucro o convierten la información en mercancía. Son sólo departamentos de grandes conglomerados empresariales que tienen como objetivo apoyar la política comercial e ideológica en la que se sustenta su sistema de producción y comercialización.
Por ello, sus contenidos se conforman con los criterios establecidos por sus accionistas y anunciantes básicamente. Todo ello procurando mantener una relación cordial con los gobiernos si son amigos u hostil y de chantaje si no éstos no son dóciles. A ellos añadir la frivolidad, el chismorreo y la banalidad como método de adocenamiento ciudadano. Incluso la aparente crítica forma parte de un juego formal que tiene como objetivo dar imagen de debate y pluralidad que siempre se queda en la superficie pero nunca entra en la discusión de los elementos fundamentales del sistema dominante.
No dejaré de insistir en que el gran cambio de los últimos años en las relaciones entre ciudadanía y grandes medios es la pérdida de credibilidad que éstos han sufrido. Los tiempos en que lo que se leía en los periódicos y salía en televisión era obligatoriamente verdad forman parte del pasado. Esta es una situación sin precedentes en la historia que debemos saber aprovechar.
Modelos alternativos de comunicación, independiente del soporte y la vía
Cuando se habla de medios alternativos se piensa demasiado en internet, y no deberías ser así, aquí hay experiencias de proyectos alternativos de mucho antes de la existencia de internet. Independientemente del soporte utilizado, los medios alternativos se mueven en una franja de modalidades según contemplen mayor o menor participación de los ciudadanos, mayor o menor democracia en su funcionamiento y tipo de relación con elementos potencialmente distorsionadores, es decir, publicidad y administraciones. Muy participativos pueden ser una radio libre que dé paso con mucha frecuencia a la audiencia o en internet indymedia con un sistema para que los lectores puedan «pegar» sus artículos o informaciones. En internet, otros han optado por un modelo más moderado de participación, los textos son colocados siempre por el colectivo editor pero se deja libertad para los comentarios. Sin duda suena bonito esa participación pero tienen sus inconvenientes: ausencia de control sobre la calidad y autenticidad de los contenidos, y debilidad democrática en la medida en que un grupo organizado puede tomar el control de la colocación de noticias o de los comentarios. No obstante, es una forma muy valiosa de permitir la expresión de la ciudadanía.
Rebelión ha apostado por un modelo que yo no calificaría de democrático ni participativo. Un grupo de personas decide los contenidos y punto. Sin embargo no está sometido a los condicionantes que he citado en los grandes medios: accionistas con interés empresariales, gobiernos y administraciones que condicionan contenidos y anunciantes que pueden imponer criterios informativos y publicidades encubiertas. Con ello nos estamos sacudiendo esos elementos que son los que desgracian obligatoriamente cualquier propuesta de comunicación honesta.
Queda para la responsabilidad del colectivo, definir el abanico de pluralidad ideológica e informativa, los niveles de calidad exigidas y diseñar el modelo de trabajo para la elección de los contenidos. De cómo lo hagan, de su capacidad, idiosincrasia y disponibilidad, dependerá el resultado.
Situación actual de los medios por soportes
La principal clasificación de los medios alternativos yo creo que viene dada por los recursos económicos que requiere su funcionamiento. Por ello, internet va por un lado y el resto va por otro. El primero juega con la ventaja de sus pocas necesidades económicas y el handicab de la dificultad de llegar a los grandes sectores de población que no disponen de capacidad tecnológica o hábito de lectura. Los segundos -los que no se sirven de internet-, no tienen el primer problema de la necesidad tecnológica del público, y si se trata de audiovisuales, tampoco el segundo de existencia de hábito de lectura. Su problema, histórico por cierto, es cómo afrontar los gastos de puesta en marcha y funcionamiento. Aunque también ahí las nuevas tecnologías creo que están siendo infrautilizadas por los colectivos. Creo que en Latinoamérica se está produciendo una revolución que todavía no existe en nuestro país, allí lo que ellos llaman medios comunitarios están viviendo un despegue importante cuya importancia se está apreciando en países como Venezuela, tanto ahora con apoyo del gobierno, como antes cuando no lo tenían. Creo que ese caso merece un análisis específico.
Problemas, limitaciones y obstáculos
Según el tipo de medio tendremos una batería de inconvenientes, sin embargo los hay comunes. De estos voy a hablar:
1.- Primero es dotarse de un modelo organizativo firme y serio. Cuál será el protocolo de selección de noticias, donde nos situamos ideológicamente, qué relación queremos tener con los grupos sociales organizados afines, qué nivel de calidad exigimos a los contenidos, etc…
2.- Definir cuál va a ser nuestra relación con el dinero. Queremos ganar dinero, ganar algo, no ganar, gastar nada, gastar algo…
Mi experiencia me dice que la deficiencia en la clarificación de esos temas suele arrastrar muchos problemas y fracasos. Hay colectivos que nacen subordinados a organizaciones sociales y políticas y otros que nacen ya inspirados en combatir prioritariamente contra organizaciones que les han defraudado. Hay que saber mantenerse en un criterio informativo y de análisis que no esté hipotecado por esas organizaciones de las que venimos.
Luego debemos definir qué ámbito informativo queremos abarcar, si queremos dirigirnos a los ya convencidos, al ciudadano medio, a los de nuestro pueblo, nuestra autonomía, nuestro país o al mundo. No tanto para condicionar la ideología pero sí la presentación de los contenidos.
Perspectivas y demandas a:
1.- Propios medios
Si la izquierda se caracteriza en las reuniones por querer escucharse, en los medios se caracteriza por querer escribirse, o hablarse en el micrófono. Por eso yo creo fundamental ser muy exigente con los contenidos. Sólo vale quien aporte algo nuevo y quien tenga calidad. Los medios alternativos están repletos de panfletos y exabruptos que es imposible que convenzan a nadie. No deberían ser tablones de anuncio donde nos desahoguemos, las audiencias necesitan información, datos, argumentos, interpretaciones y análisis.
Tenemos que afrontar también el dilema de la pluralidad. Claro que no vale todo, pero tampoco vale solamente lo que refleje lo que pensamos nosotros. Tenemos que definir los márgenes ideológicos y políticos de nuestros contenidos, que, además, deben ser más amplios que los de nuestro ideario. Es habitual en nuestro colectivo afrontar la decisión sobre un contenido en términos de si estoy de acuerdo con él o no, y lo que debemos hacer es plantearnos si estamos de acuerdo en su publicación o no, que es otra cosa.
2.- Periodistas honestos
Muchos periodistas se plantean cómo colaborar en los medios alternativos. Se preguntan si puede ser una salida laboral, si fundan una empresa, etc…
Yo no veo un periodismo alternativo compatible con el mercado laboral. Hay un chiste de El Roto que decía «Lo peor de mi es lo que me da de comer». Por eso mi sugerencia es que los periodistas deben primero sobrevivir y después aportar algo a un proyecto de comunicación alternativo. Si trabajan en un medio comercial han de saber que están en deuda con la sociedad porque esa información y esfuerzo que aportan no es representativa de un modelo democrático de comunicación. Mi tesis es que igual que el abogado de un banco puede luego incorporarse a una organización de derechos humanos o a colaborar con un sindicato de izquierdas fuera de su horario laboral, o un biólogo de una empresa de conservas ser militante de Ecologistas en Acción y llevar allí su conocimiento, los periodistas deben hacer lo mismo en los medios alternativos. Militar como periodistas.
3.- Organizaciones sociales e intelectuales
Las organizaciones sociales han de saber que existe otro sistema de medios de comunicación además del incluido en la agenda de medios de su administración. No sólo incluir a los alternativos en su agenda, sino comprender que tienen muchas limitaciones y que el proyecto comunicacional es un objetivo común, ayudar en la preparación de los contenidos, facilitar el trabajo de unas gentes que no suelen cobrar por ese trabajo, que no tienen capacidad para rehacer notas de prensa complejas y tediosas, que no podrán ir a una rueda de prensa a las once de la mañana porque tienen otros trabajos, que sus programas de radio son a las diez de la noche. Pero que les darán el protagonismo que merecen y no les ignorarán como los grandes medios cuando los temas comprometen al poder.
Si disponen de fondos para publicidad que se acuerden también de eso medios alternativos. Que no hagan como IU que se pasa cuatro años criticando a los grandes medios y quince días dándoles el dinero de su presupuesto electoral.
4.- Gobiernos y administraciones revolucionarias
Si de verdad quieren apostar por otro modelo informativo, la forma no es repetir el formato de los otros gobiernos, una emisora local con anuncios de supermercados y cajas rurales o boletines panfleteros con logros gubernamentales. Es favorecer la creación de un entramado de medios alternativos honestos que no estén hipotecados económicamente y no necesiten como siempre a anunciantes, publicitarios y accionistas que condicionen sus contenidos. No intenten crear sus propios medios con su gente para estar a su servicio, que miren alrededor para buscar quienes han demostrado estar por encima de presiones políticas y condicionantes económicos y muestren que su proyecto político es apoyar esas iniciativas para que dejen de ser las alternativas y sean las primordiales.
El objetivo es que los llamados medios alternativos dejen de serlo para convertirse en los usuales y naturales