En un Mundo gobernado por factores de poder globales con operadores especiales en cada territorio en que penetra y con coberturales legales empresariales destinadas a la extracción de materias primas esenciales para el mantenimiento y expansión del sistema capitalista homogeneizado, la Argentina como objetivo de saqueo es uno de los países donde más fácilmente las […]
En un Mundo gobernado por factores de poder globales con operadores especiales en cada territorio en que penetra y con coberturales legales empresariales destinadas a la extracción de materias primas esenciales para el mantenimiento y expansión del sistema capitalista homogeneizado, la Argentina como objetivo de saqueo es uno de los países donde más fácilmente las transnacionales se alzan con ganancias mil millonarias facilitadas por las políticas económicas neoliberales continuadas por los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
Según el ministro de economía y la ministra de industria, la economía nacional, los indicadores señalan que la economía argentina es el doble de abierta que la de los años ´90, ya que el índice de apertura (exportaciones + importaciones sobre PBI) pasó del 17% promedio en la década del ’90 al 33,8% en 2011″, así explicaban recientemente para defenderse de las criticas de los especialistas promercado, quienes acusan al gobierno de propiciar déficit comercial, déficit fiscal, alta inflación, restricciones al dolar, devaluaciones crónicas y emisión monetaria excesiva, fuga de capitales mediante maniobras legales y remisión excesiva de ganancias de empresas al exterior: en definitiva promueven un librecambio de bienes y servicios de facto que explica la impresionante transferencia de dólares a las casas matrices de bancos y empresas petroleras, mineras, alimenticias y semilleras, electrónicas, automotrices, farmacéuticas, o de industrias culturales audiovisuales (TV, cine, TV por cable, internet, música, software, medios electrónicos corporativos), servicios financieros, nuevas tecnologías, universidades privadas extranjeras, servicios portuarios, aeroportuarios y terrestres, industria inmobiliaria, supermercados.
El gobierno kirchnerista es un promotor de un crecimiento económico que favoreció mucho más a aquellos grupos instalados en el país desde las decadas del 70, 80 y 90, y que bajo las políticas del gobierno de Néstor y Cristina y a pesar del crecimiento, este se ha concentrado en mayor proporción en aquellas empresas de los sectores de mayor protección monopólica y oligopólica por parte del propio Estado argentino. Esta es la situación que más se aproxima al relato de la realidad y es el motivo por el que a pesar de tanto crecimiento, enormes bolsones de habitantes se encuentren trabajando en la informalidad laboral y por la que más del 50% de los jubilados del país se encuentren recibiendo un salario mínimo de jubilación de alrededor de 2800 pesos.
Las políticas económicas de «economía abierta» dieron paso a corridas cambiarias y aumentos de precios y tarifas especulativas típicas de estructuras monopólica y oligopólicas no desmontadas en 10 años de gobierno que garantizan ganancias extraordinarias en dólares, como no lo hacen en sus propios paises hundidos en la peor guerra económica lanzada por el capitalismo global contra las propias poblaciones de trabajadores europeos y estadounidenses.
El gobierno argentino, sin embargo, relató a su población una falsa historia basada en una supuesta soberanía e independencia económica (hasta llegó a inventar un relato latinoamericanista «pour le gallery» o para la tribuna) cuando en realidad propició la dependencia económica, financiera y tecnológica con exportaciones de productos de bajo valor agregado e importaciones de bienes manufacturados de mayor valor agregado y tecnología, mintiéndose a sí mismo y a la sociedad al vender un «proyecto politico» de crecimiento económico con inclusión social auspiciado por el BID que se intentó implantar con sesgos épicos y captando movimientos piqueteros antineoliberales de los 90s, que terminaron cooptados por el gobierno para ser funcionales a las politicas sociales ineficazmente, con poca formación técnico-política y sin arraigo real en las supuestas conquistas del proyecto nacional y popular de un gobierno de conciliación y pacto con las empresas norteamericanas en territorio argentino.
El experimento cristinista de un «capitalismo serio» resultó otro perverso y salvaje proyecto que se vio incrustado contra la pared de la realidad el 27 de octubre del 2013 y semanas posteriores en que los factores de poder gobernantes iniciaron una maniobra de disciplinamiento hacia la díscola e ineficaz presidenta Cristina Fernández que se vio obligada a deshacer su discurso para asimilar su imaginario proyecto soberano a los designios y ordenes del FMI, BM, Club de París, gobierno de EEUU y sus conglomerados Chevron-Barrick-Monsanto y asociados, quienes ahora conducen las riendas de la economía del país con sus propios «Precios DesCuidados» por el gobierno quien llegará a diciembre de 2015, de rodillas ante los poderes reales que van moldeando a su próximo gerente criollo para responder de forma adecuada al nuevo mundo formateado por las percepciones de los medios de comunicación, nuevos brazos armados de los centros de poder mundial en la era de la hiper conectividad que derroto controla al improvisado y poco profesional staff presidencial kirchnerista en esta guerra perdida ante los dueños del Mundo.
Fuente: http://matrizur.org/index.php?option=com_content&view=article&id=30567