En 2013 Juan Luis Cebrián, presidente ejecutivo de Prisa, editora del diario ‘El País’, cobró 2,1 millones de euros. De ellos, 1,57 millones correspondieron a remuneración y 599.000 a acciones. Y no fue el único en su empresa: Prisa destinó 6,21 millones para pagar a los miembros de su consejo de administración, según informó ‘prnoticias.com’. […]
En 2013 Juan Luis Cebrián, presidente ejecutivo de Prisa, editora del diario ‘El País’, cobró 2,1 millones de euros. De ellos, 1,57 millones correspondieron a remuneración y 599.000 a acciones. Y no fue el único en su empresa: Prisa destinó 6,21 millones para pagar a los miembros de su consejo de administración, según informó ‘prnoticias.com’. Frente al gigante de Prisa, unos cuantos nuevos medios surgidos en los dos últimos años, y muy relacionados con el desaparecido diario ‘Público’, de cuya redacción salieron la mayor parte de periodistas: ‘eldiario.es’, ‘Infolibre’ y ‘La Marea’.
En los tres casos, sus cuentas son públicas, pues entre sus principios está la transparencia. Sabemos así que eldiario.es tuvo un coste total en 2013 de 1.118.704 euros, el 80 por ciento en pagos de sueldos y colaboradores. Del mismo modo, Infolibre gastó 1.054.751 euros, el 73 por ciento en sueldos. La Marea, tuvo un gasto mensual de 23.000 euros, lo que supone 276.000 anuales.
Vistos los números, la comparación surge sola: el coste de pagar a un ejecutivo como Juan Luis Cebrían equivale al coste de poner en circulación tres medios independientes. Por supuesto, los tres tienen plantillas reducidas y gastos ajustados, nada que ver con la estructura de Prisa y sus medios. Pero por eso no he comparado los gastos de Prisa con los de estos medios, sino sólo el sueldo de su principal ejecutivo: un solo Cebrián equivale a todos los gastos de eldiario.es, InfoLibre y La Marea.
¿A dónde quiero llegar? A la relación que hay entre la crisis del periodismo tradicional y sus prácticas empresariales. Aunque la respuesta de esos medios a la caída de ingresos es el ERE a sus trabajadores y la bajada en sueldos y pagos a colaboradores, el problema no está en sus plantillas, sino en su estructura ejecutiva y financiera. Hace tiempo que los grandes medios se convirtieron en «empresas periodísticas», donde lo sustantivo es empresa, y periodística un adjetivo.
El resultado está a la vista: el hundimiento económico de todo un modelo empresarial y, peor, la pérdida de independencia respecto al poder, y de credibilidad ante sus lectores. En cuanto a lo primero, basta ver quiénes son los propietarios de los grandes medios en España. Entre sus accionistas hay bancos, eléctricas, grandes inversores y, en el caso de Prisa, fondos de capital riesgo. Las consecuencias se han visto en los últimos meses: presiones políticas y empresariales han terminado con el relevo en la dirección de los tres mayores periódicos de España: El País, El Mundo y La Vanguardia.
Frente a este periodismo cada vez más dependiente de sus propietarios, anunciantes y poder político y financiero, surgen nuevas formas de hacer periodismo. Los tres medios antes citados son los más destacados. Surgidos de las ruinas del fallido diario Público (dejado caer por su propietario, el magnate Jaume Roures), representan nuevas formas de entender el periodismo, donde lo sustantivo deja de ser la empresa y donde periodistas y lectores cobran protagonismo en la gestión.
En el caso de eldiario.es, los periodistas fundadores son también sus principales propietarios. A la vez, se apoya cada vez más en sus socios, que ya superan los 7.000, lo que aumenta su independencia con respeto a poderosos anunciantes, y le permite informar con libertad de empresas como Coca-Cola en su reciente ERE, o sobre la corrupción política y el desgaste de la monarquía.
Algo similar ocurre con InfoLibre, medio vinculado al francés Mediapart y cuyo modelo calca. Los periodistas son también los fundadores del medio, y los 3.500 socios permiten investigar sobre escándalos financieros y políticos.
El modelo más interesante es en mi opinión La Marea: la fórmula elegida es la cooperativa, formada por los periodistas, pero también otros socios, a título particular y en colectivos organizados. Entre todos suman ya más de un centenar de socios y sus votos cuentan igual en la toma de decisiones, al margen del capital aportado. La independencia de La Marea, que también se apoya en suscriptores, le permite informar sobre la situación de los derechos laborales en las grandes empresas españolas, intocables para el resto de medios, caso de El Corte Inglés, principal anunciante en España.
La crisis del periodismo tradicional tiene mucho que ver con la codicia de sus ejecutivos y el cálculo de sus accionistas. Frente a un modelo caduco y desprestigiado, se abre paso un nuevo periodismo. En manos de los lectores está que estos y otros proyectos tengan futuro.
Isaac Rosa es periodista y escritor. Su última novela es La habitación oscura (Seix Barral, 2013).
Artículo publicado en el nº61 de Pueblos – Revista de Información y Debate, segundo trimestre de 2014, monográfico sobre comunicación, poder y democracia.