Cineasta y docente, Bauer fue el inspirador y director del Canal Encuentro, reciente señal televisiva innovadora, desafiante y reivindicativa, con contenidos educativos y culturales argentinos y latinoamericanos, que puso en marcha el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación Argentina, desarrollando una televisión pública, educativa y de calidad, y utilizando en favor de […]
Cineasta y docente, Bauer fue el inspirador y director del Canal Encuentro, reciente señal televisiva innovadora, desafiante y reivindicativa, con contenidos educativos y culturales argentinos y latinoamericanos, que puso en marcha el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación Argentina, desarrollando una televisión pública, educativa y de calidad, y utilizando en favor de la enseñanza las herramientas que los nuevos medios de comunicación pueden ofrecer.
«Creo que cuando asumimos responsabilidades como estas, lo hacemos desde el amor, el amor al pueblo, y cuando digo que la responsabilidad es inmensa lo es, ya que empujar, aportar con mis ideas, con mi pensamiento y con el trabajo cotidiano en la construcción de un canal de televisión de alcance nacional, más el trabajo con las radios, es una responsabilidad enorme. Me corresponde a mí, personalmente, ser digno de esta responsabilidad y llegar con los mejores mensajes y los programas, tanto radiales como televisivos desde los medios públicos a toda nuestra población, máxime teniendo en cuenta que los recursos con los que se desarrollan estas señales provienen y son del pueblo».
Los pueblos latinoamericanos están protagonizando profundas transformaciones sociales reflejadas en casi todo el continente. ¿Qué rol juega la comunicación social en este momento histórico?
«He tenido la suerte de recorrer todo nuestro continente, de viajar generalmente con una cámara al hombro, tanto como camarógrafo, cinematográfico, o como videasta después y desde hace muchos anos. Y con mi mirada de cineasta he intentado meter a esas realidades en ese rectángulo que es la cámara cinematográfica o de video para que después se transforme en las pantallas, tanto de cine como de televisión, en relatos audiovisuales de esa realidad, y en ese sentido tuve la suerte de tener continuidad, de seguir recorriendo Latinoamérica, y en verdad estamos viviendo un momento excepcional, en el que todas las cosas que parecían imposibles, aun con inmensas dificultades, se van tornando posibles: gobiernos constitucionales elegidos por sus pueblos, de una gran diversidad, pero unidos casi como nunca en algunas ideas centrales».
Cuando recorres Latinoamérica y hablas por ejemplo con el presidente de Ecuador, que manifiesta su enorme preocupación por la creación de una televisión de calidad y crea un canal; el presidente de Paraguay habla con enorme preocupación sobre la televisión y crea un canal; el ministerio de Educación de la Nación Argentina crea un Canal; en Venezuela, donde la experiencia es muy grande, crea muchos canales; toda esa energía volcada a la construcción de nuestro mensaje audiovisual, a utilizar el espacio radioeléctrico que les pertenece a los pueblos, toda esta batería, todo este arsenal de radios y televisoras públicas, comunitarias, sin duda nos hablan de una nueva dinámica de construcción, y esta muy bien que así sea.
Ahora, cuando los pueblos avanzan, cuando los anhelos de transformación se van llevando a la realidad, cuando los sueños se van haciendo reales, estamos vulnerando los intereses de los poderosos y estos entonces reaccionan ante esos pueblos que quieren avanzar y para ello utilizan todas las armas, fundamentalmente, los medios, de los cuales son dueños, intentando que nuestros pueblos no avancen en la construcción de sociedades mas justas.
Así como antes se desembarcaba con los ejércitos nacionales convirtiéndolos en ejércitos de ocupación, creo que ahora esos ejércitos se llaman «los medios», esas televisoras, esas radios, esos diarios que golpean, golpean y golpean permanentemente contra gobiernos constitucionales e intentan desestabilizar y destruir todos nuestros proyectos políticos. No solamente está latente la desestabilización, sino que está en acción permanente».
¿Lo mediático, de tal modo, se convierte en un instrumento del terrorismo hegemónico para inhibir el avance popular?
«Lo mediático es un instrumento feroz, y lamentablemente, como ocurre por ejemplo en la Argentina tenemos una ley de radiodifusión que aún nos rige procede de la dictadura militar. Nosotros, tanto como argentinos en forma individual, como pertenecientes a un país y sociedad, no hemos sido capaces de sancionar una nueva ley de radiodifusión de la democracia y sigue vigente aún aquella que desarrollaron e implementaron los criminales de la dictadura militar. Indudablemente los medios son el espacio de poder que se debate. Cuando se habla de medios, es un espacio de poder tremendo, de una contundencia total. El otro día hablábamos con (José) Saramago y el decía que la televisión «es uno de los poderes mas fuertes que tiene el mundo. Hoy, desde la televisión se voltean gobiernos o se ponen gobiernos». Entonces, estos medios se transforman en armas letales en contra de los pueblos».
Tristán Bauer cuenta desde su experiencia protagónica que la creación del Canal Encuentro se hizo fundamentalmente «buscando puntos de acercamiento y compartiendo experiencias y materiales con toda nuestra América». Destaca el hecho de que «hoy nuestra America tenga presidentes como Evo Morales -un presidente indígena capaz de expulsar a un embajador de EE.UU.-, como Correa, como Chávez, como Lula, como Lugo, como Bachelet, da oportunidades y acercamientos para desarrollar políticas y acciones que beneficien a nuestros pueblos». Recuerda el legado de José Marti: «trabajar todos juntos por el mejoramiento humano».»En ese sentido me parece que en el marco histórico que nos ha tocado vivir, aunque las dificultades son enormes, creo que vamos avanzando en la construcción» -apunta optimista.
¿Entonces como se da la batalla en la comunicación masiva? ¿Qué rol les corresponde a los medios públicos? ¿Pueden llegar a ser medios nacionales y populares ?
«Los medios públicos tienen que hacer una tarea inmensa. No olvidemos que nuestros países pasaron por dictaduras, después vino el proyecto desbastador del neoliberalismo, y en ese sentido nuestros medios públicos han sido desbastados. Cuando ves las radios y las televisoras públicas, no tienen la tecnología, la plantilla de personal ni los sistemas de cobertura adecuados, no tienen las condiciones necesarias para ser buenos medios generadores de contenidos de calidad. Estamos muy lejos de aquellos medios públicos europeos tan protegidos por los estados, e incluso de un sistema como tiene EE.UU., y nos encontramos con canales o con sistemas radiales muy vulnerados. Pero bueno estamos en una etapa nueva que tiene el signo de la construcción. Es a nosotros, quienes estamos en funciones importantes como estoy yo, y sumo a los jóvenes, los dieciséis mil estudiantes de cine y televisión que tiene la Argentina, a los que están en las escuelas de estudiantes de periodismo y a la sociedad, quienes debemos exigirnos construir verdaderos medios públicos de calidad, porque yo estoy seguro que desde Canal 7 tienen que salir los mejores programas educativos, las mejores telenovelas, los mejores espacios deportivos, los mejores noticieros. Tiene que ser, en definitiva, el de mejor calidad, no solamente en cuanto a su contenido, a las temáticas abordadas, sino en su nivel de producción audiovisual.
Venimos de esa etapa de destrucción, pero la realidad se puede modificar, claro que la modificación de esa realidad lleva tiempo y la construcción de calidad tanto en los contenidos como en el lenguaje audiovisual implica recursos económicos, equipos humanos de trabajo, tecnología y un poco de tiempo para que en este ensayo de la construcción se pueda ir ajustando todo lo que se deba ajustar».
¿Y están los pueblos latinoamericanos encaminados en esa construcción?
«Creo que es tarea de todos. A mi me gusta, porque soy fundamentalmente un constructor, me he dedicado a hacer cine, y después de la nada crear un canal de televisión de veinticuatro horas. A lo que apuesto es a esa construcción Ahí crecemos tanto como seres humanos individuales y tiene tanto valor el artista que ejecuta un instrumento, como aquel que escribe un guión, como el que tiene un rostro y sabe comunicar bien delante de la cámara, como el ser humano o como individuo en ese acompañamiento en esa marcha, o ese ritmo de una sociedad, de un país, o de un continente que se va transformando o que va avanzando en ideas de libertad fundamentalmente».
¿Cómo inscribir la experiencia de TeleSUR en este panorama?
«La experiencia de TeleSUR la conozco desde su comienzo, he participado en ella. Me parece una experiencia maravillosa, es la obra inacabada aún y será así siempre por suerte, y falta muchísimo por hacer. Si nosotros tenemos la mirada crítica a nuestro trabajo y de ahí van surgiendo los mejores noticieros y el nuevo tratamiento del lenguaje audiovisual, vas a ver que el impacto de TeleSUR va a ser cada vez mayor. Por eso los hacedores tienen esa inmensa responsabilidad.
Por otro lado, con la digitalización, la incorporación de tecnología, y si nos sumamos como continentes a una misma norma, vamos a ir sumando, creciendo. Son decisiones fundamentales de nuestros gobiernos, de nuestros pueblos. Si logramos avanzar en una misma norma es una paso importantísimo, porque desde allí puedes empezar a compartir además hasta desarrollos tecnológicos, industrias, trabajo… Argentina está firmando un acuerdo con Brasil para iniciar un trabajo unido en cuanto a la digitalización de las imágenes».
La construcción y el lenguaje audiovisual
La labor de Bauer parece inspirada y comprometida con el pensamiento de Paulo Freire, para quien «la educación es un punto de encuentro, no un lugar donde hay sabios muy sabios que le enseñan a analfabetos, sino un lugar donde la gente de bien común se junta para aprender más y ser aún mejores». Reconoce que esa frase le marcó y cuenta que cuando se planteó la creación del canal con el nombre «Encuentro», honrando la propuesta alfabetizadora de Freire, se puso a releerlo. «Esa Frase me pareció muy bella y fue un modelo y fue fundamental para la creación del canal Encuentro. Siempre las frases o las imágenes son necesarias y útiles para la construcción de proyectos. Y esta de Paulo Freire me parece sustancial».
¿Habría que comunicar para la libertad con la inspiración de aquella «pedagogía para la libertad» de Freire?
«Desde el Sistema Nacional de Medios Públicos el desafío es mucho mayor, y ampliamos el abanico, esperando que seamos capaces de sumar a la construcción de un modelo de comunicación y cultura popular. El desafío es muy grande y los espacios a conquistar, fundamentalmente desde la calidad, son enormes. De nada sirve que nos propongamos los mejores sueños y los mejores ideales si no logramos reflejar esto en horas y horas de programación de una pantalla, en las que con la absoluta conciencia de lo que debe ser el espacio televisivo con las características particulares de ese medio que es la televisión, y con el conocimiento de las posibilidades que tiene el lenguaje audiovisual, podamos construir un nuevo lenguaje, que es una construcción permanente, en el que la experimentación, lo artístico, se cruza con lo formativo y lo informativo. Esta es la construcción que tenemos que hacer, pero no debemos dejarla ni en el terreno de la especulación ni en el terreno de los sueños, sino que se tiene que traducir en horas y horas y horas de contenidos de calidad de esa pantalla.
Debemos aprender de nuestros obreros, debemos transformarnos en obreros, constructores todos los días de esos programas de radio y televisión y tenemos que ser esos obreros y el amor es importante, pero al lado del amor debe estar el trabajo cotidiano, el de todos los días, arremangarse, el sentarse, escribir el guión, ir detrás de la cámara y preguntarse cuál es el mejor encuadre para contar esto, cuál es el mejor actor que puedo utilizar, cuál el mejor comunicador o el mejor periodista que vea el punto de vista adecuado para narrar esta historia. Ese trabajo cotidiano me parece que es la clave verdadera de que nosotros nos transformemos en los inspiradores o creadores de los nuevos medios populares».
¿Qué le gustaría ver al encender el televisor cada mañana?
«Hay un tiempo de construcción y un trabajo cotidiano, pero imagino ver en nuestra televisión pública, en nuestro Canal 7, las mejores telenovelas populares que hablen de nuestro amor, que se escuche nuestra música. Imagino las mejores miniseries históricas, con las grandes figuras como San Martín, como Belgrano, como Moreno, en ocho o doce capítulos, que participen de ellas jóvenes realizadores que trabajen con calidad. El avance tecnológico juega tan a nuestro favor: yo estoy tan emocionado y feliz por ver lo que se puede hacer hoy con una cámara que tú compras en cualquier tienda.
Quiero ver la autoestima. Cuando ves en la televisión privada, por ejemplo, que la escuela siempre aparece vinculada al mal, a un caso de violencia o que los docentes hacen paro, cuando qué es más hermoso que aquello vinculado a una escuela donde nuestros niños, nuestros jóvenes, van a aprender, donde se corre el velo del desconocimiento y aparece el saber, el aprender, las primeras letras. Las escuelas con los guardapolvos blancos, las primeras letras, las primeras palabras el descubrimiento de los colores, de las formas, de la geometría, que cosa más linda, y no narramos eso, nuestros medios no lo cuentan, la escuela aparece asociada al mal y todo un país viendo eso. Entonces tenemos la responsabilidad desde los medios públicos de transformar todo esto y mostrar de verdad lo que es la escuela, sin esquivarle a las situaciones críticas, pero mostrar la cosa más maravillosa que es la educación publica.
Imagino noticieros en los que no se transforme todo en un espectáculo o en un show donde no se informa ni se forma, ni se comunica, en el que las noticias sólo tienen el instante de un presente. Y no es así, las noticias tienen un pasado, un presente y una proyección a futuro. Esto hay que analizarlo, hay que contarlo, hay que profundizar, tenemos que aprender desde los noticieros. Ojala que un día pueda prender el televisor y ver todas estas cosas, y fundamentalmente cuando se encienda un televisor puedas ser cautivado por la pantalla que permita entretener, informar y pensar junto a ella».
¿Cómo conciliar la calidad con la cultura del raiting?
«Para mí el raiting es muy importante, no es un tema menor. Nuestros medios deben ser vistos por la mayor cantidad de gente. Cada vez que alguien hace zapping y abandona la televisión privada deja de ver aquellos programas que estupidizan al ser humano y se suman a programas que ayudan a pensar, a crecer, a informarte o a entretenerte con tu propia cultura, es una noticia extraordinaria, no es menor. Esto se logra con el tiempo y dando buenas señales, nuestras señales tienen que ser las mejores. Nuestros trabajos -insisto con el concepto de obrero- tenemos que tener a los mejores artistas, a los mejores técnicos, a los mejores escritores, trabajando en nuestras señales para que desde ahí surja este nuevo mensaje y te aseguro que despacito, paso a paso, se va a ir sumando, sumando y vas a ir conquistando audiencia. Pero hay que hacer bien las cosas, y en esto hay un debate en nuestro campo y es qué para hacer bien las cosas creo en el profesionalismo, en el mejoramiento, en la experticia y en contar de este lado con los que mejor se paran, por ejemplo, ante una cámara, con los que mejor empuñan una cámara con los que mejor escriben un guión, y una tarea de formación y de educación y de autorreflexión y de critica permanente».
¿Algo lejano de la utopía es tener conciencia de que algo ya está sucediendo?
«Efectivamente no creo que este momento sea una utopia, como nos enseña Tomas Moro «utopia es el no lugar, la cosa inalcanzable». Esto no es la cosa inalcanzable. Acá muchas veces los medios justamente muestran la realidad como si fuera un ladrillo rígido que no se puede modificar, si nosotros logramos construir estos medios, avanzar en la construcción de una sociedad mejor, ese ladrillo se va a ir transformando en una forma nueva y más hermosa, y se puede. Es dificilísimo, pero se puede».
Como cineasta, Tristán Bauer ha dirigido seis películas y algunas de ellas lo tuvieron también como guionista. En su obra destaca la multipremiada «Iluminados por el fuego» (2005), que cuenta la historia de un ex combatiente de de la guerra de Malvinas, basado en el libro homónimo del periodista Edgardo Esteban. Ha recibido 21 premios. De las siete películas filmadas hasta 2008, dos, «Después de la tormenta» y «Cortázar», recibieron el Premio Cóndor de Plata como las mejores del año del cine argentino. «Iluminados por el fuego» recibió además el Goya de Oro. Ha de dar a luz próximamente su nueva obra que refiere al Che Guevara con registros inéditos sobre la vida del legendario combatiente y pensador latinoamericano.
¿Cómo «desalambrar» los «latifundios mediáticos»?
«Se desalambra construyendo. No hay otra alternativa que no sea la construcción. La construcción es devolver en imágenes y en sonidos. La verdadera construcción es el hacer y mostrar hechos concretos y es debatir internamente y proponer acciones concretas: que los parlantes emitan otra voz, que las pantallas devuelvan otra imagen, que en los satélites no esté presente una sola señal que viene de EE.UU., que empiecen las señales de nuestros pueblos y que estén hechas desde ese amor y desde ese profesionalismo, y desde allí se vera como esa realidad se empieza a modificar.
Nos hemos caracterizado muchas veces por quedarnos en la critica externa, y en la pelea incluso, nuestra, desde la critica. Basta, se acabo ese tiempo, es un tiempo de construcción. De esos nuevos mensajes.
Nos estamos equivocando muchas veces si no lo intentamos, desde el rigor, desde el saber que cuando vos agarras una cámara, lo que estás haciendo es utilizando un lenguaje, como un buen escritor lo hace cuando está utilizando su pluma, o un pintor cuando toma el pincel, o tal vez sea más gráfico decir cuando una bailarina sale al escenario y tiene que hacer ese paso de baile perfecto. Los que construimos ese lenguaje audiovisual, tenemos esa misma responsabilidad y debemos tener ese mismo profesionalismo. Ahora, a todo esto -y esto es muy personal- démosle el mayor rigor y la mayor calidad, y sigamos avanzando en esta línea.
Me parece extraordinario lo que pueden los medios, ya que cuando vas avanzando, aquellos sonidos que salen por los parlantes, las imágenes que salen por los canales se van conformando en una especie de movimiento y entonces esa palabra tan linda que se llama «cultura popular» se hace presente. Bueno esto es lo que tenemos que hacer: es sumar, sumar y sumar. Desde los medios desde nuestra historia, desde la cultura, desde nuestra historia: sumar y construir».
Su trabajo en el cine está muy vinculado con la memoria, con una búsqueda de la identidad. ¿En este marco se inscribe su nuevo proyecto cinematográfico sobre el Che Guevara?
«Es una película que prácticamente está concluida. Estamos haciendo los procesos de post-producción en España y lo que siempre agradeceré en ese proyecto es la generosidad de Aleida March, la compañera que conoció a Ernesto Guevara en la Batalla de Santa Clara. Lo ayudo y lo condujo, y después fue la madre de sus hijos. Tuvo una generosidad extraordinaria para conmigo al abrir el archivo personal e íntimo, que nos permitió hacer un relato con imágenes, palabras y sonidos que hasta ahora no han sido mostrados. Me llama mucho la atención porque generalmente esos materiales vienen de la mano de un historiador, un investigador o un periodista. Me parece muy hermoso que la figura del Che, y en estos tiempos que hablamos justamente de los medios, se pueda ver por pantallas de cines y televisores. Me parece signo del nuevo tiempo y signo de esa visión de futuro que tenía Guevara».
¿Cómo se sostiene el giro que se propone en la comunicación masiva desde el Sistema Nacional de Medios Públicos?
«Desde la esperanza y el agradecimiento del otro. Los agradecimientos que he recibido, por ejemplo, por las películas o por Canal Encuentro son inmensos .La construcción es dificultosa, a veces parece imposible y hasta a veces, los que la hacemos pasamos por momentos en que te preguntas quién me mando a mí a estar en este lugar si no puedo avanzar. Pero cuando ves que las ideas se pueden transformar en actos y ese acto lo compartís con el otro, las ideas empiezan a fluir entre la gente y el cambio se empieza a producir. Ahí tensé fuerza, ahí tensé esperanza para seguir adelante y allí la fuente para avanzar y para construir».
¿Cómo hacer que caminen juntos el lenguaje audiovisual y el político?
«No es fácil la respuesta a esa pregunta porque no hay una línea, no hay una raya. En todo caso siento que todo es político. Cuando me propongo hacer televisión, hago televisión y se que es política, porque es política. Cuando me propongo hacer cine, hago cine. Si algún día me propongo escribir un libro voy a intentar hacer literatura y ahí siempre hay un discurso político.Creo que si uno invierte las cosas le va a ir mal».
Publicada en «Venezuela ahora»-Versión Latinoamericana. Publicación de la Embajada de la Republica Bolivariana de Venezuela en la Republica Argentina -/ Año 2 / n `4 -2008.
Matilde Sosa es periodista argentina