Los numerosos movimientos sociales que han surgido durante los últimos diez años para luchar contra los «talleres del sudor» (sweatshops), han demostrado que muchas grandes marcas de la indumentaria y del calzado hacen uso de las malas condiciones de trabajo en países periféricos para incrementar sus ganancias. El Sudeste asiático, México y América Central son […]
Los numerosos movimientos sociales que han surgido durante los últimos diez años para luchar contra los «talleres del sudor» (sweatshops), han demostrado que muchas grandes marcas de la indumentaria y del calzado hacen uso de las malas condiciones de trabajo en países periféricos para incrementar sus ganancias. El Sudeste asiático, México y América Central son los lugares señalados como cuna de estos talleres.
En este sentido Argentina parecía estar «limpia» de estos talleres. Sin embargo, desde hace dos años han sido descubiertos más de 30.000 talleres del sudor en Buenos Aires y sus alrededores. En éstos, trabajador@s bolivian@s trabajan hasta 18 horas al día, viviendo de a decenas en colchones tirados en el suelo, a puertas cerradas y con salarios que ni en el mejor de los casos superan los 150 dólares, mientras generalmente no cobran hasta el tercer mes. Est@s trabajador@s son las principales víctimas de una gigantesca red de trata en la que varias marcas y funcionarios están involucrados. En Bolivia les ofrecen un buen trabajo, pero al llegar a Buenos Aires se encuentran con una realidad muy diferente en los talleres, cuyos propietarios son co-nacionales suyos que se aprovechan de ell@s. Se calcula la trata con fines de explotación sexual o laboral en Argentina involucra a unas 130 mil personas.
Est@s trabajador@s de la indumentaria cosen prendas para grandes corporaciones nacionales y multinacionales que venden estos productos principalmente en el mercado interno. Siguiendo una tendencia internacional, estas corporaciones terciarizan la confección con intermediarios o directamente con los talleres, transfiriendo así el riesgo al eslabón más débil de la cadena. Una legislación específica para confección de indumentaria (Ley Nac. 12.713) establece que el actor que se encuentra más alto en la cadena de producción (la marca) es el principal responsable por las condiciones de trabajo en toda la cadena. Sin embargo, visto el poder de estas grandes marcas, ciertos fallos judiciales recientes no han responsabilizado a las marcas. Incluso un juez (Oyarbide) llegó a establecer que estas prácticas de explotación responden a «costumbres y pautas culturales de los pueblos originarios del altiplano boliviano», legitimando la esclavitud moderna mediante una afirmación claramente discriminatoria.
Además, el parlamento argentino (con mayoría absoluta del «progresista» partido gobernante) recientemente aprobó una Ley que legitima la trata al establecer que si originalmente hubo consenso verbal de la víctima no hay violación a la Ley por parte del tratante, contradiciendo acuerdos internacionales firmados por el país (Protocolo de Palermo).
De la mano de funcionarios públicos y abogados laboralistas que participan en la lucha por la eliminación de los talleres del sudor, la trata y la esclavitud moderna, la Asamblea Popular de Parque Avellaneda, «La Alameda» (originada en la crisis de 2001), ha encarado una amplia campaña de denuncia y ha llevado a 85 marcas a la Justicia. Mediante esta declaración solicitamos el apoyo de académicos, movimientos sociales y ciudadan@s a nuestra causa, que es a su vez un causa internacional por la defensa de l@s trabajador@as más débiles, l@s sin voz.
Para apoyar esta causa por favor simplemente dale difusión a esta declaración y reenviá este mensaje a las siguientes direcciones:
[email protected] Asamblea Popular «La Alameda»
[email protected] Defensoria del Pueblo, Ciudad de Buenos Aires
Para más información visitá nuestro blog http://laalameda.wordpress.com