En primera página: «El Consejo de El País nombrará nuevo director». Entradilla de la «gran noticia»: «Antonio Caño será propuesto la semana próxima para sustituir a Javier Moreno». ¿Sin que el consejo se reúna ya puede afirmarse que nombrará nuevo director? ¿Y si no atiende la propuesta? ¿O es simple paripé? Veamos. En la 32, […]
En primera página: «El Consejo de El País nombrará nuevo director». Entradilla de la «gran noticia»: «Antonio Caño será propuesto la semana próxima para sustituir a Javier Moreno». ¿Sin que el consejo se reúna ya puede afirmarse que nombrará nuevo director? ¿Y si no atiende la propuesta? ¿O es simple paripé? Veamos.
En la 32, toda una página dedicada a un tema crucial en la historia del periodismo mundial.
Aparte de destacar en una o dos ocasiones que el rotativo de PRISA es líder absoluto (¿y eso que querrá decir?) de la prensa en España (de pago, matizan), la digamos información publicitaria se inicia con el siguiente texto: «El Consejo de Administración del diario El País («SA» se añade en la edición digital) decidirá la próxima semana [26 de febrero] sobre la propuesta de Juan Luis Cebrián, presidente de El País y de PRISA, para nombrar a Antonio Caño como nuevo director del periódico en sustitución de Javier Moreno, que desempeña el cargo desde mayo de 2006. Caño, actual corresponsal en Washington y responsable de la Edición América de El País, asumirá sus nuevas responsabilidades el próximo 4 de mayo, coincidiendo con el 38 aniversario del periódico.»
¿Y eso cómo es posible? ¿En el ámbito ignoto de qué lógica futurista? Se habla de que el Consejo tiene que reunirse para decidir sobre una propuesta y se señala a continuación que don Antonio asumirá sus nuevas responsabilidades el 4 de mayo. ¿Y todo eso cómo se sabe? ¿Cómo se come esa decisión futura, a tomar a finales de mes, con la afirmación asegurada sobre nuevas responsabilidades? ¿Decisiones que no deciden? ¿Don Cebrián como jerarca con mando unitario en plaza que decide a tu antojo y las supuestas formas democráticas para decorar un escenario en el que ya nadie cree?
En cumplimiento del Estatuto de la Redacción del periódico, se afirma algo más adelante, «la propuesta fue comunicada por Cebrián al Comité de Redacción del diario». Los periodistas de El País tienen derecho, se indica, «a una votación consultiva sobre los nombramientos de responsables en la redacción, incluido el de director». ¡Qué generosos, qué demócratas! ¿Y qué piensan los periodistas de la redacción? ¿Han podido decir algo los trabajadores del global? ¿Han podido abrir la boca con algo que tenga que ver remotamente con la libertad o han visto la puerta de la calle insistentemente señalada? ¿Alguien se atreve a decir algo que no sea un sí, sí a todo, mi amo y señor Cebrián?
Los nuevos tiempos, de hecho, son ya estos tiempos. No hace falta esperar a abril o mayo. Basta recordar el alarmismo abonado de los 30.000 subsaharianos a punto de asaltar la frontera de Ceuta en la edición del pasado lunes y la gloriosa fotografía de primera página de la edición del miércoles 19 de febrero con el fascistoide Leopoldo López como estrella destacada (no se pierdan el pie de foto). ¡Antichavismo hasta la náusea! ¡Cómo en tiempos de Salvador Allende!
PS. Me permito insistir. Para ver la nueva lumbrera que conducirá el global-imperial-ultraderechista, controlado por don Cebrián y los amos usamericanos, lean esta joya deslumbrante de don Antonio: » ¡Metroscopia: 90% de españoles quiere más pactos PSOE-PP. Todos menos fanáticos de ambos lados, que son los que más se escuchan.» ¡Fanáticos de ambos lados! ¡Los que más se escuchan! ¡Qué equilibrio valorativo! ¿Ven qué currículum es necesario para ser director del GIUD?
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.