Sabido es que la Patagonia, como el resto de nuestro país, posee vastos recursos naturales, los que forman nuestro patrimonio y el de generaciones venideras. Sabido es, también, que desde hace un tiempo se ha puesto en consideración (por diversos medios nacionales e internacionales) la posibilidad de utilizar esos recursos naturales como parte de pago […]
Sabido es que la Patagonia, como el resto de nuestro país, posee vastos recursos naturales, los que forman nuestro patrimonio y el de generaciones venideras. Sabido es, también, que desde hace un tiempo se ha puesto en consideración (por diversos medios nacionales e internacionales) la posibilidad de utilizar esos recursos naturales como parte de pago de la deuda externa.
Ante la aparente inminencia de esta nueva forma de pago de «nuestras» obligaciones con los acreedores externos, resulta necesario aclarar el origen y funcionamiento de este mecanismo de apropiación.
El autor de la propuesta
Oficialmente fué Thomas Lovejoy, ex vicepresidente del World Wildlife Found (WWF) y actual Jefe de Aseosores de Biodiversidad del Banco Mundial, quien propuso en 1984 una fórmula conciliatoria que solo resarciría una porción de las «pérdidas económicas sufridas por los prestamistas», pero les daría una salida verde a sus cuentas en rojo. Tres años después el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos incentivó la iniciativa para «disminuir» la deuda externa y «mejorar» el medio ambiente (canjeando parte de la deuda externa por la protección de la naturaleza), acordando a los tenedores de títulos que le diesen el destino aludido una deducción del impuesto a las ganancias igual al valor nominal del título (Revenue Ruling 87-124) 4/ Hamlin Timothy, B.: Debt for Nature Swaps. A new Strategy for Protecting Enviromental Interests in Developing Nations, Ecology Law Quarterly, 1989, p. 1075 y 1087.
Thomas Lovejoy: la «mente brillante» detrás de la idea.
La iniciativa beneficiaría (según sus autores):
– A los Bancos acreedores, que encuentran un comprador para títulos virtualmente incobrables o pueden descargarlos dentro de las partidas destinadas a donaciones benéficas. Además despejan una relación financiera con el Estado deudor enturbiada por la deuda impaga.
– A los Estados deudores, por cuanto disminuyen su deuda mediante un esfuerzo técnico y económico que «beneficia» a su propia naturaleza.
– A los Estados acreedores, o sea a los que pertenecen porque eliminaría o aliviaría tensiones que entorpecen las relaciones económicas internacionales.
Funcionamiento
Para llevar adelante este mecanismo, se requiere la alianza de una organización de defensa de la naturaleza de un país acreedor (ONG-A) y otra similar de un país deudor (ONG-D), que actúa así:
La ONG-A adquiere y dona a la ONG-D, o bien le hace una donación para que pueda adquirir en el mercado títulos de la deuda externa del país cuya naturaleza se quiere proteger. Su cotización en el mercado secundario siempre es muy baja.
El país deudor se obliga a pagar la deuda que surge de los títulos con moneda local a la paridad que se convenga, en los plazos que disponga y con las correspondientes garantías contra la depreciación monetaria. Hace interna una deuda que era externa.
Con los fondos que de ese modo paga el país deudor, se financia un programa de preservación de la naturaleza, que ejecuta la ONG-D.
Como los montos de las operaciones descriptas suelen ser muy reducidos sólo dan un alivio modesto al problema de la deuda (menos del 10 % en el caso boliviano), pero impulsan la inversión financiera hacia la naturaleza.
Grupos de opinión de los países deudores han expresado su malestar porque estos canjes impliquen una renuncia a su soberanía permanente sobre los recursos naturales que son patrimonio y estan bajo soberanía de sus respectivos Estados.
Según doctrinarios del derecho Argentino:
-«Bien manejada, la propuesta afianzará la soberanía del país deudor, ya que no solo disminuirá un endeudamiento externo que le está exigiendo una sobre-explotación de sus recursos naturales, sino que estimulará su preservación.»
-«un mecanismo posible» y que «debería extenderse a toda la naturaleza».
Los canjes aludidos se han ensayado en Bolivia, Perú, Costa Rica, Ecuador, Filipinas, Madagascar y Zambia.
Estados Unidos, el efecto Invernadero y la ecología
Ahora, cabe preguntarse… ¿porque Estados Unidos esta tan interesado en disminuir la deuda externa de países en vías de desarrollo?, ¿Es esto una salida al problema de la deuda externa?
El hecho de que EE.UU. busque estos mecanismos no se debe a un cambio radical en su política exterior, ni a una intención de condonar las «deudas externas». Ocurre que EE.UU, la potencia hegemónica del Nuevo Orden Mundial, es responsable de mas del 30 % de las emisiones de gases contaminantes, (causantes del «efecto invernadero»), al ser su economía muy intensiva en el uso de energía.
Este problema global fue tratado por el Convenio Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), cuyo cuerpo supremo es la Conferencia de las Partes (COP). La COP en su tercer encuentro anual (COP 3, 27-12-1997), adoptó en Kioto, Japón, el «Protocolo de Kioto», el cual para los países desarrollados obliga a una reducción de sus emisiones gaseosas en al menos un 5% con respecto a 1990. Y como es de suponer, EE.UU no ratificó dicho protocolo, no se compromete a reducir sus emisiones (así su economía no perdería competitividad), pero si se muestra «muy preocupado» por el medio ambiente y la ecología.
Es en este escenario que países como Argentina, con vastos territorios boscosos y otros tantos aptos para la forestación, se transformarán en «Lavaderos Ecológicos», por medio de la venta de territorio a grupos transnacionales, «lavaderos» que fijarán carbono, (producto de economías contaminantes) por medio de bosques. Por eso es importante el papel de los grupos ecologistas y su discurso tan ampliamente difundido, ya que estas maniobras «defienden el medio ambiente» e intentan fundar «santuarios de la naturaleza».
Fuentes consultadas para la elaboración de este Informe:
Valls, M. F. «La solución justa basada en la Naturaleza»
Martino, D. L. «El Camino hacia el Comercio de Certificación de Secuestro de Carbono por la Forestación». XV Jornadas Forestales de Entre Ríos, Concordia, Octubre 2000.
Fondo Nacional para el Medio Ambiente. Presidencia de la República de Bolivia, Enero 1992.
Cushman, J. Jr. «Los Arboles Salvadores». Science Times, The New York Times. Reproducido por «Ecología & Negocios», pp 22-24. 1998.