Se abre el proceso a cargo del Comando Massera, célula de exmilitares implicados en los crímenes cometidos durante la dictadura militar en Argentina, acusados por las amenazas dirigidas a la periodista italo-argentina Diana Gagliano. Desde el 12 de Agosto pasado se canceló una orden de captura a Jorge Héctor Vidal, mientras para el 23 de […]
Se abre el proceso a cargo del Comando Massera, célula de exmilitares implicados en los crímenes cometidos durante la dictadura militar en Argentina, acusados por las amenazas dirigidas a la periodista italo-argentina Diana Gagliano.
Desde el 12 de Agosto pasado se canceló una orden de captura a Jorge Héctor Vidal, mientras para el 23 de septiembre se prevé la inauguración del proceso.
Asimismo, se quiso además de la solidaridad demostrada por un gran numero de colegas y de los habitantes del barrio de Bajo Flores de Buenos Aires -el barrio donde Diana y donde se habla de «Multiflores», la revista que desde hace un diezmo la periodista dirige – una apelación para su caso enla Carrera de Diputados, donde Luis F. Zamora y Marta de Brasil, del grupo parlamentario de Autodeterminación y Libertad, han pedido en estos días que el proceso sea reabierto, en cuanto los indicios descubiertos por parte de periodistas que no pueden ser ignorados por la autoridad judicial.
Diana Gagliano, que conforma el Forum de los Medios de Comunicación Alternativos y desde siempre está en primera línea en cuestiones de derechos humanos, manteniendo vivía la atención sobre las fuertes cuestiones irresueltas de los años de la dictadura que son seguidas por causa de su compromiso, las intimidaciones de quienes no quieren llevar a la luz las verdades embarazosas de esos años: «Son argumentos que no debería fastidiar a ninguno, dado que la dictadura terminó y es natural que hoy se busque aclarar sobre los advenimientos, y hace mas de veinte años que este país quiere saber a qué fines fueron destinados los hijos; no piden venganza, entonces ¿hay algo por esconder?» -dice la periodista.
Con este propósito en Argentina se sigue un procedimiento de condena social para losque participarán en la represión de la dictadura pero que hoy no son perseguidos por la justicia: el escrache es una especie de acción que espera comprometer al mayor numero de habitantes de un mismo barrio donde reside un genocida y culmina frente a la casa de la impunidad: «De esta manera -cuenta Galiano- el barrio entero declara que el genocida es una persona no querida, lo condena públicamente y le rinde una vida social».
El noviembre pasado la periodista estaba organizando el escrache de Jorge Héctor Vidal, doctor implicado en la apropiación de menores nacidos desde la detención y sacados de los padres naturales para ser entregados a otras familias y, en calidad de médicos, se ocupaba de mantener en vida a los torturados para poder nuevamente interrogarlos. En relación a esto la italo-argentina comenzó a recibir intimidaciones por correo electrónico. Luego de un e-mail llamado «te visitamos hoy», la primer reacción fue el miedo pero después parecía claro que cerrar la casa sería hacer su juego; «si lo que escribe molesta a alguien indicaba que estaba tocando en la cuerda justa».
La periodista decidió hacer pública la situación y declaró estar amenazada llevando a la luz y poniendolo en conocimiento de la Justicia. Actualmente la policía, junto al colega Sebastián Hacher de Indymedia Argentina y Galiano, comenzó a investigar para saber sobre el misterioso autor de los e-mails intimidatorios.
El escrache de Vidal fue un éxito: al menos 2000 personas marcharon para condenar públicamente al doctor implicado en la apropiación de los recién nacidos. Mientras tanto, mientras la periodista italo-argentina y su colega obtenían las pruebas de los autores del mail que eran miembros del Comando Massera -y por eso a Jorge Héctor Vidal, Silvia Abagnato, José Antonio Raffo y Rubén Lavallen- el juez Corvalan de la Colina cerraba la investigación por falta de pruebas. «Todavía una vez mas apareció la tropa por parte de la Justicia que se manchó con graves crímenes, -agrega Diana- vació el valor de la democracia por la que tanto se sufrió en Argentina».
En cambio, la capacidad de presión creada por la opinión del barrio, por el Forum de los Medios de Comunicaciones Alternativos y de las manifestaciones de solidaridad recibidas, impidió que otra injusticia sea cometida y llevóa la Justicia oficial a recurrir nuevamente al caso.