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El canal de televisión ecuatoriano, la no renovación a RCTV y las relaciones del presidente Correa con la prensa

ECUAVISA y la libertad de expresión

Fuentes: Rebelión

La cadena de televisión ecuatoriana ECUAVISA está muy preocupada por la libertad de expresión. Dos hechos son los que han motivado esta inquietud. El uno es la decisión soberana del gobierno venezolano de no renovar la licencia para el uso de la frecuencia a la cadena RCTV. El otro es la postura del presidente ecuatoriano […]


La cadena de televisión ecuatoriana ECUAVISA está muy preocupada por la libertad de expresión. Dos hechos son los que han motivado esta inquietud. El uno es la decisión soberana del gobierno venezolano de no renovar la licencia para el uso de la frecuencia a la cadena RCTV. El otro es la postura del presidente ecuatoriano Rafael Correa frente a la prensa.
ECUAVISA ha expresado sus opiniones en los noticieros que transmite en diferentes horarios. Alfonso Espinosa de los Monteros, vicepresidente de noticias de ese canal, ha sido el encargado de emitir, en dos ocasiones, sendos comentarios sobre cada uno de los casos señalados.
 
En días anteriores, en el noticiero de ECUAVISA de las 20 horas, se transmitió un vídeo elaborado por los relacionadores públicos de la cadena RCTV para denunciar la política de Chávez contra ese medio venezolano. Días después, Alfonso Espinosa de los Monteros entrevistaba al gerente de prensa internacional de RCTV, el señor Miguel Ángel Rodríguez, a quien dio el tiempo y el espacio necesario para lanzar un sinnúmero de acusaciones contra el presidente venezolano. Al final, el entrevistador le expresó su solidaridad. Luego se aventuró a comentar que si RCTV cometió algún error, en algún momento, también tenía derecho a rectificar, lo cual debería ser aceptado por el gobierno de Chávez, ya que la existencia de un canal que haga una oposición crítica es importante para el fortalecimiento del régimen democrático.
 
Ni ECUAVISA, ni su vicepresidente, que dicen respetar y defender la libertad de expresión, así como de mantener una posición equilibrada en el tratamiento de la información, han entrevistado a algún representante del gobierno de Venezuela para que se de una explicación de las causas que condujeron a tomar la decisión de no renovar la concesión a la cadena que dirige el empresario Marcel Granier.
 
De igual manera, nada se ha dicho en ECUAVISA sobre la participación directa de RCTV en el golpe fascista del 11 de abril de 2002 contra el presidente Chávez, hecho que fue orquestado por la oligarquía venezolana, los medios privados de ese país y el gobierno norteamericano.
En tantos años de trayectoria periodística Alfonso Espinosa de los Monteros debió aprender que quienes ejercen este oficio están obligados a contrastar la información, investigando distintas fuentes. Sería importante que los periodistas de ECUAVISA estudien y analicen los documentales «La Revolución no será transmitida» y «Claves de una Masacre», para que comprendan el papel desestabilizador de los medios privados en Venezuela.
 
Por otro lado, el comentario de Alfonso Espinosa de los Monteros en el que habla de que si RCTV «cometió un error y lo ha rectificado…», encubre el papel fundamental que ha jugado este medio para tratar de derrocar al gobierno del presidente Chávez con el propósito de beneficiar a los grupos que mantenían el poder político y económico en Venezuela. Las palabras del presentador de noticias de ECUAVISA recuerdan las justificaciones dadas por las tropas yanquis cuando producto de los bombardeos efectuados con «bombas inteligentes» en Irak, matan a la población civil indefensa. «Daños colaterales», llaman a esto los propagandistas del imperio. De la misma forma que estos actos son realizados con premeditación, las acciones de RCTV obedecen a planes metódicamente diseñados, no a hechos circunstanciales.
RCTV, Globovisión, Venevisión, El Nacional, El Universal azuzaron para que el 11 de abril de 2002 se cometan actos de violencia contra el pueblo venezolano, falsificaron los hechos, mintieron, callaron, ocultaron la realidad.
¿Por qué ECUAVISA no protestó cuando estos medios pretendieron silenciar la voz del pueblo? ¿Por qué Alfonso Espinosa de los Monteros no expresó su indignación por la violación a la libertad de expresión realizada por los medios privados venezolanos? ¿Será que quedó obnubilado por las mentiras emitidas por falsimedia?
 
Otro hecho comentado por el periodista en mención, tiene que ver con las declaraciones y acciones realizadas por el presidente Correa contra los medios ecuatorianos.
 
El hecho que exasperó a Alfonso Espinosa de los Monteros fue la expulsión de la cadena radial que realizó Correa el día sábado 19 de mayo de 2007 desde Carondelet, del editorialista Emilio Palacio, del diario El Universo. Ante este hecho, el periodista de ECUAVISA, Carlos Jijón, se solidarizó con su compañero y se retiró de la reunión.
 
El vicepresidente de noticias de ECUAVISA no señaló en su «sesudo» comentario la postura desafiante de Emilio Palacio ante el presidente Correa.
 
Un periodista crítico no necesita hacer ninguna teatralidad y espectáculo para cuestionar ciertas cosas, tal como lo hizo Palacio, a no ser que tenga ese propósito con el ánimo de figurar o la intención manifiesta de causar malestar al entrevistado. El periodista, además, no debe basar sus cuestionamientos y preguntas en especulaciones, sino en datos precisos que se obtienen como resultado de la investigación periodística. La opinión es principalmente de carácter subjetivo.
 
Rafael Correa es en cierta medida responsable de estos hechos por invitar, a decir de Alfonso Sastre, a tanto cretino que cree gozar de total impunidad por encontrarse detrás de un micrófono, de una pantalla o de una laptop.
 
No se equivoca el presidente Correa cuando señala que existe mucha miseria humana, mucha mediocridad en el gremio de los periodistas o de los que simulan serlo. El servilismo frente a los dueños de los medios es evidente en muchos de ellos. Actúan como «psittacus», término que designa a las personas que sufren del «síndrome morboso de la idiocia», razón por la cual dicen y hacen tantas estupideces.
Pero no sólo fue ese hecho lo que indignó tanto a Alfonso Espinosa de los Monteros.
 
El día de la cadena radial el presidente Correa utilizó la palabra «verga» para explicar la significación antojadiza que se puede hacer de determinados términos a partir de las diversas acepciones que puedan tener. Alfonso Espinosa de los Monteros censuró al presidente acusándole de utilizar un «lenguaje pornográfico».
 
Correa hizo uso de la palabra «verga» para referirse al «palo labrado convenientemente, al cual se asegura el gratil de una vela». Luego le dijo a Jijón que si al le decían que «se vaya a la casa de la verga», no le querrían decir que «se vaya al palo…»
Tal vez Correa no tomó en cuenta la reacción de unos medios pacatos que se ruborizan al escuchar estos términos de parte de alguien que para ellos, se supone, debe actuar como un ser inmaculado, puro. Lo contradictorio es que estos medios no se sorprenden de toda la porquería visual, verbal y escrita que transmiten diariamente, intoxicando la mente de las y los niños, de las y los jóvenes y también de las y los adultos.
 
De lo que se pudo apreciar en el informativo nocturno de ECUAVISA, el presidente Correa hizo referencia al término «verga» luego que Carlos Jijón tratara con argucias de explicar que la palabra asaltar puede tener un significado distinto al que Correa habría interpretado de la lectura del titular del diario «La Hora», del 26 de abril de 2007, en el que se dice: «Correa ASALTÓ Junta Bancaria».
 
Este titular y un editorial publicado el 9 de marzo de 2007 en el que se acusa a Correa de gobernar con «tumultos, piedras y palos» y de ser un «vándalo» llevaron al mandatario a plantear una demanda penal por injuria no calumniosa grave contra Francisco Vivanco Riofrío, director del diario «La Hora».
 
La Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos publicó el 13 de mayo de 2007 un comunicado en el cual expresa su malestar por la decisión tomada por el presidente Correa, a la vez que se solidarizaban con Francisco Vivanco Riofrío.
El Congreso Nacional también hizo un llamado a Correa para que respete la libertad de expresión y opinión. En la resolución aprobada por el Congreso el 17 de mayo de 2007 se exhorta al presidente a que «adopte las medidas necesarias para mantener un clima de paz, de unidad nacional y de respeto a los derechos esenciales de todos los ecuatorianos».
Este es el lenguaje típico de aquellos que pretenden encubrir la existencia de las contradicciones sociales generadas por un sistema basado en la explotación social.
¡Hipócritas! En un país en el cual existe desigualdad, en el cual los ricos usufructúan de la riqueza que produce la clase trabajadora, no puede existir unidad entre explotadores y explotados. Los pueblos no creen en estos discursos porque saben que la lucha es el único camino para derrotar a quienes los oprimen.
La Sociedad Interamericana de Prensa y Reporteros Sin Fronteras, organizaciones controladas por los grupos empresariales mediáticos, las mismas que están supeditadas a la política del gobierno norteamericano, han condenado también la posición de Correa frente a los medios.
«No hay más ciego que el que no quiere ver», dice el refrán popular. Al igual que sucede en la República Bolivariana de Venezuela, en el Ecuador se ha puesto en marcha una campaña mediática para desestabilizar al gobierno del presidente Correa. Esta está dirigida por la oligarquía ecuatoriana, la partidocracia corrupta, los dueños de los medios y los periodistas serviles. Que no quepa la menor duda que detrás de ella también está la mano de la CIA y de las mafias de la desinformación mundial.
 
Correa debe elaborar una estrategia adecuada de comunicación. El presidente tiene que formar un equipo de comunicadores honestos para poder llevar adelante las acciones necesarias que permitan detener en el ámbito comunicacional, el ataque furibundo de falsimedia. Pero lo más importante, por el momento, es emprender con decisión una reforma legal e institucional que permita establecer una regulación sobre la propiedad de los medios, de sus contenidos. La Asamblea Nacional Constituyente es un espacio en el cual las fuerzas progresistas, de izquierda deben luchar para establecer estos mecanismos de regulación a través de la reforma Constitucional. La democratización efectiva de los medios podrá dar voz a los sin voz. Solo de esta manera se podrá detener a las mafias mediáticas ecuatorianas.