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Educación y otras hierbas enhebradas por el mismo hilo

Fuentes: Rebelión

«…de qué educación para todos me hablan cuando son los hombres del Estado quienes planifican las políticas educacionales al servicio de intereses corporativos.» Andrés Sarlengo en su libro «Crimen Educativo» Lamentablemente el tema escuela pública o escuela privada no debería ser motivo de debate, la educación en todo el país tendría que ser pública por […]

«…de qué educación para todos me hablan cuando son los hombres del Estado quienes planifican las políticas educacionales al servicio de intereses corporativos.»

Andrés Sarlengo en su libro «Crimen Educativo»

Lamentablemente el tema escuela pública o escuela privada no debería ser motivo de debate, la educación en todo el país tendría que ser pública por lo tanto, gratuita y laica, sin embargo desde hace muchos años, en Argentina, se presenta como un dilema y no menor.

Un bastión infaltable en los discursos pre electorales es justamente el tema educación, pero sabemos que luego de asumir un determinado gobierno, ese discurso pasa a engrosar la pila de dichos cajoneados que meses antes fueran utilizados como caza bobos. Porque convengamos que así nos consideran una vez que depositan su trasero en el sillón de Rivadavia.

Luego, con el correr de los días y mientras van dejando al desnudo sus más oscuros proyectos, -hablo de los gobernantes, por supuesto- además de dejar al descubierto su miseria humana, van retomando esos bastiones tratando de utilizarlos como cebo caza cucarachas, ya que así nos consideran.

No es extraño escuchar a la gobernadora María Eugenia Vidal en estos días de principios de clases reflotando el tema educación con una liviandad que nos deja a la vista, además de un tremendo cinismo, la verdadera esencia de su gobierno. Para ellos debe existir únicamente la educación privada, inasequible para los pobres, que dicho sea de paso, cuánto más ignorantes sean, más fácil será someterlos.

Tremendo delirio, es para ellos, que el hijo de un laburante tenga acceso a los conocimientos en un espacio que debe ser reservado solo para hijos de empresarios que respondan a los grandes grupos económicos, cualitativamente amorales y cuantitativamente redituables.

Es así como pudimos escuchar a la señora gobernadora asegurar, sin siquiera sonrojarse, que «la educación pública no da para más, cada vez más familias eligen la escuelas privadas»* y hay que reconocer que no dijo ninguna mentira, lo que no dijo es que el tema no es casual sino causal, diferencia no menor. Y lo hizo en el marco de una crítica a los docentes en paro. De hecho no hubo acuerdo en la paritaria docente en la provincia de Buenos Aires hasta el momento.

La educación pública «no da para más» por las políticas excluyentes que hace años se vienen ejecutando y que ahora se están exacerbando, tanto, que resulta tarea ciclópea poder describir en toda su magnitud. Estamos enfrentando las políticas del peor gobierno de la historia reciente luego de la dictadura de la década del ’70. Si uno hoy se pusiera a hablar del desguace del país en la etapa menemista, me atrevo a decir que esta vez es mucho peor.

Hay varios motivos que hacen que familias trabajadoras que tienen criaturas deban recurrir a las escuelas privadas -las que pueden pagar una cuota, claro está- porque el Estado impulsa lineamientos para que eso suceda valiéndose del abandono a las instalaciones educacionales, apuntándose a la desarticulación definitiva de la escuela pública. Trabajito de hormiga que va dando sus frutos y que marca un ideario escabroso.

¿Y por qué un laburante debe pagar para mandar a sus hijos a la escuela ya desde jardín de infantes? Porque no se han hecho escuelas ni se mantuvieron decorosamente las que ya había.

Porque los docentes están mal pagos y por consecuencia hacen paros demorando el inicio del año lectivo. Y el gobierno es ciego ante los reclamos, carece de voluntad política para resolver lo que debería ser una premisa.

Porque las vacantes no alcanzan; porque algunas escuelas dado el crecimiento poblacional, quedaron chicas, en esos casos solo admiten niños que vivan dentro de un determinado perímetro; no ingresan alumnos por fuera de esa zona delimitada, bueno… a menos que las familias cuenten con el «favor» de algún puntero político con relaciones como para que mágicamente aparezca la vacante, el costo a pagar luego, ya lo conocemos… y no todos tenemos la inconciencia como para recurrir a ésos.

Esto que ocurre hace más de 30 años, en los últimos se acentuó provocando grandes dificultades al interior de las familias cuyos hijos tienen pocas opciones: o dejan de ir a la escuela lo cual es terrible, o tienen que pagar por una vacante en una privada donde los pequeños alcanzarán un aprendizaje apenas mejor, pero no dejan de ser sino un curro favorable a los dueños de esos establecimientos, muchas veces la iglesia. Entonces, cuando escuchamos hablar con tanta ligereza sobre el tema educativo a miembros del gobierno, como en este caso la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, no hace sino fortalecernos en la evidencia de que nada les interesa el futuro de esos niños que van engrosando la cifra de excluidos.

Y enhebrada por el mismo hilo está la terrible realidad de las escuelas públicas cerradas durante este gobierno instalado a partir de la irresponsabilidad de muchos argentinos que poco a poco se van arrancando los pelos por ser parte del ejército de víctimas que aumenta día a día en términos catastróficos.

Decía el Apóstol cubano José Martí: Un pueblo de hombres cultos es un pueblo de hombres libres»; pero claro, quién dijo más allá de lo hipócrita-discursivo que en Argentina la clase dominante quiera un pueblo de hombres libres…

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.