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El «albertismo», la pandemia coronavirus y la cuarentena global

Fuentes: Rebelión

“¿Por qué el hombre sólo se somete al médico cuando se halla enfermo, y no cuando está sano? Porque el mal no está solamente en la enfermedad, sino también en el médico. La curatela del médico haría de la vida un mal y convertiría al cuerpo humano en un objeto de tratamiento para los colegios medicinales ¿Acaso no es más deseable la muerte misma que una vida considerada como simple medida preventiva contra la muerte? ¿No es la libertad de movimientos parte de la vida? ¿Qué es la enfermedad, sino una vida entorpecida en su libertad? Un médico perpetuo sería una enfermedad que no abriría siquiera la perspectiva de morirse, sino la de seguir viviendo. Aunque la vida muera, la muerte no puede vivir”

Karl Marx

1] Durante las últimas elecciones, el “Frente de todos”, todas y todes, se presentaba a sí mismo como una suerte de frente patriótico, que se daría a la faena de configurar “un gobierno de salvación nacional”.

2] Una vez asumido, se mostró como un gobierno apenas abocado a “solucionar” el ineludible asunto de la deuda externa, siendo la propia irrupción de la pandemia coronaviruos, lo que le permitió darle una fisonomía concreta a su prometido “gobierno de salvación”.

3] Y así como el gobierno de la alianza Cambiemos, en su momento, iniciaba su gestión de la cosa pública configurándose como una “Ceocracia de necesidad y urgencia”, el actual gobierno del “Frente de todos”, todas y todes, ha ido cada vez más asumiendo la forma de un “Comité de salud pública”.

4] Bajo esta configuración político-administrativa, el control de la pandemia habilita al gobierno a desplegar un “cordón sanitario” sobre las poblaciones, y, mediante esta forma de “profilaxis policiaca”, se apuesta a controlar, de igual modo, la situación social ante el eventual estallido de la crisis económica.

5] “Confinando y vigilando”, el gobierno “te cuida”. Y así como, a su tiempo, el gobierno de la alianza Cambiemos supo revelarnos al Estado de derech@ como un mero “régimen de celadas policiacas”. El actual “gobierno de científicos” ha sabido reconfigurar aquella gobernanza, hasta convertirlo en un verdadero “régimen de curatela(s) sanitaria(s)”. De este modo, el burdo despliegue represivo de las fuerzas de seguridad, se transfigura y toma la forma de un nuevo tipo de despliegue, de la “policía del cuidado”.

6] Desde el genérico campo de las oposiciones liberales y “gorilas”, se tiende a apreciar esta fisonomía actual del gobierno, como si se tratase de su forma última y acabada. No participo de tal posición, me da la impresión, antes bien, que se trata de un “régimen provisional”, que al gobierno le vino muy bien para ganar tiempo, afirmarse saliendo airoso de la gestión de la pandemia, controlar sanitariamente la situación de crisis social, y ganar para sí todas las instancias y/o resortes de la maquinaria burocrático-administrativa.

7] Hasta ahora, y ajustándose a su claro perfil socialdemócrata, “(re)ordenar la vida y construir consensos” continúa siendo el leitmotiv de la gobernanza albertista. El alarmismo opositor ante la posible consolidación de derivas autoritarias, según mi parecer, es poco menos que una sobreactuación pour la galería. Y es que a la burguesía le gustaría un gobierno que, operando como un “comité que administra los negocios colectivos” de su clase (asumidos como negocios colectivos de “la Nación”), no se extralimite en sus funciones, bajo “pretextos” sanitarios. La economía es la excusa, más su “objetivo es el alma”.

8] Pero claro que la actual pandemia significa una oportunidad obvia, para ir afinando nuevas tecnologías de vigilancia y control gubernativo de las poblaciones y demás, mas, lo realmente preocupante, en este sentido, es el evidente reforzamiento de la “mentalidad policiaca” en el seno mismo de la sociedad civil. Todo un régimen de delaciones público-privadas, hipócritamente presentadas como forma de ejercer la “solidaridad” social. Eso, y su pueril contraparte “libertaria”, son dos caras de la misma moneda.

9] En cualquier caso, la fisonomía del actual gobierno, dependerá del desarrollo o la evolución de la pandemia, de la economía, y de las posibles reconfiguraciones de la geopolítica global. Todo lo cual está en proceso, y, si bien con algunas tendencias más o menos claras, aún en solución.

10] Pero como la fisonomía del poder político no depende sólo de la suerte del partido de gobierno, bueno es reclamar, desde abajo y a la izquierda, por formas menos policiales de gestionar la pandemia. Por salidas eventuales de la situación de cuarentena, que tiendan al fortalecimiento de las organizaciones sociales, así como también porque se avance efectivamente sobre los poderes socio-económicos que azuzan la crisis. Hic rhodus, hic salta.