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Modelación y metamorfosis de la opinión pública

El caso de la guerra en Irak

Fuentes: Rebelión

  La opinión pública es uno de los efectos principales que pueden producir los medios de comunicación, es un sujeto receptor que sufre la presión de los mensajes de los medios de comunicación.[2] Lo anterior confiere a los medios una realidad que es determinante como ejercicio del poder. Los medios de comunicación poseen la virtud […]

 

La opinión pública es uno de los efectos principales que pueden producir los medios de comunicación, es un sujeto receptor que sufre la presión de los mensajes de los medios de comunicación.[2]

Lo anterior confiere a los medios una realidad que es determinante como ejercicio del poder. Los medios de comunicación poseen la virtud de tener efectos sobre las opiniones, actitudes y conducta de la gente; y en ocasiones se orientan hacia la producción y la transformación de los significados acerca de los acontecimientos. De aquí la necesidad de una actitud crítica que pueda desentrañar esos procesos de la producción, transformación y difusión de los significados.

El objetivo de este trabajo es exhibir la manera en que los medios de comunicación -principalmente estadounidenses- produjeron y transformaron el sentido de la guerra en Irak y la manera en que influyeron en la opinión pública. Para tal efecto, se realizó un estudio del contenido de los mensajes emitidos por los medios de comunicación durante los años 2003 y 2004 -años en que da comienzo y fin la guerra de Irak-, así como el efecto de éstos sobre el receptor.[3] Se evidencia el contraste entre una prensa demasiado crítica que surgió al fin de la guerra y su docilidad antes de ella, tendencia preocupante de los medios de comunicación estadounidenses (de mentalidad sesgada, en el sentido de que editores y reporteros no divergen demasiado de lo que todos los demás están escribiendo).

En un principio, los medios de comunicación se mostraron a favor de la guerra; incluso había un moderado consenso por parte de los liberales. Dos de los más fuertes partidarios de la participación de Estados Unidos fueron el Washington Post y el New York Times. Desde septiembre de 2002, ambos diarios comenzaron una campaña de histeria que aseguraba que el régimen de Saddam Hussein era una amenaza para la paz mundial, pues poseía armas de destrucción masiva y tenía vínculos con la red terrorista Al Qaeda. El 7 de marzo de 2003, el Post publicó en primera plana las declaraciones del Presidente Bush en cuanto a que no «dejará al pueblo estadounidense a merced del dictador iraquí y sus armas».[4] El mismo día, el New York Times sostuvo que «Bush se ha decidido a ordenar el ataque tras recibir los últimos informes de inteligencia que comprueban que Irak posee armas de destrucción masiva, esperando decapitar el liderazgo del país al comienzo de la guerra».[5] Un sondeo publicado por el diario estadounidense The Washington Post y ABC News sostuvo que casi tres de cada cuatro estadounidenses (74%) apoyaban en ese momento la guerra en Irak.[6]

Para mediados de 2003, los mismos periódicos mantuvieron una cobertura subordinada a la Casa Blanca, los medios de comunicación estadounidenses «… se convirtieron no sólo en fuentes del argumento oficial a favor de la guerra sino que la legitimaron».[7]

Finalmente, el Times abandonaría a Bush a finales de 2003, cuando varios periodistas, como Jayson Blair, aceptaron que falsearon sus reportajes en lo que toca a la guerra de Irak.[8] El Post lo haría el 12 de agosto de 2004, cuando aceptó que su cobertura, previa a la guerra, se centró más en difundir la versión oficial sobre la presencia de armas de destrucción masiva en Irak y los lazos del régimen de Saddam Hussein con la red terrorista Al Qaeda, que en cuestionar y verificar los argumentos del gobierno.[9] Al mismo tiempo, las cadenas de televisión se volvieron primero neutrales y luego cada vez más hostiles.

Junto con la postura de los medios de comunicación en torno a la guerra, cambió la opinión pública -no hay que olvidar que la opinión pública se puede crear, controlar y modificar desde la perspectiva de los medios y sus mensajes.[10] Hay tres razones por las que primero los medios de comunicación y después la opinión pública se volvieron en contra de la guerra. La primera es que los costos de la guerra ascendieron estrepitosamente, superando los cálculos que se habían previsto. El Congreso Estadounidense calculó que el conflicto y sus secuelas costarán 75 mil millones de dólares, de los cuales la mitad es insumida por los gastos de transporte de tropas y armamentos.[11] Adicionalmente, 62.5 mil millones de dólares aproximadamente es lo que costará la reconstrucción de Irak. Los estadounidenses, al conocer el costo económico de la cruzada americana en Medio Oriente, pidieron que los millones de dólares que se gastan en la guerra y ocupación fueran utilizados para algo que los beneficiara de manera directa como educación, vivienda, salud y empleos.[12]

La segunda razón fue el incremento de tropas en Irak; para enero de 2004, el número de soldados norteamericanos era de 2,500. El 15 de abril de este año, derrocado ya el régimen de Saddam Hussein, el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos anunció que «… aumentará el número de tropas que combaten en Irak para hacer frente a desafíos presentados en materia de seguridad».[13] A medida que se elevaba el número de norteamericanos involucrados en la defensa del terreno y en los combates, aumentaba el número de los que eran heridos o muertos. Para julio de 2004, 904 soldados habían muerto.[14]

La tercera razón por la que Estados Unidos se puso en contra de la guerra no fue tanto la crítica de los editoriales de los periódicos, como la presentación amarillista y algunas veces tendenciosa de noticias. Los medios norteamericanos se tornaron muy parciales en algunos casos; con más frecuencia, fueron engañados, deliberada y hábilmente, o se engañaron a sí mismos. Ya no se habla de la insistencia de los medios sobre la existencia de un supuesto programa nuclear iraquí -que fue desmantelado por los inspectores de la Unscom antes de la guerra-, de que había armas de programas biológicos en Irak -que también fueron destruidas por la Unscom después de la primera guerra del Golfo-, de que aún existían armas químicas «de destrucción masiva» en territorio iraquí -que eran en realidad armas de campo de batalla cuyo alcance y potencial eran limitados-, y de las relaciones del régimen de Hussein con Al Qaeda y otras organizaciones terroristas -que fueron solamente especulaciones[15]-, sino del video difundido impertinentemente de la decapitación de un rehén estadounidense en Irak que resultó ser falso.[16]

Por otra parte, las fotografías difundidas de niños incinerados por los bombardeos estadounidenses dio la impresión de que muchos miles de niños iraquíes habían muerto. A lo anterior se deben sumar las declaraciones del Comité Internacional de la Cruz Roja que describían la intervención como una «catástrofe humana».[17] Además, los medios de comunicación estadounidense llegaron a un punto tal que informaron sobre los ataques llevados a cabo por soldados estadounidenses sobre Faluja, «… a pesar de la suspensión de las hostilidades… por el administrador civil estadounidense en Irak, Paul Bremen».[18]

Otros hechos que perjudicaron mucho la imagen de Estados Unidos durante y después de la guerra y que indignó sobremanera a la comunidad periodística norteamericana y por consiguiente a la población, fueron los ataques al Hotel Palestine en Bagdad (donde se alojaba la prensa internacional) el 17 de agosto de 2003, cuando soldados norteamericanos confundieron una cámara de video con un lanzamisiles. Además, días antes soldados norteamericanos abrieron fuego en Khaldiya (a unos 80 km. de Bagdad) sobre un vehículo de prensa marcado AP y habían disparado contra un camarógrafo de la agencia Reuters mientras grababa en el exterior de la cárcel de Abu Ghraib.[19] Murieron tres reporteros durante estos eventos, sin embargo la magnitud de estas muertes fueron multiplicadas por tres por los medios de comunicación norteamericanos.

El deslindamiento de los medios de comunicación y la Casa Blanca llegó a un pico decisivo cuando se informó sobre los abusos contra prisioneros iraquíes. Las fotos publicadas muchas veces y sin censura de soldados estadounidenses que vejaron «por diversión» a prisioneros iraquíes en la cárcel Abu Ghraib, causó la convicción de que era habitual que se diera ese trato a los soldados prisioneros capturados por Estados Unidos. Como lo advirtió John Warner, Presidente de la Comisión de Fuerzas Armadas en el Senado, estas acciones «indignantes y totalmente inaceptables de la conducción militar», socavaron «buena parte del trabajo… de nuestras fuerzas contra el terrorismo»[20].

Finalmente, la crisis del gobierno, en cuanto a la legitimación que le dieron en su momento los medios de comunicación, estaría por demás evidente cuando publicaron el hecho de que altos funcionarios de la administración de Bush abogaban por la invasión a Irak aun antes de que éste asumiera la presidencia. Los hechos del 11 de septiembre de 2001 resultó ser «una oportunidad» para invadir Irak; incluso, el día 12 del mismo mes Paul Wolfowicz, Subsecretario de Defensa, ya hablaba de atacar Irak. A pesar de no existir razones suficientes para vincular el 11-S con el régimen iraquí, los neoconservadores iniciaron una campaña de mentiras que convenció al pueblo estadounidense de que Saddam Hussein estaba atrás de la tragedia.[21]

A pesar de que en su momento los medios de comunicación fueron el brazo propagandístico de Bush para legitimar la guerra y de haber sido el instrumento para convencer al pueblo estadounidense de que apoyaran la guerra, aceptarían definitivamente que no ejercieron su papel de cuestionar y criticar la línea oficial del gobierno. The New York Times, CNN, The Washington Post y The Columbia Journalism Review, entre otros, aceptarían oficialmente su subordinación a la opinión oficial además de haber jugado un papel importante en la legitimación de la misma.[22]

La cobertura televisiva no sólo nacional sino también internacional se hizo desde un principio cotidiana e intensa. Reporteros y editorialistas, a mitad del conflicto, actuarían contra los intereses norteamericanos. Incluso, se llegó a generar la idea de que Estados Unidos estaba combatiendo una guerra injusta y sin esperanza.

Todos estos acontecimientos reportados por los medios de comunicación estadounidenses provocaron que la sociedad norteamericana analizara y criticara fuertemente la guerra en Irak. El 23 de junio de 2004, una encuesta realizada por la cadena de televisión CNN y el diario USA Today reveló que los estadounidenses habían llegado al convencimiento mayoritario de que la intervención militar en Irak había sido un error; el sondeo indicó que el 54 por ciento de los estadounidenses pensaba que el Gobierno del presidente George W. Bush había cometido un error al invadir Irak.[23]

La población estadounidense comenzó a presionar al gobierno para que diera por culminada su intervención; vidas humanas perdidas, aunadas a la frustración de padres de familia al observar que sus hijos son enviados a la muerte, ha causado la oposición a la ocupación estadounidense. El 20 de marzo de 2004 miles de personas se manifestaron en Nueva York para pedir el retorno de tropas y el fin de la ocupación en Irak además de pedir el rechazo del gobierno de Bush en las urnas.[24]

Se puede prever que en breve habrá un desmoronamiento del liderazgo norteamericano, si es que no lo estamos presenciando ya, que se acelerará dada la reacción mediática respecto a la ocupación de Irak. Más congresistas se sumarán en contra de la ocupación y se opondrán a enviar más refuerzos. Es probable que George Bush II pierda definitivamente la batalla de la propaganda -tanto en su país como en el extranjero- porque los medios de comunicación están enseñando a odiar al jefe del poder ejecutivo de la nación más poderosa.

Si bien es cierto que los medios reflejan la opinión pública, también es cierto que muchas veces los medios son los que dan forma a las percepciones públicas e incluso la opinión pública es modelada por los medios de acuerdo con intereses que no son perceptibles en primera instancia -como en el caso que trata este escrito.

Una dramatización artificial de los acontecimientos en público es el primer paso a una percepción pública negativa del proceso. Esto es exactamente lo que ocurrió en torno a la guerra de Irak. Los medios de comunicación, como se corroboró en este ensayo, pueden modificar y controlar la percepción y la experiencia del lector-espectador sobre los temas de ámbito político. Los medios de comunicación condicionan cada vez más las decisiones políticas mediante la selección de lo que muestran. En Estados Unidos eso se llama foreign policy by NBC, es decir, que los medios de comunicación determinan la política exterior de este país.

Los lectores-espectadores, como lo señala Sheldon Rampton[25], deben pensar seriamente en la era de la información en que viven, y las maneras en que los medios de comunicación pueden funcionar como instrumentos de propaganda; es necesario que el lector-espectador, antes de dejarse bombardear de información por los medios, debe educarse a sí mismo, volverse pensador crítico-analítico, para evitar que instituciones, gobiernos y corporaciones le digan qué pensar.

Fuentes consultadas:

AFP / DPA /Télam, «Bush afirmó que se avanza ante una feroz resistencia. Cada día estamos más cerca de Bagdad, dijo», Río Negro Online (www.rionegro.com.ar), Argentina, 1 de abril de 2003.

AP, «Sigue Pentágono cinco líneas sobre abuso a prisioneros en Irak», esmas.com, México, 4 de mayo de 2004.

AP / EFE, «Regresa a Irak 3ª División de Infantería de Estados Unidos», en esmas.com, México, 26 de julio de 2004.

Cason, Jim y David Brooks, «Los medios desprestigiados por su papel atizador de la guerra contra Irak», Centro de Medios Independientes de Colombia (colombia.indymedia.org/news/), Colombia, 14 de marzo de 2004

CNN, «La violencia de las tropas norteamericanas provoca caos en Faluja», en www.cnn.com , 12 de abril de 2004.

Dwyer, Bernie, «El empleo de la propaganda en la guerra de Bush contra Irak», en Soberanía (www.soberania.org), España, 5 de septiembre de 2003

EFE, «Admite el Post haber favorecido a la Casa Blanca«, en esmas.com, México, 13 de agosto de 2004.

EFE, «El periodista del New York Times que falseaba sus reportajes reconoce sus engaños», en elmundo.es , España, 22 de mayo de 2003.

EFE, «Ven estadounidenses como error guerra en Irak», en esmas.com, México, 25 de junio de 2004.

Europa Press, «Irak.- El vídeo de la decapitación del rehén estadounidense es falso, informa Sky News», en es.news.yahoo.com, España, 7 de agosto de 2004.

Monzón, Cándido, Opinión Pública, comunicación y política, Tecnos, Madrid, 1996.

Noticieros Televisa, «Marchan miles en EU contra ocupación en Irak», esmas.com, México, 5 de septiembre de 2004.

Notimex, «Aumentará EU tropas en Irak», en esmas.com, México, 16 de abril de 2004.

Pedraza, José Ángel, «La prensa del jueves. Estados Unidos ataca Irak», en www.terra.es, España, 20 de marzo de 2003.

Reporteros sin Fronteras, «Reporteros sin Fronteras indignada por los simulacros de investigación del Pentágono», en Reporters sans frontiérs (http://www.rsf.fr), Francia, 23 de septiembre de 2003.

Stauber, John y Sheldon Rampton, «The Uses of Propaganda in Bush´s War on Iraq«, The Washington Post, United States of America, 9 de septiembre de 2003

Winkler, Herbert, «Bush capitula en combate por fondos», en Listín Diario (listin.com.do), República Dominicana, 26 de marzo de 2003.

Yehya, Naief, Guerra y propaganda. Medios masivos y el mito bélico en Estados Unidos, Paidós, México, 2003.



[1] JOSÉ ARTURO SALCEDO MENA es profesor de las asignaturas de Política Mundial I y Política Mundial II y del Seminario de Política Exterior de México en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán – Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió la Licenciatura en Relaciones Internacionales en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, y la Maestría en Ingeniería en Imagen Pública en el Colegio de Consultores en Imagen Pública. Tiene además el título de Consultor en Imagen Pública.

[2] Cfr. Monzón, Cándido, Opinión Pública, comunicación y política, Tecnos, Madrid, 1996, p. 162

[3] Esta técnica de investigación para el análisis de opinión pública se conoce como análisis de contenido (cfr. Monzón Cándido, ibídem, p. 158).

[4] Pedraza, José Ángel, «La prensa del jueves. Estados Unidos ataca Irak», en www.terra.es, España, 20 de marzo de 2003.

[5] Idem.

[6] AFP / DPA /Télam, «Bush afirmó que se avanza ante una feroz resistencia. Cada día estamos más cerca de Bagdad, dijo», Río Negro Online (www.rionegro.com.ar), Argentina, 1 de abril de 2003.

[7] Cason, Jim y David Brooks, «Los medios desprestigiados por su papel atizador de la guerra contra Irak», Centro de Medios Independientes de Colombia (colombia.indymedia.org/news/), Colombia, 14 de marzo de 2004

[8] Cfr. EFE, «El periodista del New York Times que falseaba sus reportajes reconoce sus engaños», en elmundo.es , España, 22 de mayo de 2003.

[9] Cfr. EFE, «Admite el Post haber favorecido a la Casa Blanca«, en esmas.com, México, 13 de agosto de 2004.

[10] Cfr. Monzón, Cándido, ibídem, p. 165.

[11] Cfr. Winkler, Herbert, «Bush capitula en combate por fondos», en Listín Diario (listin.com.do), República Dominicana, 26 de marzo de 2003.

[12] Estas peticiones se hicieron a manera de manifestaciones contra la guerra. Una de ellas fue la del 20 de marzo de 2004 que se llevó a cabo en varios estados de la Unión Americana.

[13] Cfr. Notimex, «Aumentará EU tropas en Irak», en esmas.com, México, 16 de abril de 2004.

[14] Cfr. AP / EFE, «Regresa a Irak 3ª División de Infantería de Estados Unidos», en esmas.com, México, 26 de julio de 2004.

[15] Naief Yehya, en su libro Guerra y propaganda. Medios masivos y el mito bélico en Estados Unidos (México, Paidós, 2003) trata de manera amplia algunos -sino es que todos- los mitos que se crearon en torno a la Segunda Guerra del Golfo y la campaña de histeria que desataron los medios de comunicación para legitimar, junto con el Gobierno estadounidense, la intervención en Irak.

[16] Cfr. Europa Press, «Irak.- El vídeo de la decapitación del rehén estadounidense es falso, informa Sky News», en es.news.yahoo.com, España, 7 de agosto de 2004.

[17] CNN, «La violencia de las tropas norteamericanas provoca caos en Faluja», en www.cnn.com , 12 de abril de 2004.

[18] Idem.

[19] Cfr. Reporteros sin Fronteras, «Reporteros sin Fronteras indignada por los simulacros de investigación del Pentágono», en Reporters sans frontiérs (http://www.rsf.fr), Francia, 23 de septiembre de 2003.

[20] AP, «Sigue Pentágono cinco líneas sobre abuso a prisioneros en Irak», esmas.com, México, 4 de mayo de 2004.

[21] Stauber, John y Sheldon Rampton, «The Uses of Propaganda in Bush´s War on Iraq«, The Washington Post, United States of America, 9 de septiembre de 2003

[22] Es posible consultar los «mea culpa» en las páginas web de los medios de comunicación.

[23] Cfr. EFE, «Ven estadounidenses como error guerra en Irak», en esmas.com, México, 25 de junio de 2004.

[24] Noticieros Televisa, «Marchan miles en EU contra ocupación en Irak», esmas.com, México, 5 de septiembre de 2004.

[25] Citada por: Dwyer, Bernie, «El empleo de la propaganda en la guerra de Bush contra Irak», en Soberanía (www.soberania.org), España, 5 de septiembre de 2003