Se estrena Martínez de Hoz, documental acerca de los daños que la tradicional familia del poder económico le hizo a la Argentina. La película surgió como respuesta a la demanda penal que le hicieron a Osvaldo Bayer por la película Awka Liken. «Redujo los salarios reales, bajó los aranceles de importación, achicó los impuestos de […]
Se estrena Martínez de Hoz, documental acerca de los daños que la tradicional familia del poder económico le hizo a la Argentina. La película surgió como respuesta a la demanda penal que le hicieron a Osvaldo Bayer por la película Awka Liken.
«Redujo los salarios reales, bajó los aranceles de importación, achicó los impuestos de sectores de poderes económicos, benefició a la renta financiera, y creó un sistema corrupto para favorecer empresarios amigos. Y se transfirieron recursos del trabajo hacia el capital, en una revancha clasista». No es la política económica de Mauricio Macri. Es la voz de Osvaldo Bayer explicando en la película Martínez de Hoz lo que hizo el ex ministro de Economía durante la última dictadura cívico-militar. Es que, como dice Mariano Aiello, director del documental, el cipayismo de las grandes élites subordinadas a las potencias occidentales está más vigente que nunca.
Mitre, Roca, Martínez de Hoz son apellidos del pasado que siguen influyendo al presente. El neocolonialismo y la superestructura creada por esas viejas oligarquías es la verdadera pesada herencia: «Los Martínez de Hoz como familia hicieron una construcción de una argentina moderna en función de sus propios intereses. En la película trabajamos mucho sobre la estructura cultural y política del país y también sobre cómo un argentino se ve a sí mismo y cómo se ve en relación al mundo: se ve con un prisma deformante, un prisma que nos pusieron a través de la educación y la cultura, que permea lo que somos y permea aún ahora. Se considera que los europeos son superiores a los mestizos y al indio. Es el neocolonialismo que está interiorizado en nosotros, que creemos que los productos importados son mejores que los productos nacionales. Después de trece años de gobiernos populares esa superestructura, creada en los gobiernos de Bartolomé Mitre y Julio Argentino Roca, todavía no se pudo desmontar».
Martínez de Hoz, la película, existe porque hubo quienes quisieron tapar la historia. Los nietos del ex ministro de Economía le hicieron una denuncia penal al guionista e historiador Osvaldo Bayer y al director y abogado Mariano Aiello por el documental Awka Liken, donde se contaba la matanza de los pueblos originarios en la Argentina para entregarles las tierras a hacendados, como la familia Martínez de Hoz. Y Mariano y Osvaldo decidieron, entonces, que ese proceso judicial habría que filmarlo en un documental que incluyera también la historia de cómo la familia Martínez de Hoz dañó al país a lo largo de toda su historia. «Esta película no estaba pensada, yo estaba en Estados Unidos por hacer otra película pero me enteré del juicio y volví a Argentina para hacer la defensa del juicio como abogado y me puse con la película también», recuerda Aiello.
La superestructura que abarca y golpea a la historia argentina está resumida en poco más de tres horas. No podía durar menos: la historia económica de la Argentina, la historia del Poder Judicial, la creación de la cosmovisión nacional y el juicio de censura contra Awka Liken son los cuatro ejes que podrían haber sido cada uno de ellos una sola película.
El inicio del documental es una llamada telefónica ficcionalizada entre un heredero de Martínez de Hoz y una familiar que trabaja en el Poder Judicial, ¿quisieron marcar, a partir del intento de censura de Awka Liken, cómo la Justicia es responsable directa de un modelo de país signado por la desigualdad?
El Poder Judicial no es democrático, es la única rama del poder donde no podemos elegir: ni a los jueces, ni a los magistrados, ni a los camaristas. Es la pata coja de nuestra democracia. Zaffaronni dice, y lo decía Jauretche también: siempre ponen a un primo pobre en el Poder Judicial para cuidar sus propios intereses y eso lo vimos en la Ley de Medios, en cómo la Justicia impidió su cumplimiento. Y en otros temas como la recuperación del predio de La Rural o el impedimento de que la AFIP cobre el Impuesto a las Ganancias que el diario La Nación viene evadiendo hace 15 años. Entonces ese es un poder que tiene que ser reformado, tiene que haber elección por voto popular.
¿Por qué tuvieron tantas dificultades para producir y terminar la película?
Hicieron su aporte económico los sindicatos y los alemanes. Por nuestra parte lanzamos una campaña de crowfunding colectivo en Idéame pero la empresa la dio de baja a pedido de los nietos de Martínez de Hoz y después costó mucho conseguir el dinero. Seguimos con el juicio, les ganamos y en marzo nos hicieron una segunda demanda. Y después lo que pasó en el país: el INCAA está totalmente devastado, a mi me congelaron los fondos, todavía no cobré nada de subsidio, se tardó mucho en hacer la película, y además el proceso judicial se iba alargando.
¿El gobierno de Macri es en materia económica similar al de Martínez de Hoz?
El gobierno actual y los anteriores conservadores tienen la característica de relacionarse con el mundo en una forma ridícula y naif: se sienten tranquilos en ser las grandes elites subordinadas a las potencias occidentales. Por eso lo que estamos mostrando y deconstruyendo en la película ahora es más vigente que nunca. Pero el daño económico que generó Martínez de Hoz es muy menor comparado al que está generando actualmente Macri. Un gran hecho de corrupción en la época de Martínez Hoz fue la privatización de la empresa Italo, de energía eléctrica, un negociado por más de 300 millones de dólares; los negociados macristas en meses superan ampliamente ese monto.
En las últimas elecciones ganó de vuelta el modelo hegemónico en la Argentina, el del modelo tributario de los viejos hacendados de la provincia de Buenos Aires. Es un modelo hereditario de la visión elitista del país, que deja a las grandes mayorías excluidas de los beneficios de la actividad económica y que solo se permite tener gobernabilidad a través de la represión, porque una vez que se terminan los dulces de los medios y, los globos que los medios inflan, va a tener que venir la represión. Todavía más fuerte que ahora. Este gobierno es tradicional de derecha y Martínez de Hoz si estuviera vivo lo vería con muy buenos ojos.