«El desastre de Annual en la prensa», del veterano periodista melillense Antonio Rubio, explora el tratamiento informativo de aquel Desastre colonial del que se cumple el centenario este 2021, y que, como el autor relata en el libro, significó una revolución en el seno de la prensa, de la que aceleró la profesionalización.
El periodismo moderno nace en España con Annual en varios sentidos que usted enumera en el libro. Uno de ellos es la reducción, en el seno de los periódicos del momento, del peso de la opinión y el incremento del de la información.
Efectivamente, el periodismo moderno nace en esa época, encarnado sobre todo por dos periódicos: La Libertad, que tras el desastre de Annual y la entrevista a Luis de Oteyza al líder rifeño Abd el-Krim llegará a tener una tirada de 236.000 ejemplares (hay que tener en cuenta el índice de analfabetismo de aquella época y cómo era el transporte);y El Sol, que apuesta por un periodismo diferente, con reporteros y con información, y del que Ortega y Gasset dice que «significa ante todo un deseo de ver las cosas claras». Ambos se comprometieron en revelar y denunciar lo que ocurría en España.
Annual también significa la primera mujer enviada especial de un periódico. ¿De quién se trató?
Teresa de Escoriaza fue la primera enviada especial de un periódico a un conflicto bélico. Ese periódico fue La Libertad, con quien colaboraba. También lo hizo en El Liberal, como muchos de sus compañeros. En 1921 reunió todas sus crónicas de la campaña de Marruecos en un libro que se tituló Del dolor de la guerra.
Había pasado por Estados Unidos, adonde se trasladó en 1917 y desde donde colaboró con varios periódicos con el pseudónimo de Félix de Haro. En 1921 regresó a España y, a finales de agosto, fue enviada a Melilla por La Libertad. Publicó 18 crónicas y llegó a ir empotrada en el Ejército, con el que llegó a Nador e hizo una excelente crónica de un pueblo arrasado por la harkade Abd el-Krim. La tituló Poblado destruido y la centró en la cuna de una criatura, evocando todo lo que pasó para que esa cuna estuviera sola y tirada. Se convirtió, también, en una periodista de radio y en 1924, en Radio Ibérica, pronunció lo que se calificó como «la primera conferencia feminista de la radio española».
El Desastre acelera o consolida asimismo la profesionalización de la prensa; su conversión en oficio con todas las de la ley. ¿Cómo se produce, en general, esa consolidación; en qué se manifiesta?
Efectivamente, el desastre de Annual marcó un antes y después en la prensa. Los periodistas se profesionalizan, comienzan a cobrar de forma regular y la figura del periodista sapo que cobraba de algún ministerio por publicar cosas a favor de ese organismo desaparece. En el desastre de Annual el periodismo conocido como de investigación se consolida con profesionales como Manuel Aznar Zubigaray (El Sol), quien el 24 de julio de 1921, publica, en la portada de El Sol, un concepto nuevo: investigación, como antetítulo de una información que planteaba: «¿Quién manda la harka?». Revelaba allá que los alemanes habían ayudado a Abd el-Krim en el desastre de Annual.
Rafael López Rienda reveló a su vez en un libro titulado El escándalo del millón de Larache el nivel de corrupción que había en el Protectorado español entre militares y políticos y cómo se quedaban con el dinero de la intendencia de los soldados. Luis de Oteyza convirtió sus reportajes y entrevistas en el campo de los prisioneros en un libro: Abd el-Krim y los prisioneros, donde revelaba cómo se produjo el desastre de Annual y entrevistaba a Abd el-Krim. Y Víctor Ruiz Albeniz publicaba el libro Ecce Homo, donde revelaba y detallaba por qué ocurrió el desastre de Annual. El Desastre lo cambió todo.
Las informaciones que publican los periódicos desacreditan terminalmente al régimen de la Restauración, coincidiendo en el tiempo con otros desbordes, como el del movimiento obrero, que terminan por desencadenar el cierre autoritario de la dictadura de Primo de Rivera. Una dictadura que, entre otras cosas, ataca a la prensa, sometiéndola a una férrea censura. Ello nos habla del periodismo bien hecho como una fuerza democrática, ¿no es así?
Sin duda. En mayo de 1932 Unamuno escribió un artículo en el diario El Sol que decía, entre otras cosas, la siguiente: «Hay que enterarse. La prensa ha hecho que el pueblo se haga público. Es la que más ha contribuido a hacer conciencia popular nacional».
¿Asistimos hoy, en cierto modo, a un momento inverso a aquel? ¿Compartiría la reflexión de que la precarización del oficio periodístico lo está desprofesionalizando en cierto modo; que, al revés que entonces, hoy la opinión —más barata y ágil de escribir— desplaza a la información; que el periodismo va dejando de ser libre y cada vez está más sometido a controles y censuras que lo desnaturalizan?
La precarización, desgraciadamente, es una constante en la sociedad actual y el periodismo también se ve influenciada por ella. Las empresas, en general, apuestan por resultados rápidos y fáciles y buscan audiencia como principal objetivo. Pero frente a ese sector hay otro comprometido, con emprendedores que han apostado y apuestan por una prensa mejor, con mejor preparación y mayor compromiso con los ciudadanos. La Marea, ElDiario.es, InfoLibre, Alternativas Económicas, Mongolia y otros muchos medios están marcando pauta y demostrando que otra prensa es posible. La mayor censura que sufren hoy día los medios es que las entidades financieras son accionistas de algunos medios y otros se financian con la ayuda de esas entidades. La mayor independencia la consigue un medio cuando consigue que su financiación sea a través de sus ventas y difusión.
Hay, espoleada por el centenario, un momento Annual de interés en aquel episodio, que se manifiesta en libros como el suyo. Pero también, por ejemplo, en la erección de un monumento a la Legión de 1921 en Madrid o la reclamación, por parte de la derecha, de que se homenajee públicamente al Regimiento Alcántara, presentado como víctima de los rifeños pese a tratarse de un cuerpo de un ejército colonial, el primero que gaseó a población civil desde aviones. ¿Cómo asiste usted a estas maniobras conservadoras en relación con Annual y su memoria?
Como dice Lorenzo Silva, experto en Annual, el problema de los españoles es la desmemoria. Los periodistas e historiadores tenemos la obligación de recuperar el ayer para explicar el presente y darle tempestividad; elementos nuevos a esa historia. Eso es lo que pretendo con El desastre de Annual a través de la prensa y con los trabajos que he ido publicando a lo largo de mi carrera periodística. Annual existió, murieron 13.000 soldados españoles según el Expediente Picasso y eso es una realidad que tenemos que asumir todos. Y también ponerle nombre a los responsables. Antes del desastre de Annual el rey Alfonso XIII escribió una carta al general Fernández Silvestre: «Tú haz lo que yo te diga. No hagas caso al ministro de la Guerra, que es un imbécil». La historia hay que escribirla, recuperarla y que el ciudadano tenga elementos y conocimientos para entenderla e interpretarla.