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Situación radiofonica en Euskal Herria

El espectro radioeléctrico vasco está en manos de los estados español y francés

Fuentes: Gara

El espectro radioeléctrico vasco no está en manos de la sociedad vasca, ya que legalmente son los estados español y francés quienes lo regulan y planifican. Esta situación dificulta sobremanera la puesta en marcha de nuevos proyectos comunicativos que abarquen al conjunto de Euskal Herria, como es el caso de Azti-begia, asociación que va a […]

El espectro radioeléctrico vasco no está en manos de la sociedad vasca, ya que legalmente son los estados español y francés quienes lo regulan y planifican. Esta situación dificulta sobremanera la puesta en marcha de nuevos proyectos comunicativos que abarquen al conjunto de Euskal Herria, como es el caso de Azti-begia, asociación que va a poner en funcionamiento una radio para los siete territorios vascos. El actual reparto de licencias, en el que los gobiernos de Gasteiz e Iruñea tienen su cuota de responsabilidad, dificulta el logro de su mayor objetivo: emitir por la FM.

Es indudable que en la actualidad dentro de la radiodifusión vasca existe un hueco todavía por cubrir. Esta realidad es, precisamente, la que ha impulsado a la asociación Azti-begia a poner en marcha el proyecto de una radio para los siete herrialdes de Euskal Herria. La actual división administrativa y la falta de voluntad política dificulta sobremanera este objetivo, ya que el reparto de licencias varía según el herrialde. No obstante, los impulsores de Azti-begia se marcan como objetivo el llegar a emitir por Frecuencia Modulada (FM) para todos los territorios vascos.

Según remarca Iñaki Altuna, miembro de la asociación, «nosotros adquirimos un compromiso de poner en marcha una radio que fuera accesible a toda Euskal Herria a través de las nuevas tecnologías. Paralelamente, haremos a las diferentes administraciones una solicitud para la concesión de licencias, ya que entendemos que el dial está mal repartido y que atenta contra la pluralidad. Con esta petición nuestro objetivo es abrir un debate sobre esta cuestión».

Koldo Castañeda, también miembro de la asociación, recuerda que el espectro radioeléctrico no está en manos de la sociedad vasca, porque los estados francés y español son legalmente sus reguladores y planificadores. Tanto el Gobierno de Nafarroa como el de Lakua solicitan a Madrid permiso para nuevas frecuencias y, posteriormente, gestionan las mismas. En el caso de Iparralde es un organismo dependiente del Gobierno francés quien regula la adjudicación de frecuencias.

Aunque Azti-begia nace con vocación de emitir en FM, sus promotores se encuentran con «un arbitrario reparto de licencias». Además, hoy día ninguna institución está capacitada para poder otorgar frecuencias en todo el ámbito vasco.

Frente a esta realidad, Castañeda afirma que las grandes emisoras estatales, apoyadas por fuertes entidades económicas y agrupadas en grupos de comunicación, no tienen ninguna dificultad para emitir en todo el territorio vasco.

Junto a éstas, sin embargo, existe también un grupo de radios libres y locales que realizan un gran trabajo, a pesar de la falta de ayudas de la Administración y, en numerosos casos, a pesar de no tener la licencia para poder emitir.

Sin instrumentos legales

Bajo su punto de vista, el mayor problema es que Euskal Herria no es dueña de su espectro radioeléctrico, ya que no tiene instrumentos legales para poder regular, planificar y desarrollar la gestión de su propio dial, lo cual le lleva a concluir que «es necesaria la creación de un organismo independiente que estudie, regule, planifique y desarrolle el ámbito vasco de comunicación audiovisual, tomando medidas para potenciar la identidad, cultura, idioma y pluralidad de la sociedad vasca en los medios».

A la hora de hacer una radiografía del estado de la radiodifusión vasca, tal y como se constata en un informe realizado por el Foro Nacional de Debate, la realidad describe un sector que se encuentra totalmente fragmentado debido a la división administrativa de Euskal Herria.

Según señala este documento, «la desarticulación de los territorios del norte y del sur de Euskal Herria genera la desconexión cultural. Así es como Euskal Herria ha carecido de medios propios en los últimos siglos para desarrollar su propia cultura».

El progreso de los medios de comunicación no ha conseguido sino agravar dicha situación. De hecho, según sostiene este estudio, «se han convertido en terribles instrumentos de aculturación, dado que se mueven en un mercado acotado y, en el caso de la televisión y de la radio, directamente controlado por el Estado».

En lo referente a la normativa y estructura de la radio, aunque a nivel autonómico existen competencias para asignar las licencias de radio, lo cierto es que no alcanzan los niveles necesarios. El poder de los estados resulta determinante. Pero, según Azti-begia, ello no disminuye la responsabilidad en la «nefasta» actuación de las instituciones autonómicas en el reparto de licencias, «que no ha hecho más que agrandar la falta de pluralidad en el dial».

A la hora de analizar la realidad, habría que diferenciar entre la gran presencia de los grupos de los estados español y francés, la más que notable estructura de los medios de las instituciones autonómicas (principalmente las emisoras del grupo EITB), y la aportación de las actuaciones populares. En cuanto a la difusión de las diferentes radios en Hego Euskal Herria el reparto sería el siguiente: Eusko Irratia, 21,2%; Cadena SER, 26,1%; Radio Nacional de España, 13,4%; COPE, 9,8%; Radio Nervion + Gorbea, 6,7%; Onda Cero, 5,5%; Cadena 100, 5,4%; Radio Popular, 4,4%; Onda Melodía, 1,1%; Onda 10, 0,9%; y el resto se quedarían con un 5,5%. Ante esta situación, el Foro de Debate concluye que «la radio que puede generar un despertar de Euskal Herria no llega a un cuarto de la población. Los demás quedan en manos de los medios que vienen del Estado, sean públicos o privados. Aunque haya estructuras sólidas propias, los grupos mayores tienen a España como mercado y referente principal. En esta situación, Euskal Herria permanece dividida, en cuanto a espacio de comunicación, en los espacios nacionales-estatales de España o de Francia».

Asimismo, subraya que esta situación puede deteriorarse aún más en un futuro próximo si no se consiguen los medios para organizar un espacio comunicativo vasco, habida cuenta de que los nuevos recursos conllevarán un reforzamiento de la situación actual.

Una radiografía, sin duda alguna, preocupante y que debería hacer reflexionar a la sociedad vasca a la hora de dar ese impulso que necesitan los proyectos comunicativos cuya referencia es Euskal Herria.