Los funcionarios del FMI recomendarán sobre el diseño y metodología de un nuevo índice de precios a nivel nacional para Argentina. Índice que existía en una etapa avanzada de desarrollo, elaborado por nuestros técnicos, y que la intervención del organismo durante el actual gobierno sacó de circulación. El lunes pasado la delegación del FMI, encabezada […]
Los funcionarios del FMI recomendarán sobre el diseño y metodología de un nuevo índice de precios a nivel nacional para Argentina. Índice que existía en una etapa avanzada de desarrollo, elaborado por nuestros técnicos, y que la intervención del organismo durante el actual gobierno sacó de circulación.
El lunes pasado la delegación del FMI, encabezada por el economista Carlos Medeiros, se reunió con el director técnico del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), Norberto Itzcovich, y con la directora del organismo, Ana María Edwin.
Convocados por el gobierno argentino, en su segunda visita- la anterior fue en diciembre pasado como paso inicial del proyecto (1) – trabajarán hasta el próximo lunes para luego enviar hacia fines de abril o principios de mayo su informe.
Recorrerán para ello diferentes provincias durante esta semana con el objetivo de recabar información para luego recomendar al gobierno acerca del diseño y las metodologías para elaborar un nuevo índice de Precios que mida la inflación a nivel nacional. «Estas misiones responden sólo a asesoramiento técnico (en la conformación de un nuevo índice de precios) y no están encuadradas en el denominado artículo IV de revisión del FMI», señaló el organismo en referencia a la norma que le permite revisar las políticas cambiarias (tipo de cambio) de cualquier país miembro.
Es así, pero no tanto. Si leemos la Sección 1 de dicho artículo – Obligaciones generales de los países miembros- el primer inciso dice que todo país miembro «hará lo posible, teniendo debidamente en cuenta sus circunstancias, para orientar sus políticas económicas y financieras hacia el objetivo de estimular un crecimiento económico ordenado con razonable estabilidad de precios».
Y en la Sección 3 – Supervisión de los regímenes de cambios- establece que «el Fondo supervisará el sistema monetario internacional a fin de asegurar su buen funcionamiento, y vigilará el cumplimiento por cada país miembro de sus obligaciones conforme a la Sección 1 de este Artículo», que refiere precisamente a la razonabilidad de los precios.
Los precios son los que mide el IPC y el FMI viene para ver con sus propios ojos cuán irreal resulta la medición de la inflación en la Capital y Gran Buenos Aires (valores que se manejan mediáticamente como si fueran de alcance nacional) y el contraste entre estos datos y los que dan a conocer diversas provincias.
«Contar con un Índice de Precios al Consumidor Nacional que refleje la diversidad de la estructura de consumo de las distintas regiones del país es un viejo anhelo del Sistema Estadístico Nacional, que encabeza el INDEC», señaló el director técnico del instituto.
Lo que no dice el gobierno es que la elaboración del IPC Nacional había comenzado a trabajarse en 2001. Y que en 2005 se comenzó a publicar. Esta primera etapa incluía a las 7 provincias que representaban el 83 % del gasto total del país: Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Tucumán, San Luis y Catamarca. Ya se estaban incorporando varias provincias nuevas: La Rioja, La Pampa, Chubut, y se estaba por firmar convenio con Neuquén.
Sin embargo fue el mismo INDEC que dejó de publicar en marzo de 2008 la inflación a nivel nacional cuando la que medían las provincias llegaban en algunos casos a triplicar el índice que calculaba el organismo. El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner puso como uno de los argumentos que no era «Nacional» porque no estaban todas las provincias y que las canastas de bienes y servicios de cada provincia eran distintas entre sí. Fue entonces que se desmanteló el equipo de trabajo, despidiendo, desplazando y dejando sin tareas a los que trabajaban en esa área del organismo.
Actualmente son doce las provincias que relevan sus propias canastas: Mendoza, Santa Fe, Chaco, San Luis, Misiones, Entre Ríos, Río Negro, Jujuy, Neuquén, Chubut, Salta y La Pampa.
En enero la inflación dada a conocer por el INDEC fue de un incremento del 0,7 por ciento, mientras que en las provincias que no modificaron el cálculo de su IPC fue del 1,8 por ciento. Anualizando el porcentaje, mientras que para el gobierno nacional la inflación a enero de este año acumuló un 10,3 respecto al mismo mes del año 2010, ese dato se eleva a un promedio de 27,5 por ciento en las provincias que tiene sus propios sistemas de medición de la inflación.
Marcela Almeida, delegada gremial del INDEC, afirmó que «el problema no son las metodologías que se utilizan, porque nadie hubiese hecho una denuncia por cambiar una metodología. El problema es que no se está midiendo la inflación, se está midiendo otra cosa, tomando precios arbitrariamente desde ciertos lugares e inventando directamente los valores».
¿A que INDEC llegó el FMI? A un organismo intervenido desde hace 4 años, con imputaciones contra la intervención y el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, de manipular las muestras que son la base para calcular la inflación, con denuncias de los empleados acerca de la existencia de patotas dentro del organismo, con sumarios, sanciones y aprietes a los trabajadores, con precarización laboral, con vaciamiento a través de despidos y traslados de parte del equipo técnico que era garantía de calidad en la elaboración de diversos índices.
Sin adelantarnos a las conclusiones que provengan del FMI, podemos recomendarle tanto al organismo como al gobierno nacional que ahorren tiempo y lean el extenso informe sobre el funcionamiento del INDEC que a fines de noviembre de 2010 tuvo en su poder el ministro de Economía, Amado Boudou, realizado a su pedido por un Consejo Académico integrado por miembros de cinco universidades: Buenos Aires, Rosario, Tres de Febrero, Tucumán y Mar del Plata.
Ese trabajo ya estaba preparado desde hacía dos meses, pero el ministro lo recibió luego de dar a conocer que el Gobierno le pediría al FMI asesoramiento técnico para elaborar un índice de inflación a nivel nacional.
Ese informe «fue lapidario respecto al índice de precios al consumidor», señaló Almeyda. «Parece que Boudou decidió no leerlo, o lo leyó y no se lo contó a nadie», agregó.
(1) El regreso del FMI a Argentina
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