La situación actual de la pandemia en Argentina con la aparición de Ómicron
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M.H.: Han pasado cosas desde el mes pasado que no hemos hablado, como esta nueva ola de Covid, con cantidad de infectados preocupante. Y la cantidad de muertos que aumenta. Porque una de las cosas de las que se hablaba era que había muchos infectados y pocos muertos. Esto ha empezado a modificarse y, sin embargo, avanzan las medidas aperturistas. ¿Qué nos podés comentar al respecto?
R.S.: Hay varias cosas para aclarar. Y algunas falsas creencias que llevan a error. Por ejemplo, la primera falsa creencia es que Omicron es una pequeña gripe. Hay algo de verdad, es menos dañina que las anteriores variantes, pero eso es porque hay mayor cantidad de vacunados, tiene una altísima contagiosidad, pero como hay un 75% de la población que recibió dos dosis, ya hay más de un 15% que está recibiendo la tercera dosis y más del 85% que por lo menos tiene una dosis.
Eso quiere decir que hay un estímulo general. Uno toma toda la población en general entonces hay un estímulo general de las defensas. La gente está más defendida. Esto por si alguno se siente tentado de creer que es un mérito del gobierno, decimos que esto se podría haber logrado en mayo o junio, porque había la capacidad en el país para producir las vacunas necesarias para liquidar este tema. Pero se está logrando recién 8 meses después. En ese ínterin hubo enfermos, hubo pacientes graves y hubo muchos muertos.
El primer punto entonces es falso que es menos dañino, es menos dañino porque hay más gente vacunada. El segundo punto es que hay que vacunarse y es la conclusión del punto anterior, porque así estás más defendido. Lo otro que hay que aclarar es que todos dicen que hay menos muertes, efectivamente, como la gente está más defendida, hay menos muertes, pero cuanta más infección haya, aunque haya una proporción menor de muertes en números absolutos aumentan las muertes.
Por ejemplo, hubo 121.000 casos informados el pasado 18 de enero y 189 muertes informadas. Si hubiera 250.000 o 300.000 contagiados habría más muertes todavía, aunque sigue siendo una baja proporción. Entonces, el segundo mito que hay que destruir es este, la gente se sigue muriendo, pueden hablar en términos estadísticos y decir que ‘murieron nada más que 189 personas’, pero andá a decirle eso a los familiares de esos muertos.
Hay que ubicarse, es una gripe viral, pero sigue matando, produce más muertes que la gripe común. Es falso que la infección por Omicron es una infección más. Hay una ideología que hay que erradicar, que está fomentada por los medios que muestran a la gente en la playa, viajando, partidos de fútbol sin restricciones. Hay un estímulo desde las más altas esferas del gobierno, y eso no es sólo desde el oficialismo, también la oposición que gobierna varias provincias y la CABA, dan manija de la misma manera que el gobierno.
Lo que tenemos que preguntarnos es por qué esta conducta tan extraña, la explicación es la intención de poner en marcha la economía a costa de la salud de la gente, ese es el punto. El 5 de enero hubo un almuerzo en el ministerio de Economía, el anfitrión fue el ministro de Economía, Guzmán, hubo varios ministros del Poder Ejecutivo, entre ellos Carla Vizzotti, la ministra de Salud, hubo representantes de la industria, de los grandes comercios, del campo, de la industria farmacéutica, de las finanzas y dirigentes sindicales de la CGT, Daer, Caló y Andrés Rodríguez, entre otros. Esa cúpula del gobierno, grandes empresarios y dirigentes sindicales acordaron en ese almuerzo facilitar el retorno al trabajo, porque los empresarios se quejaron de un excesivo ausentismo que rondaba un 20% en las empresas. A partir de ese momento empezaron a bajar los criterios de bioseguridad en los empleos y en la vida cotidiana.
No se hace más campaña de ninguna naturaleza por los medios de difusión masiva. La gente está podrida, hace dos años que estamos con lo mismo, entonces si nadie informa, nadie educa, nadie alerta, la gente se va animando a salir y en eso estamos en medio de esta pandemia.
Creo que el gobierno está desoyendo la opinión de los especialistas. Ya no se los ve más en la televisión, porque siempre que aparecen es para decir que hay que cuidarse y restringir las actividades para frenar el contagio. Pero eso se deja totalmente de lado.
Esa es la situación actual, y pasa en todo el mundo. En Inglaterra, en Norteamérica, Europa, recién ahora, en medio del desastre que se está produciendo en países europeos como Austria, por ejemplo, que hizo obligatoria la vacunación, Alemania impuso restricciones, Inglaterra empieza a aplicarlas, Francia también. Empieza a haber alguna reacción.
Pero también hay que preguntarse por qué el virus sigue circulando, por qué hay tantas mutaciones, aparecen continuamente mutaciones, algunas se expanden otras no, algunas son más contagiosas, otras no, algunas más dañinas y otras no. Porque no hay cobertura de la población mundial, hay un sector muy grande de la población mundial que no está vacunado, es casi 1/3.
Estamos en una situación en la que el gobierno, los empresarios y los dirigentes sindicales actúan como si la pandemia ya hubiera pasado, todo el mundo a trabajar. Tal es así que las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART) ya no cubren la ausencia por Covid. Fue considerada como enfermedad profesional a pedido de los trabajadores de la salud, nunca la incluyeron en la lista pero sí se dio una solución transitoria de considerarla durante un período que venció el 29 de diciembre pasado y no fue renovado el criterio de enfermedad profesional. Entonces, la ART si sos médico, enfermero, residente, kinesiólogo, etc., no te cubre más.
M.H.: Los trabajadores, la población en general ¿qué deben reclamar?
R.S.: Lo que hay que reclamar es una intervención decisiva. Por ejemplo, el tema de los testeos, esas colas son inhumanas en pleno verano. Esto para saber si estás o no infectado, si no lo estás, estás respirando junto a muchísimas personas y te terminás contagiando. Hay que terminar con esas colas, eso se resuelve con una acción vigorosa.
Trabajadores hay y sino hay que sumar. Los trabajadores también se enferman y se aíslan, esto es lo que quieren cambiar, no quieren que se aíslen, entonces tienen que tomar más gente. Que parcialmente lo han hecho pero que al dar por terminada la pandemia, nadie renovó contratos y quedaron montones de trabajadores de la salud con contratos temporarios en la calle el 31 de diciembre.
En eso están todos unidos, los intendentes, los gobernadores, etc. Un punto entonces es resolver los problemas de la gente, si quieren tener diagnósticos hay que tener el recurso humano para que la gente lo tenga, y el recurso tecnológico. En la Argentina se puede hacer, la industria bioquímica argentina tiene un desarrollo enorme, se pueden hacer vacunas y reactivos. Lo que pasa es que tiene que haber una intervención fuerte del Estado, reunir los más de 40 laboratorios estatales y los privados y empezar a producir los test. Como si fuera una campaña de guerra.
Cuando hay una guerra se reúnen los recursos y se ponen en marcha. Eso por citarte un problema que aparece a la vista. Escandaloso. Por otro lado, el virus dura 7 días en el organismo, pero el daño que causa, de acuerdo a los órganos que afecta, cosa que varía en cada individuo; entonces una cosa es el alta epidemiológica, que es a los 7 días a lo sumo 10, pero seguís con los bronquios dañados, el corazón dañado, etc.
Hoy en día la persona no puede ser atendida porque las guardias revientan, no hay turnos en consultorios para atención programada, eso pasa porque no hay recurso humano, no hay una política destinada a tal efecto. Tiene que haber una política para eso, tiene que proveerse el recurso humano, la infraestructura y el recurso tecnológico. Eso por citar algunos de los casos. Y eso no se puede hacer si no es con una acción centralizada del Estado, porque es el único que puede reunir todos los recursos disponibles.
El tema de los testeos en la Argentina siempre fue dramático, porque nunca fue considerado el testeo como instrumento de rastreo y seguimiento del virus, como instrumento para combatir el virus, se utilizó como recurso diagnóstico, para saber si la persona puntual está o no infectada, pero no es la única manera. Sino para rastrear a los contactos de esa persona y hacer el seguimiento. Para eso se hacen los testeos. Esto yo ya lo he comentado varias veces, hay un ranking mundial de testeos y Argentina está en el punto 112. Un país con tres premios Nobel de Medicina no puede estar en un puesto tan bajo. Quiero decir que no hay una política consciente, la única explicación es que esto no entra en la conciencia de los que dirigen.
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