Falta de garantías para ejercer el periodismo; amenaza de una reclusión arbitraria; acusaciones de terrorismo por parte de la Audiencia Nacional (causa del Tsunami democràtic); son algunas de las razones por las que el periodista de La Directa -durante 18 años-, Jesús Rodríguez, anunció el pasado 11 de abril que se exiliaba a Ginebra (Suiza); la acusación judicial por el (supuesto) delito implica “un ataque directo al derecho a la información”, denunciaron La Directa y el Grup de Suport Jesús Rodríguez.
A la rueda de prensa celebrada en el puesto de trabajo del periodista de investigación, asistieron medio centenar de entidades del barrio de Sants (Barcelona), así como movimientos sociales y profesionales de diferentes medios; ya en noviembre de 2023, más de 200 colectivos y mil personas se adhirieron al comunicado Periodisme no es terrorisme.
Respecto a la citada imputación del juez Manuel García Castellón, el documento señala que Jesús Rodríguez “no ha participado en ningún hecho delictivo, sólo ha ejercido derechos fundamentales”.
Una de las organizaciones que suscribieron el comunicado fue el Grup de Periodistes Ramon Barnils, que presentó en el Centre Octubre de Valencia -el pasado 27 de mayo- la decimotercera edición del Anuari mèdia.cat (observatori crític dels mitjans); editado en formato de papel y digital, el Anuari incluye reportajes, análisis críticos e infografías centrados, en la edición del 2023-2024, en las posibilidades del periodismo para combatir a la ultraderecha.
El periodista Nicolás Tomás firma un reportaje titulado Inmersió en la “fatxosfera”, sobre los brazos mediáticos de la extrema derecha; el artículo comienza con un recopilatorio de fraes del publicista y empresario ultraliberal Federico Jiménez Losantos, proferidas en la cadena esRadio (grupo Libertad Digital): “Con la Ley de Amnistía Pedro Sánchez ha firmado la guerra civil”; el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, es calificado como “el pastelero loco”; o “España es la primera dictadura bolivariana en Europa”.
El texto recuerda el número de oyentes diarios de la emisora radiofónica -680.000- y algunas de las empresas e instituciones que se anuncian: CaixaBank; Repsol; Banco Santander; Endesa; Naturgy, así como la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid (gobernados con mayoría absoluta por el PP) y de Castilla y León (ejecutivo de coalición entre el PP y Vox).
En el prólogo del Anuari (Per un periodisme antifeixista), el presidente del Grup Ramon Barnils y subdirector del diario Ara, Enric Borràs, adopta como punto de partida los artículos de Umberto Eco sobre el expresidente del Gobierno de Italia -en la primera década del 2000-, Silvio Berlusconi; las propuestas populistas del magnate (en medios de comunicación y clubes de fútbol) abrieron el paso a mandatarias de ultraderecha como Giorgia Meloni; Donald Trump y su exasesor, Steve Bannon; o Boris Johnson y su consejero Dominic Cummings.
“Es relativamente fácil señalar las estrategias de manipulación de la extrema derecha y explicar cómo se ha aprovechado de las principales redes sociales -con la connivencia de sus propietarios-”, escribe Enric Borràs Abelló.
En cuanto al Mapa de la Censura-2023, coordinado por la periodista y realizadora de documentales independientes, Gemma Garcia, concluye que los incidentes causados por la ultraderecha, y registrados por mèdia.cat, son el doble que en 2022; se citan ejemplos como los insultos y agresiones de los que fueron objeto -el pasado 12 de noviembre- periodistas de la televisión pública valenciana À Punt, por parte de un grupo de extrema derecha que se manifestaba contra la Ley de Amnistía en Valencia.
Uno de los últimos casos recogidos en el Mapa -24 de abril de 2024- es el boicot de un debate electoral en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, perpetrado por simpatizantes de Vox; la organización Debat-t, que convocaba el acto, tuvo que suspenderlo debido a las “interrupciones constantes” realizadas por los ultraderechistas; en el boicoteo participó uno de los dirigentes del partido, Joan Garriga.
D’Orbán a las “tradwives”: com l’extrema dreta ha posat de moda la secció femenina de la Falange; es el titular del artículo firmado por Alba Sidera Gallart; explica que uno de los logros de la extrema derecha es la normalización de sus discursos; uno de los principales referentes para estos partidos es el primer ministro de Hungría, desde 2010, Viktor Orbán, quien ha contado con el apoyo, entre otros, de su homóloga italiana, Giorgia Meloni, Matteo Salvini o los jefes de Vox.
Entre los elementos que unen a estas formaciones destaca el antifeminismo, recubierto de valores tradicionales; Sidera menciona el ejemplo de la joven influencer estadounidense Estee C. Williams, quien se define como tradwife (esposa tradicional); “el término nació hace unos años en los círculos del alt-right norteamericano para elogiar a las mujeres que cumplen los requisitos de sumisión al marido”, subraya la periodista.
¿Qué impacto tienen y qué modelos de supuesta belleza generan Internet (redes sociales) y las televisiones? El 60% de las jóvenes entre 18 y 24 años se sienten insatisfechas con su físico; el 47% de las adolescentes de 12-16 años tienen como fin adelgazar y un 15% de las niñas de 10 a 15 años se sienten infelices con su cuerpo, apunta el Departament de Salut de la Generalitat; recoge la estadística Aina Rabassa, en el artículo Mitjans, xarxes i món audiovisual: motors de la pressió estètica.
Sobre “los tentáculos de la viralidad del odio”, escribe en el Anuari Lluc Corominas, de la Universitat de Vic; se evidenciaron, por ejemplo, en noviembre de 2022, cuando el entonces vicepresidente de la Generalitat, Francesc de Dalmases (Junts per Catalunya), fue denunciado -por cinco mujeres- por abuso de poder y acoso laboral; después que la periodista de El Períodico, Sara González, informara de las denuncias, recibió numerosos comentarios vejatorios en las redes sociales.
Además, los lectores de la publicación de Mèdia.Cat tienen la posibilidad de acceso a otros contenidos; como los reportajes Informació “fast food”: com la generació Z consumeix notícies en l’era digital, de Jara Mejía; o L’Esport femení, el gran deute a saldar del periodisme, de Paula Padilla.
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