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El intelectual orgánico del global-imperial y el gran novelista de izquierdas hablan de Syriza y Grecia

Fuentes: Rebelión

Mi conclusión, en los años 66-68, es que el intelectual es todo lo contrario: un payaso siniestro, un parásito por definición que en cada una de sus payasadas no está haciendo más que asegurar el dominio de la clase dominante, sea esta clase dominante la burguesía de aquí o sea la burguesía burocrática de un […]

Mi conclusión, en los años 66-68, es que el intelectual es todo lo contrario: un payaso siniestro, un parásito por definición que en cada una de sus payasadas no está haciendo más que asegurar el dominio de la clase dominante, sea esta clase dominante la burguesía de aquí o sea la burguesía burocrática de un país como la Unión mal llamada soviética. Para mí el intelectual es el personaje más siniestro de nuestra cultura. Pero no el intelectual al que [José Luis López* Aranguren estaría dispuesto a criticar, es decir, el físico nuclear. No; a mí el intelectual que me parece más siniestro es el intelectual supuestamente crítico, el intelectual que con su crítica está constantemente desarmando a la clase oprimida, a la clase explotada; el intelectual que somos los profesores de filosofía. […] 

Yo llegué a la convicción de que el intelectual, incluso el teórico marxista, el intelectual de tipo tradicional […] son un grupo parasitario de la clase explotadora y que su ucha crítica es simplemente el permanente intento de reservarse un trozo de plusvalía para ellos, un trozo parasitario. Con su función supuestamente crítica lo que hacen es intentar fundamentar y robustecer su identidad frente a la clase dominada, cuya rebelión, naturalmente, les comprometería de un modo definitivo, porque es de quien procede el trozo de plusvalía que ellos devoran, que está mediado por la clase explotadora; la clase explotadora arranca la plusvalía que ellos directa o indirectamente reciben…

 Manuel Sacristán (1979)

 

 

El primero era esperable. Es de Xavier Vidal.-Folch, uno de los intelectuales orgánicos de renombre del global-imperial. Se publicó el pasado viernes, en página 2. «Diez lecciones griegas» es el título.

Si se encauza, como hay que desear, señala, esta crisis griega nos habrá dejado al menos 10 lecciones de futuro. ¿Crisis griega, sólo griega? Las lecciones:

1.En la Europa del euro reforzado, toda gran cuestión de política económica interna de un socio es competencia común. Y política interior de todos. <¿Cuánto de común? ¿Quién dirige y manda en esa comunidad? ¿Qué reforzado euro es ese?>

2.En paralelo a la economía y a la política, hay una opinión pública europea en formación, polarizada, con vaivenes y dientes de sierra. Empezó con la oposición a la guerra de Irak y ahora se multiplica. <¿Y eso es bueno o malo? ¿Polarizada? ¿Quién abona y dirige esa opinión pública en formación?>

3. El discurso moralista empeora la tensión. Para unos la deuda es «injusta» (Syriza); para otros «lo moral es pagar las deudas» (Donald Tusk). Más que el qué, importa el cómo: cómo hacer que la deuda sea sostenible y no asfixiante. Política, números. .

4. Nunca la unión monetaria fue más política. Con las del domingo la habrán abordado media docena larga de sesiones de «cumbre»: la cúpula política de la Unión, el Consejo Europeo <¡Impresionante, absolutamente impresionante! ¿Y quién dirige a quién? ¿Hay alguna diferencia que a una de esas cumbres políticas asista Frau Merkel o el presidente de la Siemens por ejempo? ¿Cuál sería la diferencia?>

5. El FMI vive una extrema polaridad zigzagueante. Hoy va de keynesiano (herencia de DSK), mañana de neoliberal, como era costumbre. Resulta imprevisible.< ¿Keynesianismo del FMI? ¿De qué estará don Vidal-Folch cuando habla de Ibidem?

6. Han irrumpido en la Unión los nuevos socios bálticos y otros «pecos» (países de la Europa central/oriental) con perfil propio. En las instituciones (Tusk, Dombrovskis) y los Gobiernos. Ya les interesa la UE tanto como la OTAN  

7. Las políticas de la Unión se cambian con influencia, pedagogía, tenacidad. La reorientación de la austeridad hacia el estímulo a la demanda, la inversión y el crecimiento debe más a la insistencia socialdemócrata (SPD, Hollande, Schulz) y socialcristiana (Juncker) que a los golpes de mano radicales de un país sufriente, pero que se aísla <¿De qué golpes radicales hablará don Xavier? ¿Insistencia socialdemócrata del SPD, uno de los puntuales del neoliberalismo en Alemania y en Europa? ¿Hollande, Schulz, son las gentes en que deben depositar las clases desfavorecidas europeas su confianza?>

8. España ha existido poco. Frases hechas, obviedades, consumo interno cruzado, barato. ¿Por qué siestea el Congreso? <¿Todo el mundo siestea en el Congreso o es una parte, la del Régimen, la que sestea y ha sesteado?>

9. Los heraldos del apocalipsis, reverdecen a la primera recaída, a ver si esta vez hay suerte y el desastre confirma sus pronósticos antes fallidos y su religión de cuanto-peor-mejor, siempre y cuando el hambre afecte a otros: los Hans-Werner Sinn, los Paul Krugman, qué mensaje de ética.  

10. Los dramas de Grecia se arrastran dos siglos. No se evaporarán en un día. Mientras se trabaja, conllevancia. <¿Quiénes trabajan? ¿Con qué finalidades? ¿Quién ha causado los dramas de Grecia?>

Lo esperable. Los intelectuales orgánicos del capital y del global-imperial están para eso.

Pero a veces hay sorpresas. Estas por ejemplo. Es Petros Márkaris quien habla, un supuesto escritor de izquierdas, un gran autor de novela negra (publicado el mismo día, en el global, página 5). Una breve selección de sus sesudas barbaridades:

1.»El referendum solo buscaba fortalecer Tsipras en Grecia».

2.»No se puede votar alegremente como quien va a unos carnavales porque el NO nos lleva directos al dracma».

3.»Los que sabían que se votaba realmente optaron por el sí».

4.»Es algo muy griego echar la culpa a los demás».

5.»Syriza no es un partido de izquierdas sino euroescéptico y antimemorándum».

6. «¿Rusia? Buff… que miopía, cuando resulta que el único país que siempre nos ha apoyado hasta el final es Estados Unidos».

7. «Syriza ha puesto a sus peones en los ministerios, en la televisión pública».

8.»El problema del sistema político griego es que no existe el centro, indispensable para dar estabilidad».

9.»No hay cultura de compromiso sino de confrontación».

10. «Sólo dejaré Grecia si llega una dictadura de derchas o de izquierdas».

Y así siguiendo. Dice que desde una perspectiva de izquierdas… Oxígeno por favor.  

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.