Recomiendo:
0

Otro editorial de El País contra Venezuela

El maligno Chávez compra armas malignas para realizar algún maligno plan

Fuentes: Rebelión

El diario El País vuelve a no-sorprendernos con otro absurdo editorial sobre Chávez (23/6/07). El comienzo es terrorífico:   «¿Contra quién quiere armarse hasta los dientes la Venezuela de Hugo Chávez? Y más importante aún; ¿dónde pretende adquirir tan belicosa mercancía?»   Así es como los medios tratan a un gobierno no sumiso a los […]

El diario El País vuelve a no-sorprendernos con otro absurdo editorial sobre Chávez (23/6/07). El comienzo es terrorífico:
 
«¿Contra quién quiere armarse hasta los dientes la Venezuela de Hugo Chávez? Y más importante aún; ¿dónde pretende adquirir tan belicosa mercancía?»
 
Así es como los medios tratan a un gobierno no sumiso a los intereses del poder empresarial. No hay moderación en el tono, ni prudencia en las acusaciones, ni seriedad en los argumentos, ni veracidad en los datos. Se trata de propaganda pura y dura, de crear un estado de opinión negativo hacia un gobierno. Lo vemos primero en el titular del editorial, «El rearme de Chávez», como si no fuera el gobierno venezolano el que compra armas sino el propio Chávez. Pensemos en lo inconcebible que resultaría que, ante la compra de material militar por parte del gobierno español, un periódico dijera «El rearme de Zapatero». Pues es lo primero que se encuentra el lector.
 
Algunos lectores pasarán al texto y se encontrarán con el comienzo ya citado. Ahí se da por supuesto que:
 
1) Venezuela, descrita como «de Hugo Chávez», se está armando «hasta los dientes».
2) Lo está haciendo «contra» alguien.
3) La mercancía es «belicosa».
 
Y los lectores que no pasen de aquí, ya una proporción considerable, se quedarán con la imagen de un loco imprevisible a punto de iniciar una guerra. No es hasta el tercer párrafo, tras recordarnos que hace tres años se compraron fusiles a Rusia, cuando el diario explica de qué está hablando,
 
«…se estudiaba la compra de varios sumergibles convencionales a Rusia, -entre cinco y nueve- más nuevos suministros de armas cortas».
Submarinos convencionales y armas cortas, eso es todo. Tal como el propio editorial aclara al final (no al principio), «Chávez» (no el gobierno de Venezuela) tiene derecho a comprar «juguetes de guerra» (expresión de El País) siempre que «no amenace a nadie» (como todo el mundo). Por otra parte, se dice que los submarinos «en principio» no son ofensivos (¿no era una «belicosa mercancía»?). Así que todo queda en nada, un gobierno elegido democráticamente comprando armas no ofensivas para su ejército. Pero se trata de Chávez, así que todo lo que haga es sospechoso, ya que «el endurecimiento del mandato chavista de los últimos meses, con la acumulación de poder en su persona, y el reciente cierre de Radio Televisión Caracas inquietan a cualquiera». Nada de esto tiene sentido, tal como se demostró en su momento (1), pero ya se sabe que una mentira repetida mil veces se acaba convirtiendo en verdad. Y como casi todos los medios de comunicación tienen los mismos intereses, eso es lo que permanece.
 
Ahora podríamos ver con un poco de perspectiva qué suele ocurrir con estas profecías agoreras. El editorial habla de una compra de fusiles de hace 3 años, y como no podía ser de otro modo, encontramos entonces el correspondiente editorial, titulado exactamente igual, «El rearme de Chávez» (2), y con expresiones análogas:
 
«Chávez parece empeñado en complicarse la vida anunciando un plan de rearme».
«¿para qué pueden servir los aviones Tucano de Brasil?».
«¿pueden fusiles y helicópteros acabar en manos de las FARC, como se teme en Colombia?»
 
Por entonces era Colombia la que debía temer algo. Ahora, sin dar la menor razón, El País considera que Venezuela «podría provocar una carrera armamentística, con Perú y Chile como primeros afectados». Comparemos los gastos militares de estos países. En el año 2005 el gasto militar de Venezuela fue el 1,2% del PIB, frente al 1,4% de Perú y nada menos que 3,8% y 3,7% para Chile y Colombia, respectivamente (3) ¿Quién debe temer a quién? Vamos a España. A finales del año pasado se encargan misiles anticarro, por la friolera de 324 millones de euros, a un país tan pacífico y humanitario como Israel (4). Unos meses atrás Israel había bombardeado masivamente el Líbano y matado a más de mil civiles, sin contar con los cientos de palestinos muertos durante ese mismo año (5). Nada de esto causó el menor reparo al gobierno español o a los medios, ni se preguntó nadie para qué necesitamos esos misiles, que sí son armas ofensivas.
 
Concluyendo, nosotros podemos armarnos hasta los dientes con las armas más mortíferas de los países más criminales del mundo. Venezuela, en cambio, para demostrar que no tiene intenciones agresivas, debe abstenerse de comprar cualquier material militar, así será más sencillo dar el golpe de estado o matar a Chávez directamente. Tal «golpe al caudillo» (6) sin duda sería saludado por la «comunidad internacional» y los medios como una liberación y un avance para la democracia. Los venezolanos probablemente lo verían de otro modo.
 

Notas:
(2) Editorial de El País, 17/2/05
(5) Para el papel de El País en estas matanzas, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=46781
(6) Titulo del editorial de El País el 13 de abril de 2002 tras el golpe de estado apoyado por Estados Unidos y España