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Para volver a ocultar las verdaderas causas del desastre y con ellas las verdaderas posibles soluciones

El Mundo tergiversa las palabras de la embajadora de Haití

Fuentes: Rebelión

Con respecto a la noticia publicada en el diario El Mundo.es el lunes 22 de febrero de 2010 titulada «Haití: 25 años para reconstruir lo que se destruyó en 34 segundos». En primer lugar estas palabras, puestas en boca de la embajadora de Haití, no son exactas, ya que la embajadora se refería, no de […]

Con respecto a la noticia publicada en el diario El Mundo.es el lunes 22 de febrero de 2010 titulada «Haití: 25 años para reconstruir lo que se destruyó en 34 segundos». En primer lugar estas palabras, puestas en boca de la embajadora de Haití, no son exactas, ya que la embajadora se refería, no de forma generalizada a lo destruído, sino concretamente a las «infraestructuras destruidas».

Por otro lado, y el más importante creo, una de dos: o ni siquiera la embajadora de Haití en España es capaz de reconocer lo verdaderamente ocurrido en su propio país o, si lo ha hecho, los medios no tienen el coraje de publicarlo.

Como ya venía a aclarar Carlos Martín Tornero en su artículo «Haití. Buenismo y responsabilidad» publicado en Rebelion.org, para que tenga lugar un desastre de tal magnitud producido por un terremoto hacen falta dos cuestiones:

– un terremoto.
– ser uno de los países con el Índice de Desarrollo Humano más bajo del mundo.

Como bien dice Calos Martín, lo que se perdió en Haití comenzó a perderse hace 200 años: de colonia europea saqueada por españoles y franceses, al saqueo de estadounidenses, así como dictaduras favorecidas por los países ricos que guardaron en paraisos fiscales europeos (y aún hoy continúan alli) lo que la familia de dictadores Duvalier les robó desde 1957 a 1986. Esto, claro, sin contar las 16 injerencias de EEUU sobre Haití en el siglo XX y la de 2004 cuando provocó la salida del gobierno de Aristide, elegido democráticamente.

Si con el terremoto se ha producido una catástrofe que ha dejado más de 200.000 muertos, es debido a la mala calidad de las edificaciones, dada la falta de recursos, y ésta a su vez a causa de los saqueos e injerencias sufridas por países que van sembrando la «democracia» en unas partes del mundo a costa de derrocarla incesantemente en otras (dictaduras impuestas en Hispanoamérica en el siglo XX, los recientes intentos sobre Honduras y Venezuela…).

Dudo de que la señora embajadora de Haití en España desconozca esto o, peor aún, que conociéndolo lo calle. Moralmente creo que es más aceptado pensar la otra opción.

Partiendo de que las víctimas no podrán ser «reconstruídas» ni ahora ni nunca, cosa que interpreto como un «pequeño» desliz del diario El Mundo, por ese afán de resumir en exceso un enunciado a la hora de titular hasta el extremo de cambiar el sentido de lo dicho por otra persona, el caso es que todo lo demás puede comenzar a reconstruirse en tan solo 34 segundos. Y es que en 34 segundos se pueden poner muchas soluciones:

– Condonar la deuda externa de Haití, ya que proviene de los saqueos e injerencias de los países ricos (entre ellos, España con sus 30 millones reclamados a Haití).

– Cancelar las cuentas de la familia Duvalier (más de 900 millones de dólares) y devolver el dinero al Gobierno haitiano.

– Evitar una nueva injerencia de EEUU poniendo a la ONU al frente de la organización de la ayuda humanitaria y de la reconstrucción del país.

– Poner al frente del Gobierno de Haití al elegido democráticamente, Jean-Bertrand Aristide.

– Dejar que Aristide junto a su Gobierno y a la ONU tomen las decisiones oportunas y estar preparados para la ayuda que nos exija a los países ricos.

Todo esto se puede reconstruir en 34 segundos, algo que no se ha permitido durante 200 años y que ha dado lugar a que, con la inestimable ayuda de un terremoto de magnitud 7,3 queden totalmente destruidas Puerto Príncipe y las esperanzas de los haitianos, ahora que el mayor «injerente» de la zona pretende trasladar otra vez la capital. Un desastre en el que además del terremoto tienen gran parte de culpa otros actores a los que sí se les pueden exigir responsabilidades y hacerles pagar por ellas.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.