En ocasiones, el discurso demonizador que El País repite, incansable, contra determinados países de Latinoamérica choca con la realidad de los datos, sobre todo cuando éstos provienen de fuentes medianamente fiables, como la ONU. En la información del pasado 15 de Enero donde se cuantificaba el personal sanitario que ayudaba a Haití tras el terremoto, […]
En ocasiones, el discurso demonizador que El País repite, incansable, contra determinados países de Latinoamérica choca con la realidad de los datos, sobre todo cuando éstos provienen de fuentes medianamente fiables, como la ONU.
En la información del pasado 15 de Enero donde se cuantificaba el personal sanitario que ayudaba a Haití tras el terremoto, se ocultó del cuadro que adjuntaba el diario -y que situaba a Perú en primera posición con 250 personas- la aportación de Cuba, de 344 médicos y paramédicos, que superaba la de cualquiera del resto de países del mundo.
En el texto de la pág. 2 del 17 de mayo, titulado «América Latina pide paso en Europa» , El País ofrece una «Radiografía de Centroamérica y Sudamérica» en la que un mapa del continente se completa con fotografías de los dirigentes con datos sobre población, PIB per cápita, y un ranking según el índice de corrupción e índice de desarrollo humano de cada país, en los cuales se incluye Latinoamérica desde México por el norte a Chile por el sur, además de España.
Quizás no llama la atención que en esta «radiografía» se ignore a colonias europeas como la Guayana Francesa, pero sí que en ella no aparezcan por ningún lado países como Cuba y Haití, además de otras islas.
¿Responde la ausencia de Cuba de los citados índices al destacado puesto que la isla mantiene tanto en el índice de corrupción (65 menos corrupto del mundo en 2008 / 61 en 2009) como en el índice de desarrollo humano (puesto 51 en 2009) sólo por detrás de Chile y Argentina y por delante de países como Brasil (75) o Colombia (77)?
España, por cierto, descendió del puesto 28 al 32 en el mismo período en el índice de corrupción y se mantiene en el puesto 15 en el IDH.
No deja de impactar que Cuba sea tan «relevante» en tantísimas noticias con un tratamiento negativo de la información y a la vez tan prescindible cuando se observa su IDH e índice de corrupción. Llama la atención que tampoco Haití aparezca entre los países de la radiografía selectiva de El País, sobre todo considerando que abrazó a la fuerza los dogmas ultraliberales tras cada golpe de Estado cuando no fue obligada por imperativo del FMI. No en vano, Haití ocupa el puesto 146 en el IDH y 168 en el índice de corrupción, por detrás de Venezuela, que aparece la última en el cuadro que ofrece el diario de Prisa.
Si bien, el IDH es una medición del PNUD, el índice de corrupción evaluado por Transparency International indica el grado de corrupción en el sector público según la percepción de empresarios y analistas de cada país, tomada de varias encuestas, punto que no menciona el diario.
En todo caso, me pregunto si se entendería en Europa que en una comparativa similar a ésta se dejase fuera a países como Islandia o Gran Bretaña.