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El País dice que Podemos es el caballo de troya del Kremlin

Fuentes: Rebelión

Ahora que se agota el filón de Venezuela e Irán para desprestigiar a Podemos, los genios del establishment han descubierto Rusia, el enemigo número uno que -según publicó El País el pasado 20 de noviembre- ha metido en un Caballo de Troya a Pablo Iglesias y a su banda para minar la unidad de Europa. […]

Ahora que se agota el filón de Venezuela e Irán para desprestigiar a Podemos, los genios del establishment han descubierto Rusia, el enemigo número uno que -según publicó El País el pasado 20 de noviembre- ha metido en un Caballo de Troya a Pablo Iglesias y a su banda para minar la unidad de Europa.

La amenaza rusa está empezando a adquirir la importancia del cambio climático, si hacemos caso a los grandes periódicos españoles que escriben al dictado de Washington y Bruselas, centros de poder que gozan de gran prestigio, por su honestidad e imparcialidad, a nivel planetario.

Muchos políticos y empresarios de la casta sintieron un gran alivio con la muerte de Eduardo Galeano y Günter Grass (ambos fallecieron el 13 de abril del 2015), ya que se habían convertido en la conciencia incómoda de América Latina y Europa.

Ni Eduardo Galeano, autor de Las venas abiertas de América Latina, ni Günter Grass, que sorprendió al mundo con su Tambor de Hojalata, se mordieron la lengua a la hora de decir la verdad, esa cosa que tanto daño hace a los gobernantes que han desconectado de la realidad y viven de espaldas al pueblo.

Günter Grass, que tuvo que soportar un constante acoso mediático por sus posiciones políticas, hizo hincapié en dos asuntos que molestaron sobremanera a ambos lados del Atlántico. Primero dijo que comprendía que Rusia se sintiera amenazada por la OTAN, ya que Europa había colocado en sus fronteras decenas de misiles nucleares. Y segundo criticó duramente al Gobierno de Tel-Aviv diciendo: «Israel, potencia nuclear, pone en peligro una paz mundial ya por sí quebradiza». Es necesario reaccionar «porque mañana podría ser demasiado tarde». (declaraciones de 2012).

A juicio de Grass, el hecho de que David estuviera armado con bombas atómicas y que los misiles del Tío Sam y sus escuderos estuvieran apuntando, desde la misma frontera, al corazón de Rusia, podrían traer consecuencias nefastas, incluso una Tercera Guerra Mundial.

Muchos intelectuales españoles y latinoamericanos que utilizaron como referente El País durante décadas, ahora están asqueados de esa gaceta que se ha convertido en el cortijo de Cebrián, del exsocialista y exconsejero de Gas Natural Fenosa, Felipe González (el Oso Panda de Susana Díaz) y de voceros bien untados que no dejan de demonizar a todo partido político y grupo que se encuentra a la izquierda del PSOE.

La prensa del establishment, con «El Señor de los Anillos» (Prisa) a la cabeza, está obsesionada con destruir o quebrar a Podemos y a las alcaldesas de Madrid y Barcelona, Manuela Carmena y Ada Colau respectivamente, y ese objetivo ya es crónico y endémico. Pero, como dice la pensadora Hannah Arendt, no están teniendo en cuenta que «sus enemigos» tienen la «cualidad esencial del guerrillero», que es «no quebrarse».

Aquí nos viene al pelo otra reflexión de Arendt, una de las primeras espadas de la teoría política del siglo XX: 

«Hoy existen historiadores que afirman que Truman dejó caer la bomba sobre Hiroshima para asustar a los rusos (…) con el resultado que todos conocemos. Si esto es cierto, y tal vez lo sea, en ese funesto crimen de guerra que puso fin a la última guerra mundial podemos ubicar la raíz del desprecio por las verdaderas consecuencias de determinada acción».1

Y vuelve a cantar Quiquiriquí el Noble Gallo Beneventano para dar las gracias a EE.UU. por permitir que vivamos bajo el cielo protector de la OTAN y por habernos salvado de la «amenaza de Irak» con una guerra iniciada con mentiras y que concluyó con el nacimiento del Estado Islámico.

Nota

1 Hannah Arendt Verdad y mentira en la política, pág. 138. (Ed. Página Indómita, 2017).

Blog del autor: http://www.nilo-homerico.es/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.