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Entrevista a Yolanda Álvarez, periodista de TVE que cubrió la agresión militar de Israel a Gaza

«El pueblo de Gaza nos enseña a todos su capacidad de resistencia»

Fuentes: Rebelión

Los seguidores en twitter de la corresponsal de TVE en Oriente Próximo, Yolanda Álvarez, de dispararon cuando una portavoz de la embajada de Israel en España señaló a la periodista, este verano, como «correa de transmisión» de Hamas y «activista». Pero la corresponsal valenciana, que ha cubierto para la televisión pública la guerra de Gaza, […]

Los seguidores en twitter de la corresponsal de TVE en Oriente Próximo, Yolanda Álvarez, de dispararon cuando una portavoz de la embajada de Israel en España señaló a la periodista, este verano, como «correa de transmisión» de Hamas y «activista». Pero la corresponsal valenciana, que ha cubierto para la televisión pública la guerra de Gaza, es una profesional de largo recorrido que ha informado de elecciones en Irán (2009), Iraq (2010), el conflicto en el Aaiún (2010), la «primavera árabe» en Túñez, la guerra en Libia o la revuelta popular en Yemen (2011). Yolanda Álvarez participó el sábado en unas jornadas de acercamiento a la realidad Palestina organizadas por la Unió de Periodistes Valencians y la Comunidad Palestina de Valencia. Destaca del pueblo de Gaza su capacidad de resistencia. Además, «la lucha por sacar lo positivo en medio de un infierno y aferrarse a la poca esperanza que hay; así, nos dan una lección a todos». 

-Si tuvieras que escribir un reportaje sobre los 50 días de agresión militar y asedio a Gaza (la llamada operación «margen protector»), ¿cuál sería el titular y la entradilla?

-Escribiría en el titular «la tercera ofensiva israelí devasta la franja de Gaza». Y añadiría que más de 2.000 muertos palestinos y 70 muertos israelís es el triste balance de lo que con esta guerra se ha perdido, y no se podrá recuperar. Reconstruir lo recuperable va a costar décadas. Y los dos pueblos van a salir perdiendo.

-¿Son posibles la objetividad, la neutralidad y la equidistancia en la guerra de Gaza? ¿Qué punto de vista adoptaste en la cobertura de los hechos?

-La objetividad es algo a lo que debemos tender, pero como sujetos que somos resulta imposible ser objetivos. Creo que hemos de intentar hacer un periodismo justo. En un conflicto tan desequilibrado como éste, se trata de dar voz a quien más sufre, la población de Gaza. Aunque también es cierto que las poblaciones del sur de Israel han sufrido ataques con cohetes, con el resultado de seis civiles muertos. Pero repito que la población de Gaza ha padecido mucho más, dado que la potencia del ejército israelí es mucho mayor. Los periodistas hemos de contar todo lo que vemos y desde todas las aristas, en un conflicto que es muy complejo, y donde debemos huir de tópicos y maniqueísmos. Creo, además, que una cosa son los gobernantes y otra los pueblos. Dentro de cada pueblo hay diversidad de opiniones, ideologías y corrientes de pensamiento.

-¿Qué tipo de periodismo tratabas de poner en práctica los días que estuviste en la Franja?

-Trato de hacer un «periodismo humano», es decir, darle voz a quien no la tiene o ponerle el micrófono y la cámara a los que tienen difícil acceso. Eso es algo que le gusta poco a los políticos de uno y otro signo, sea Netanyahu o Hamas. Cuanto más cerca esté el periodista de la gente, mejor. Pienso, en definitiva, que no estamos para hacer de altavoces de los políticos, sino del sufrimiento humano.

-¿Qué tratamiento consideras que, en general, han dado los medios de comunicación a los ataques militares de Israel sobre Gaza?

-Al principio, Israel tuvo bastante éxito en «vender» la versión de que utilizaban el derecho a la defensa frente a una agresión con cohetes por parte de los palestinos. Es cierto que la mayor parte de la comunidad internacional «compró» este discurso. Pero es un conflicto mucho más complejo. Antes murieron varios milicianos del brazo armado de Hamas, y se había perseguido a esta organización. Además, hay una ocupación del territorio palestino que dura décadas. Por eso, no podemos limitarnos a reproducir el lenguaje que utiliza una de las partes. Pero tampoco a reproducir lo que Hamas te dice. Los periodistas hemos de ser independientes y quedarnos con los hechos para que la gente saque sus conclusiones.

-Durante tu estancia en Gaza, ¿has tenido conocimiento de hechos sobre el terreno que consideras no han llegado a difundirse?

-Creo que los hechos más graves han trascendido. Pero también es cierto que ha habido periodistas que se han colocado en una parte del conflicto, o pro-Israel, o pro-Hamas. Y no se pueden negar los hechos. Pienso que los periodistas hemos de sacar todas las aristas del conflicto. Porque es una situación compleja. Aunque la realidad en la franja de Gaza resultó mucho más devastadora.

-¿Hubo escenas que te impactaron especialmente, y que podrían definir la tragedia que ha vivido la población de Gaza?

-La primera vez que entramos en el barrio de Al Shayaía vi una ambulancia calcinada y cómo sacaban a niños y ancianos. Recuerdo el olor a muerto. Israel estaba bombardeando desde la noche anterior y ésta fue la primera gran masacre. Después de la tregua, cuando pudimos llegar a Beit Hannun, en el norte, el paisaje de devastación me recordaba a la segunda guerra mundial. He visto cómo Israel ha arrasado barrios y poblaciones enteras. Ellos dicen que porque había túneles, lanzaderas y cohetes. ¿Pero eso justifica que un barrio o una población sean el objetivo militar de un ejército? Sin embargo, el momento más doloroso fue el primer ataque a una escuela de la ONU. Mujeres y niños aterrorizados se refugiaron en un hospital, situado a pocos metros de la escuela, como consecuencia del ataque. Pude ver bebés ensangrentados, adolescentes desencajados y gritando sin consuelo. Sin llegar a ver ningún muerto, fue la escena que más me dolió.

-¿Qué rol consideras que desempeñan en este conflicto Estados Unidos e Israel?

-Estados Unidos tiene en Israel a su mejor aliado en oriente próximo, por intereses estratégicos y porque además le vende el armamento con el que actúa. Por otro lado, Israel tiene en Estados Unidos a su mejor aliado, al socio garante por el que, haga lo que haga, siempre vetará una resolución de Naciones Unidas en contra de Israel.

-Hay otros actores, como las víctimas. ¿Qué lecciones pueden aprenderse de la población de Gaza?

-Ya conocía su capacidad de resistencia, pero durante mi última estancia ha llegado a sorprenderme más. Además, su valentía, optimismo y sentido del humor…. La lucha por sacar lo positivo en medio de un infierno y aferrarse a la poca esperanza que hay. Así, nos dan una lección a todos.

-¿Has conocido la vida cotidiana en Gaza en las dos coyunturas posibles, bélica y de paz? ¿Qué diferencias has encontrado?

-En un contexto de paz, las calles de Gaza se encuentran abarrotadas de vida, de tráfico y de gente en la calle. Con mucha vitalidad y ruido. Destacaría también los vínculos y el sentido de comunidad, que se refuerza entre gente que tiene muy poco. Prima lo humano. Además, la gente que sufre es la más sabia, porque el sufrimiento es lo que más enseña en esta vida. Ahora bien, en una coyuntura de guerra la gente tiene mucho miedo porque no sabe dónde va a caer la próxima bomba. Sitios que parecían seguros dejan de serlo, como escuelas u hospitales. En toda esta realidad cotidiana, hay gente que psicológicamente resulta fortalecida, pero otra sale con secuelas terribles, que veremos si pueden superar.

-Por último, ¿opinas que las consecuencias serán diferentes a las de ofensivas anteriores sobre Gaza? ¿Nos acercamos a un escenario diferente?

-Periodistas e investigadores con experiencia de muchos años en Palestina coinciden en que el conflicto empeora y cada vez es más difícil la resolución. Creo que se podría resolver con voluntad política, pero para ello haría falta la presión internacional. Porque las dos partes no tienen la misma fuerza para sentarse a negociar. Hay una potencia ocupante y un pueblo ocupado. Cuando hace unos años entrevisté a Butros Ghali, exsecretario general de Naciones Unidas, ya me dijo que había que reformar la ONU. No podemos dejar en manos la seguridad mundial en manos de cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad. Cuando la ONU dejó que se creara el estado de Israel, también dijo que se creara un estado árabe para los palestinos. Y nunca se respetó esta decisión. En definitiva, hay una serie de actores internacionales en situación de privilegio, con licencia para hacer lo que quieran.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.