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El telón del señor K: una tragedia latinoamericana

Fuentes: Rebelión

¡Extínguete! ¡Extínguete! Fugaz antorcha ¡La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre cómico que se pavonea y agita una hora sobre la escena y después no se le oye más …; un cuento narrado por un idiota, lleno de sonido y furia y que nada significa…! (William Shakespeare, «Macbeth») Situación Asistimos […]

¡Extínguete! ¡Extínguete! Fugaz antorcha ¡La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre cómico que se pavonea y agita una hora sobre la escena y después no se le oye más …; un cuento narrado por un idiota, lleno de sonido y furia y que nada significa…!
(William Shakespeare, «Macbeth»)

Situación Asistimos a una coyuntura política que tiene importantes grados de complejidad.

A más de un año y medio de gobierno, Néstor Kirchner logró disciplinar muchos elementos «negativos» para su gestión. Comenzando por medidas relativamente novedosas (Derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida; impulso de cambios en la Corte Suprema de Justicia de la Nación; investigación de las cuentas bancarias de Menem, remoción de la cúpula de las Fuerzas Armadas) el señor K volvió, en el ultimo año, a mostrarse como lo que nunca dejó de ser: practicando la política del unilateralismo, la simulación y el desprecio por el pensamiento alternativo. Estos tres componentes del retorno están íntimamente relacionados con la ideología autoritaria y represiva. De esta forma, el Gobierno del señor K sufre una profunda crisis de contradicción interna. La contradicción, no es un aspecto nocivo en si mismo; si lo es, el medio que deriva o desencadena esa contradicción. En este caso, los medios que utiliza el señor K sí son susceptibles de críticas. Por ello, la contradicción se transforma en la evidencia manifiesta, explícita en el resultado de un proyecto hegemónico de unos pocos

El sociólogo norteamericano James Petras, dijo el 24 de Marzo de 2004 en Buenos Aires, que el señor K «… tiene un gran sentido del teatro». Esta frase se relaciona con la indagación del discurso y las formas preestablecidas del gobierno K.

Específicamente, los constantes anuncios del proyecto hegemónico presentan algunos componentes no producidos por el azar: en efecto, un estratégico show rimbombante y aparatoso se nos presenta cotidianamente, un show repleto de banderas, bombos y platillos, televisación en vivo e impacto mediático; ex capitanes resentidos que disponen gritos y arrebatos; un señor con cara de pingüino que entra en acción, «se pavonea sobre el escenario», gesticulando como una estrella de cine mudo, para desaparecer y retornar poco tiempo después.

A continuación, pretendo realizar un breve recorrido critico, mediante 5 actos de presentación, por los estrepitosos senderos del discurso K.

Acto 1.

Escena 1: 6 de Mayo de 2004. Entra el señor K. Dice:

«Nos quisieron extorsionar diciéndonos ‘dennos precio y nosotros les damos volumen de combustible» (…) «Ahora se quejan de que no lo hicieron porque tuvieron pérdidas en los últimos dos años. Sin embargo, en el 2003 Repsol-YPF tuvo 2600 millones de pesos de ganancia. Nos quisieron extorsionar». (Sale)

No existen dudas sobre la gran rentabilidad que tuvieron las empresas privatizadas durante los últimos años. No me sorprende, además, que Repsol-YPF constantemente reclame ante el estado. Aun así, hay un aspecto que me resulta muy sospechoso: el señor K realiza una acusación grave, por lo tanto debe hacer la denuncia, y/o encargar a su ministro de Justicia, una profunda investigación sobre lo que asegura que sucedió.

Esta acusación, produce un fuerte impacto en la población; es inevitable salir en defensa de nuestro presidente; está muy bien, se diría, que el presidente proteja el interés de su pueblo. Aun así, las tarifas aumentaron (nafta, gas, electricidad) y, a excepción del correo argentino, los contratos con las privatizadas no fueron revisados y no se tomo ninguna medida contundente para proteger el patrimonio nacional.

Lo cierto es que el presidente se queda en las palabras: dice que la empresa petrolera falsea la realidad y extorsiona (textual) al gobierno. Pero no investiga y sólo queda pirotecnia verbal y confusión general

Acto 2.

Escena 1: 8 de Junio de 2004. Entra el señor K. Dice

«En la argentina se tiene que terminar la hipocresía, nada mejor que decirlo el propio día del periodista». (Sale)

¡Notable sentencia en pos de una moral periodística! Aun así, no deja de ser curiosa. Pensemos en los periodistas que han visto reducidas notablemente sus posibilidades de expresión: Jorge Lanata y su equipo de periodistas, por ejemplo. Por su parte, el grupo Clarín, en Pagina 12 censura a periodistas (caso Nudler). Los Noble continúan vendiéndose al mejor postor. El dúo de burócratas chismosos del programa «A dos voces», Bonelli y

Silvestre se disfrazan de «profundos» Tal es, a vuelo de pájaro, el estado actual del periodismo que, según Kirchner, debe luchar contra la hipocresía El principal referente de la oposición, y líder del ARI, Elisa Carrio dijo algo muy triste pero cierto: «Que tengamos que decir que hay menos libertad de prensa que durante la época de Menem, es lamentable».

Acto 3.

Escena 1: 5 de Julio de 2004. Entra el Señor K. Dice:

«Hay sectores que quieren otro país (…) Yo digo que son sectores desplazados, representantes de la década del 90, defensores del endeudamiento argentino y de la convertibilidad. FIEL fue a Nueva York después de nosotros a expresar posiciones totalmente diferentes y tratar de quitarnos posibilidades de gobernar.» (Sale)

En apariencia, las palabras del Señor K son dignas de un fuerte aplauso; en esencia reflejan el reinado de la hipocresía.

Estoy seguro que criaturas como Mariano Grondona, los Curia, los Broda, y el mismísimo vicepresidente Scioli añoran los ´90 y buscan desesperadamente la desestabilización y el caos. El gobierno sabe esto y debe cuidarse. Sin embargo, mi observación trasciende este punto.

El senador Rodolfo Terragno señaló que Kirchner pretende aparecer como crítico de lo que en su momento defendió a capa y espada. El ex gobernador de Santa Cruz privatizó el banco de su provincia, apoyó abiertamente a Carlos Menem, contribuyó al proceso de desnacionalización energética, defendió la convertibilidad y el modelo sustentado por Cavallo. Como si fuera poco, el 28 de Octubre pasado, el señor K dijo que los ´90 fueron la segunda «década infame». El presidente debería decir que apoyó lo que el hoy critica si no fuera porque la mayoría de los actuales dirigentes han bastardeado la política; debería decir que cometió un gran error (que se equivocó y lo reconoce públicamente); un error que hasta el día de hoy pagamos cada uno de los ciudadanos de este país.

Acto 4.

Escena 1: 2 de Agosto de 2004. Entra el Señor K. Dice:

«Yo dialogo con todos porque estoy siempre dispuesto a hablar permanentemente con todos». ( Sale) Pocos días después (el 8 de Agosto) el señor K dijo: «Me dicen a veces que dialogue, que dialogue, que dialogue. Yo dialogo con el pueblo argentino, quiero dialogar con los que trabajan por esta patria, pero no quiero caer en el diálogo hipócrita con aquellos que se muestran para dialogar y después quieren que al Gobierno le vaya mal».

Es notable las divergencias entre un discurso y otro. El señor K no quiere dialogar porque ¿su naturaleza sententista se lo impide?. Su miedo por el pensamiento crítico se extiende hasta sus propios funcionarios.

Es curiosa la apelación a un pueblo Argentino que le infunde miedo, noches de insomnio y desconfianza; Kirchner no comprende a la sociedad que lo apoya; no sabe que muchas persona (incluida quien escribe este articulo) saldrían a defenderlo si sólo fuera sincero. Dice Carrió: «El peor enemigo de Kirchner es Kirchner», una persona insegura y por momentos delirante.

Acto 5.

Escena 1: 5 de agosto de 2004. Casa Rosada. Entra el señor K. Dice.

«Yo banco la cumbia villera… ¿Quién no vio «Pasión de sábado»?» (Sale)

Hechos: El jefe de Gabinete Alberto Fernández asoció la cumbia villera con la delincuencia; ante el exabrupto de Fernández, el gobierno recibió a la «Tota» Santillan en la Casa Rosada para aclarar la situación.

Creo que este acto final, es el símbolo más acabado del oportunismo del señor K. La soberbia intrísenca de un cavallista como Fernández, se transformó en un mamarracho mediático, digno de un show de Jorge Rial o «Chiche» Gelblung.

Epílogo

Este breve recorrido sólo es un ejemplo de la sistema de valores del señor K y su ministros.

El gobierno camina lentamente hacia la noche; deambula por cada rincón del país buscando un valle de tinieblas que le permita ocultar sus actos. Prorroga la emergencia económica, pide superpoderes, festeja junto a los bancos la constitucionalidad de la pesificacion, despotrica contra el FMI pero cumple minuciosamente con cada uno de los vencimientos.

De continuar esta insoportable discordancia entre la retórica y los hechos, el señor K, al igual que Macbeth, quedara boquiabierto ante la movilización del bosque de Birnam, vale decir el ocaso del principado patagónico: no podrá comprender como lo tuvo todo para pasar a la historia y falló.

Su ego signará su mandato; mientras tanto, nos los ciudadanos argentinos, Latinoamérica, las «estirpes condenadas a cien años de soledad» continuarán oscilando entre el desencanto y la desilusión. Sólo nos quedara la muerte, la gran esperanza como decía Borges, la gran esperanza de «dejar de ser».