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España

El triunfo del Movimiento al Socialismo en TV3

Fuentes: Rebelión

TV3 y Canal 33 son dos canales de la televisión pública catalana. No creo dejarme llevar por una incontrolada pasión provinciana si apunto tímidamente que algunos de los programas que emiten o han emitido tienen un indudable valor cultural, didáctico y ciudadano. Los dedicados a la ópera, a la divulgación científica o al mundo de […]

TV3 y Canal 33 son dos canales de la televisión pública catalana. No creo dejarme llevar por una incontrolada pasión provinciana si apunto tímidamente que algunos de los programas que emiten o han emitido tienen un indudable valor cultural, didáctico y ciudadano. Los dedicados a la ópera, a la divulgación científica o al mundo de los libros son tres ejemplos destacados. No debería ocultarse, eso sí, que también aquí -o especialmente aquí- el Barça es más que un club y que, como suele señalar Vicenç Navarro, la ideología nacionalista es connatural a la casa. Va incluida como mochila anexa en toda molécula de oxígeno que se inspira.

Tampoco los informativos merecen una condena sin paliativos. Nada que ver, según cuentan, con la televisión de la Comunidad de Madrid o con las proclamas e informaciones de la zafia cadena de Intereconomía: ¡la extrema derecha en acción! ¡agit-prop neofascista en estado puro! Sin embargo, también aquí, en TV 3, la ideología de las clases dominantes y dirigentes, esa que según comentó y argumentó Chomsky construye consenso acrítico, tiene su presencia destacada.

Un ejemplo: el informativo de la noche del 7 de diciembre presentado por Ramon Pellicer, uno de los presentadores estrellas de la cadena. Bolivia es el escenario. Algunos apuntes sobre el marco.

El MAS y el presidente Evo Morales quiere romper con algunas condenas históricas, esas que suelen llevar la marca de la inexorabilidad y construyen campos minados de alejamiento entre la realidad y el deseo. Así, que la esperanza de vida en Bolivia sea la segunda más baja de América Latina [1], que 70 de los 1.000 recién nacidos fallezcan antes de los cinco años, que un 63% de la población boliviana esté condenada a la pobreza, no son leyes inexorables de la Historia, de ninguna historia. Frente a ellas, el gobierno del presidente Morales ha diseñado y otorgado el Bono Juancito Pinto, que brinda ayuda a 1 millón de niños; la Renta Dignidad, que asegura ingresos mínimos a todos los ciudadanos bolivianos de más de 60 años; el bono Juana Azurduy destinado a las mujeres embarazadas [2]. Además de ello, imagínense, el gobierno popular boliviano está empeñado en que el analfabetismo sea asunto del pasado, no de un presente de rebeldía y esperanza: un millón y medio de bolivianos han dejado de ser analfabetos en cuatros años, durante la legislatura del MAS.

Pues bien, después del histórico triunfo del domingo, una victoria con escasos precedentes en la historia de las revoluciones y cambios sustantivos populares, TV3 por boca del presentador Ramon Pellicer, también editor del informativo, daba la siguiente noticia sobre lo ocurrido: tras las elecciones el MAS de Evo Morales controla de forma absoluta los tres grandes poderes de Bolivia. Ni que decir tiene que ninguna de esas palabras hubiera sido utilizada si, por ejemplo, la señora Merkel hubiera ganado por mayoría absoluta en Alemania.

Después de unas imágenes de Evo Morales y Álvaro García Linera saludando desde el balcón presidencial, unas breves palabras del presidente boliviano señalando el punto esencial del resultado, su ajustada y justa interpretación política: el apoyo recibido indica que debemos proseguir por el sendero de la justicia y la democracia, por el camino que ya hemos emprendido.

Al poco, unas imágenes de los ciudadanos que festejaban el triunfo, con el siguiente comentario, esta vez del corresponsal de la cadena en La Paz: indígenas bolivianos y turistas (sic) que están más o menos de acuerdo (supersic) con las políticas económicas y sociales del gobierno del MAS.

Más tarde, para cerrar, la guinda definitiva: unas imágenes que mostraban a la líder de la oposición, presentada como «analista político», con unas imágenes insustantivas de la opositora subiendo las escaleras de una lujosa casa y una entrevista en exclusiva para TV3 en la que la «señora analista» señalaba para empezar, pocas horas después de la victoria del MAS, que lo más preocupante era la reforma constitucional que el movimiento al socialismo quería emprender inmediatamente con el fin de permitir la reelección de Evo Morales y, con ella, la perpetuación en el poder del presidente y del Partido.

¿Qué conclusiones pudo extraer un televidente que use el informativo de TV3 como principal fuente de información, un porcentaje de la población catalana en absoluto insignificante, y que tuviera el sentido crítico poco combativo esa noche? Es obvio: que en Bolivia hay un partido, reciente ganador de las elecciones, que quiere controlar el país de forma autoritaria y perpetuarse para siempre en el poder a cualquier precio, con cualquier estrategia.

¿Ha habido rectificación posterior? No lo creo, cuanto menos no la hubo al día siguiente. El 8 de diciembre, TV3 abría el informativo de la noche dando cuenta detallada de la situación de los cooperantes detenidos, anunciando el partido del Barça del miércoles en Ucrania y entrevistando al hijo del encausado señor Prenafeta, quien daba cuenta emocionado de lo mucho que había costado a la familia del ex asesor de Jordi Pujol reunir el millón de euros que habían tenido que abonar de fianza: una noche, una sola noche.

Notas:

[1] Tomo el dato de Juan Carlos Escudier, «La locura de Evo Morales», Público, 9 de diciembre de 2009, p. 6.

[2] Jorge Lagos, «Lo que ha ganado Evo Morales es un plebiscito», Ibidem, p. 17.

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.